Cinco

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El primer mensaje que Jungkook le había enviado a su amiga Ann tras lo sucedido había sido esa misma noche, mientras sus ojos se cerraban, para luego dejar caer el celular en su cara, dejando como resultado a que solo pudiera tomar en cuenta cuantas cosas había escrito, solo a la mañana siguiente

Jungkook

Ann, soy Jungkook, ¿Dónde rayos estas?, ¿Quién es el niño bonito con él te fuiste?, Es muy tarde deberías volver a casa, ¿si quieres yo te iré a ver?

Y bueno, tras notar eso no había dolido que ella volviera a recordar a ese amigo tan controlador que era Jungkook, sino que lo que había lastimado todo su orgullo era que esta ni se había dignado en responder, ni siquiera con una respuesta negativa, solo la simple nada, pero era más que verificable que lo había leído.

A pesar de sentir que ella descaradamente seguía pateando una y otra vez su orgullo siguió mandado otro par de mensajes, menos evidentes, claro está, sobre cómo había amanecido, o si aquella tarde había comido, pero la negatividad continuó cuando tampoco recibió ninguna respuesta haciendo que él se llegara a pregunta si acaso, ese seguía siendo el número de su amiga, y si, si, cuando la mirara tendría que decirle que este estaba averiado pues él no recibía las respuestas a todos los mensajes enviados por Jungkook.

Al final, ella había contestado solo uno de los tantos mensajes, para decirle que no podía salir con los chicos ese fin de semana por que ya había hecho planes con antelación.

Dicho dato enfado a Jungkook haciendo que su molestia llegara tan alto que estuvo incluso a punto de aventar su celular contra la pareced de su cocina, en la cual se encontraba en ese momento cuando recibió la repuesta.

A pesar de sentir que su fin de semana estaba empezado con la mayor negatividad del mundo, pues solo alguien como la actual Ann era capaz de rechazar a alguien como Jungkook, según él, decidió dejar de lado sus pensamientos sobre esta para realizar los planes que siempre solían ser los mismos de viernes por la noche. Festejar, tomar, coger.

Tres palabras que se habían vuelto cruciales en su vocabulario.

Solo que al querer realizar sus tres favoritas palabras solo llegó a cumplir una, pues sentía que por esa, condenada noche, todas la chicas parecían ser torpes y extremadamente tontas, incluso para realizar un polvo.

Dejando así que al final solo una de estas palabras fuera realizada por Jungkook, ya que por esa noche optó por sentarse en la barra de tragos, para empezar a consumir y tras una hora y media ya había perdido la cuenta.

Sabiendo que su situación estaba lejos de mejorar, y en pleno estado etílico, de cuál te acaba haciendo que realices cosas muy estúpidas, por la gracia de un ser superior había conseguido llegar a ese lugar.

Conocía dicho camino, como la palma de su mano y por eso mismo, rápidamente se dirigió al piso en el cual sabía que ella vivía.

En otro momento hubiera dudado, hasta incluso se hubiera sentido tonto por ir a verla, pero a pesar de no tener idea de que decir cuando está abrirá la puerta, toco el timbre que se encontraba afuera de cada uno de los diferentes departamentos, con demasiada insistencia.

Mientras permanecía en la puerta pudo escuchar como pequeñas risas, se acercaban mientras la manecilla de la puerta giraba.

-Jungkook- expreso está muy sorprendida por tal visita, Ann haciendo un máximo esfuerzo por que Jungkook no notara su acción regreso a ver sobre su hombro, mientras entre cerraba la puerta para que Jungkook no pasara, esta vestía su pijama da y parecía que recién había tomado una ducha pues su cabellos se encontraba aún húmedo -¿Qué haces aquí?-

-Bueno, qué tal si te explico adent...- fue cuando pude ver otras siluetas la cual habitando había intentado ocultar

-¿Tienes, otra toalla?- preguntó aquel mismo chico del bar mientras se asomaba por la puerta, su torpedo estaba desnudó y una toalla envuelta en sus caderas cubría su parte baja

Al igual que Ann este parecía haber acabado de tomar una ducha, pues aparte de lo evidente de su desnudes su cabello también estaba mojado.

-Oh, Hola- saludó al notar a Jungkook, pues a diferencia del susodicho que se había quedado totalmente paralizado y casi sin palabras, pues aún lo recordaba y sus ganas de golpearlo aún permanecían con él-¿Jungkook, verdad?- preguntó pareciendo recordarlo, pero como si le hubiera dado igual que una semana atrás el castaño lo buenita golpeado de la forma en la que lo hizo -Mi nombre es Taehyung-continuo extendiendo su mano hacia Jungkook, tomándolo desprevenido obligándolo a aceptarla, aunque esté no pudo soltar ninguna frase de sus labios -Estaré adentro, no tardes, porque aún no falta mucho por hacer- Lo primero lo dijo en voz alta para continuar bajando sus tonos hasta llegar a casi susurrarle en el oído, sin embargo sus intentos fueron inútiles ya que al final Jungkook escuchó lo que este expresó

Ann solo dejó que una sonrisa apareciera en sus labios y luego giró sus ojos, negando con la cabeza.

-Dame un segundo- respondió ella para dirigir su mirada a su amigo que hasta el momento no había dicho tanda más -¿Entonces?- volvió a preguntar -¿Qué quieres?-

Pero para ese momento, la mente de Jungkook se había quedado en blanco, y su organismo, solo pudo realizar una última acción para salvarlo.

-Solo venía a saludarte, y bueno, ahora como ya lo hice- miro a sus lados y levantó sus hombros -Creo que ya me voy- completo sonriendo medianamente y gritado su cuerpo sobre sus talones para finalmente alejarse de dicho lugar

Tal vez no había sido la mejor forma de realizar tal acto, sin embargo nada más se le había ocurrido, y algo era mejor que nada, ¿no?


Bueno, les agradezco por leer esta historia, y espero que les haya gustado.

Las quiero mucho 🥰🥰

Y les dejo unos besitos 💋💋 BYE

CRUMBLE |+18| JJK |KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora