CRUMBLE |+18| JJK |KTH

Cincuenta y siete

No era simple, pero la vida nunca lo había sido.

Y a pesar de que siempre había sido mala para escuchar a otros, supongo que me había quedado atrapada entre la espada y la pared, así que ninguno tenía otra opción que escuchar a Eunji.

Quien a pesar de ayudarnos, debes en cuando lanzaba aquella frases que supongo eran su recompensa.

"No actúen como idiotas" decía una y otra vez, siempre que tenía la oportunidad.

Además la llamada de Yoongi también había llegado expresando que a pesar de no estar de todo convencido parte de su instinto le decía que Eunji, parecía alguien realista, quizá incluso ese tipo de amigos que no temen decirte la verdad a la cara, y si puede ser a veces un tanto grosero pero estarás seguro que no hablará mal de ti cuando no estás y quizá eso la hacía más confiable.

Claro que las cosas no podían ser como antes, y a pesar de quererlo, habíamos decidido llevarlo con calma.

Pero eso no cambiaba las mágicas mañanas en las que despertábamos uno enredado en el otro.

Como podía sentir los cálidos labios de Taehyung besado mi espalda desnuda mientras acariciaba mi trasero.

Era claro que algo como aquello era lo que siempre deseaba tener.

Así que lo único que podía arruinar eso eran las horribles ganas de orinar que siempre tenía por las mañanas, haciendo que la linda imagen que había se convirtiera en un capo minado de brazos y piernas que no quería pisar mientras intentaba salir de ahí sin despertar a nadie.

Pero después de todo realmente tenía que ir, así que me levante a la fuerza y a pesar de que claramente incomode, aquello me llamaba.

No tarde mucho y a pesar de que pude haber vuelto a la cama con ellos, ya me había despertado así que preferí usar ese tiempo para hacer otras cosas.

Pero mientras iba a preparar el café, sentir un par de manos abrazándome por la espalda y como su cabeza reposaba en mi cuerpo.

-Ya me ha llamado- había replicado la voz de Jungkook mientras suspiraba y eso me hizo paralizarme. Ni siquiera había dicho su nombre, pero su tono de voz me lo había confirmado sin siquiera preguntar.

¿Porqué ahora tenía mucho miedo? Casi como si mi cuerpo empezara a temblar.

Y mientras giraba me encontré con una expresión pensante, Jungkook mantenía su mirada en el suelo.

-Le dije que no... pero se que no será la única vez que lo haga... personas como él no se rinden, pero... ¿crees que podremos soportarlo?- y aquello fue lo que valía mi energía.

Como en simples palabras todo el subidón que tenía volvía a caer.

-Yo ya no tengo que perder- había replicado Jungkook mientras me abrazaba -Pero no soportaría que te dañaran a ti- continuó diciendo mientras suspiraba -Deje que te fueras una vez... que te apartarán de mi y no podría soportarlo, no otra vez- expreso acariciado mis mejillas, cuando besaba mis labios.

Fue ahí cuando lo entendí, y el valor llegó a mi a mi tan de pronto.

-No dejaremos que nadie nos diga que hacer- replique correspondiendo a sus labios -Cuando éramos niños decíamos que al crecer seriamos de los que haríamos todo lo que quisiéramos.

-Recuerdas que también queríamos ser chocolateros profesionales como Willy Wonka- dijo mientras sus ojos brillaban.

-Supongo que debemos cumplir un sueño a la vez- dije mientras empezaba a reír y recordaba la escena de dos niños obsesionados con ser Charlie para así ganar la fábrica de chocolate.

-De todas maneras aun hay cosas muy interesantes que podríamos hacer con chocolate- comunico mordiendo su labio inferior y paseando su mirada por todo mi cuerpo.

-Estás dañando mis mágicos recuerdos de la niñez- pero entendía que también quería esas sonrisas y sus frases tan repentinas.

No había nada más que me hiciera sentir tan bien.

Casi como un perfecto conjunto.

-Deberíamos ir a despertar a Taehyung- replique que mientras mordía mi labio inferior para que en cuanto Jungkook confirmará mis acciones ambos nos echábamos a correr hacia la habitación, listos para lanzarnos sobre sobre él que aún dormía plácidamente con el cuerpo desnudo.

Así que casi como si fuéramos niños nos lanzamos sobre él que aún pedía un par de minutos para dormir.

-Por favor- había replicado escondiéndose bajo las cobijas -Solo un poco más.

Y si que también esto era felicidad, permanecer desnuda en sus brazos, pero también reír hasta que mi estómago dolía.

Ellos me hacían realmente feliz.