Resfriado

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Situación: El pobre de All Might está enfermo y no puede dormir, not problem, Hanako despertará para ir al rescate de una manera sumamente dulce.

N/A: Una disculpa por no subir historias, la vida de oficina es agotadora. Pero bueno, ya solo me quedan 35 años para jubilarme.

~O~

Toshinori era todo un desastre en la cama, lamentablemente, no en el buen sentido. De un lado para el otro, quitándose y poniéndose la toalla que había en su frente; tratando de soportar la sensación de tener el cuerpo cortado lo mejor que su paciencia le permitía; caminar por todo el departamento con la esperanza de que el resfriado desapareciera mágicamente. Sin embargo, solo conseguía agotarse más y que su recuperación fuese más lenta. Por más que le dijeran que debía estar quieto y descansar, era algo que consideraba ajeno. Consecuencia de ser el Símbolo de la Paz.

Después de su tercera vuelta a las tres de la mañana, arrastrando los pies, se sentó a la orilla de la cama. Pudo notar algo de su presencia en el espejo del closet y arrugó el gesto. Unas impresionantes ojeras se abrían paso debajo de sus ojos mientras el color carmesí decoraba su nariz y parte de sus mejillas; incluso su cabello se veía más apagado y desacomodado de lo normal.

Aquí viene, se advirtió, horrorizado, al sentir un estornudo acercándose, por lo que salió volando por la ventana, llegando lo más lejos que su resfriado le permitiera para así estornudar sin despertar a su querida Hanako (aunque si a un vecindario entero. (::Prioridades::)). Gimoteo ante el dolor que sacudió sus huesos y con pocos ánimos regreso a casa.

Nuevo intento, pensó agotado y mentalizándose estar listo para dormir.

Y así comenzó su rutina de giros y quejidos, buscando la posición más cómoda, jugando con el mar de almohadas que tenían. ¿Y si ponía el brazo debajo? No. ¿Una entre las piernas? Nope. ¿Un arco de almohadas? Ugh, ¡no! Golpeó la cabeza contra las sábanas, frustrado. Solo quería dormir. Fue entonces que un dulce toque entro en contacto con su rostro para después encontrarse con la serena mirada de Hanako, quien terminó despertando por tanto ajetreo. 

Toshinori le pidió una y mil disculpas por despertarla, pero ella negó con la cabeza y salió de la cama.

"¿Cariño?", la llamó, con intención de seguirla.

"Quédate en la cama, cielo", le pidió con dulzura y le sonrió de la misma forma. "Te preparare un poco de té".

Al cabo de un rato,  apareció con su taza favorita. El primer sorbo pareció tomar la forma de una caricia en todo su cuerpo, que no pudo evitar estremecerse por completo.

"Gra...".

"Hush", le dijo al posar el dedo sobre sus labios y tomó su rostro con gran cuidado. "Esto del resfriado no ha sido fácil para ti, aunque no lo admitas delante mío. Por favor, amor mío, permíteme encargarme".

El corazón del rubio se estremeció y no pudo evitar soltar una pequeña risa. La situación parecía típica si se comparaba con mucho tiempo atrás y olvidó por completo que ambos eran héroes o poseían singularidades. Solo eran una pareja común, viviendo una vida común con situaciones comunes, banales, pero que significaban todo.

Hanako comenzó a llenarlo de besos, así como de dulces palabras, después de acomodarlo entre sus brazos, brindándole la mejor comodidad del mundo (sus pechos), mientras deslizaba las manos por su cuerpo, tratando de sanar cualquier incomodidad que amenazase con interferir con la velada.

La mejor parte se hizo presente cuando jugó con su cabello, lento y dedicado, paciente, entregada en su encomienda que Toshinori pudo sentir como poco a poco los parpados comenzaban a pesar y el sueño se asomaba a la vuelta de la esquina.

"Cariño".

"Si, Tosh".

"Juró que cuidare igual de ti".

"No lo dudo", ronroneo. "Tengo al mejor esposo del mundo".

Un nuevo estremecimiento azotó su cuerpo. Esposo. Sonrió adormilado.

"Y yo a la mejor esposa del mundo".

Leves ronquidos suplantaron a las palabras al cabo de unos minutos tras permanecer en absoluto silencio, dejando conversar a los latidos de sus corazones, los cuales bailaban como si fueran uno solo; a lo que ambos cayeron ante los brazos de Morfeo.

Sin duda, la mejor medicina.

(N/A: Graciosamente, tuve amistades que se quedaban dormidos en mis pechos, como también sobre mis hombros. Valen mil los amigos-almohadas).

¡AQUÍ ESTOY! [All Might x OC] [One-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora