CRUMBLE |+18| JJK |KTH

Ocho

Desde un principio supe que Kim tal vez no era del tipo de chicos que sabe cómo hacer un buen oral, así que para evitar pasarme malos raros opté, por otro plan, uno más tradicional de hecho.

Taehyung me atrajo hacia el haciendo que me quedara sentada a horcadas de él, mientras que sus manos viajaban por mi cuerpo hasta toparse con el final de aquella blusa de pijama que me protegía, en cuestión de unos segundos, el susodicho me quito la blusa de pijama que protegía mi cuerpo, y la arrojó al suelo mientras llevaba sus labios por mi cuello y hacía un parsimonioso camino hacia mis pechos.

Una cuestión que en mi mente siempre se había hecho presente sobre el sexo era el problema de tener que mostrarle a tu acompañante cada detalle de ti, volviéndote vulnerable ante él pues esa podía ser una clara forma de permitir que alguien más conociera, armas para tu destrucción, pero ahora que el tiempo había pasó y que en sí yo ya no era la misma eso había dejado de importarme.

Antes como la mayoría de la sociedad ordenaba, trataba de comer lo que supuestamente era saludable, en pocas palabras lo que no engordaba, pues no quería que cuando un hombre me viera sin prendas, acabara por rechazarme incluso más de lo que yo mismo lo hacía, y para eso también tenía que hacer tanto deporte como pudiera y de vez en cuando hacer dietas que me obligaban a comer una manzana por día, por suerte nunca llegue a ese punto en el que deje de comer por completo, pues siempre había sido del tipo de personas que amaba con locura la comida.

Y tras recaídas en las cuales optaba por comer algo malo y pensar en lo horrible que era, había llegado a entender que no podía continuar siendo del tipo de personas que estaban dispuestas hacer lo que sea para complacer a alguien más, y por esa misma razón, -y bueno este cambio o transición no la había caminado sola- entendí que no quería seguir pensado en que la única forma para hacer que alguien me mantuviera desnuda por completo era manteniendo las luces de la habitación apagadas pues entendí que para que alguien me amara primero yo tenía que amarme.

Por eso cuando Kim, retiró mi blusa ya no sentía incomodidad o vergüenza, y quiero decirles que mi cuerpo no era el más fantástico del mundo, aunque también recibí otro regalo por parte del mismo, pues sus ojos al ver mi cuerpo no parecieron incomodarse, es más pude ver como este parecía contemplar cada parte de mí, como si fuera la primera vez que veían a una mujer desnuda.

Dejó sonoros besos en mis pechos mientras sus manos buscaban a tientas el broche de mi brasier, para cuando al encontrarlo soltarlo finalmente liberándolos, dejándolos complemente a su disposición.

Con una de sus manos tomó uno de ellos mientras que al otro lo metió en su boca, lamiendo mis pezones y haciendo que estos se empezaran a poner duros, tal acto era de lo más excitante, pues al ir aprendiendo de mi misma, también había llegado a entender cuanto amaba que tocaran mis pecho, llegado a tal punto que podía ser capaz de tan solo correrme porque un hombre lo hiciera, obvio, siempre y cuando él trabajó fuera bien hecho.

En tan solo unas cuantas lamidas yo ya me encontraba tan dispuesta a él para lo que fuera, ya qué tal deleite era tan increíble que yo no paraba de tomar su cabello y darle vueltas del mismo.

Pero al ya tener conocimiento sobre el gran monumento de Kim sabía que tenía que tenerlo dentro para poder dar como concluido, nuestro primer encuentro sexual, pues no me sentiría tranquila hasta haberlo probado con mis labios vaginales.

En ese momento hice un esfuerzo sobrehumano para erguirme y empezar a hablar mi short de pijama yo misma, pues él aún parecía muy embobado con mis pechos.

Aquel acto al parecer llamó su atención para bien pues a continuación mi acción me ayudó a quitarme toda la ropa para que así ambos nos quedáramos completamente desnudos.

-¿Quieres que te diga una cosa, Ann?- replicó pasando sus manos por mi cabello, mientras sonreía de la manera más dulce posible, así como si vieras a un bebé sonreír y a pesar de que dicha escena era muy hermosa para ver esto hizo que nuestras penetración se postergara por unos segundos

-Qué cosa- objete desesperada pues la verdad lo único que yo quería era que él me montara como él semental que parecía ser

-Nunca he conocido una mujer tan hermosa como tú- replicó besando nuevamente mis labios, haciendo que otras partes de nuestros cuerpos también se conectaran

En ese momento aunque quise contenerme, me fue inevitable, gritar su nombre tan fuerte como pude, sin importarme ni un poco lo que los vecinos pudieran decir.

Al mismo tiempo nuestras caderas empezaron a moverse con una perfecta sincronía, como si incluso estas hubieran charlado y quedado de acuerdo como lo harían.

Fue en ese momento que conocí la mejor vista jamás imaginada para un simple ojo humano, y era tal que parecía ser una fantasía.

Pues aquel torso de Taehyung estaba cubierto de sudor al igual que el mío pues nuestro pecho se rozaba mientras nuestros cuerpos nos pedían mayor profundidad.

Su rostro era perfecto, como si los mismos dioses lo hubieran moldeado.

Y aunque me sentí un poco precoz por correrme tan rápido, quien pude contradecirme que solo con el hecho de mirar a alguien como él una mujer ya moja sus pantaletas.

-Taehyung- susurre en su oído al sentirme descompuesta, aunque sabiendo lo sensible que mi interior se encontraba, le di tiempo para que él pudiera obtener su segundo orgasmo del día

Casi al igual que yo este dejó escapar un gemido de sus labios, y su cabeza cayó sobre mi hombro, descansado por unos minutos.

-Por favor, dime que está es la primera de muchas- completo haciendo que una sonrisa apareciera en mi rostro

-Tae, esto apenas es una probadita de lo que podríamos llegar hacer- corrobore, mientras aún sentía esa plácida sensación en mi cuerpo, de esas que te dice que lo que acabas de hacer ha sido sensacional

No sé qué opinan, ósea sobre lo que Ann en sí no es como "la mujer más guapa de mundo" es que siento que en esta historia como que quiero darle más realismo a los personajes. ¿Me entiende?