Trato, Secreto y Aftercare

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Fue toda una osadía levantarse tras la larga sesión con All Smite. El dolor se disparaba desde la entrepierna hasta la columna vertebral llegando incluso a la zona bucal, por no mencionar los moretones que decoraban gran parte de su piel gracias a los amarres y mordidas que su dueño le regaló. Un espectáculo exótico y erótico en todo su esplendor.

Confiada, Samurái Reg, o como le había revelado, Hanako, salió de la cama. Las piernas le fallaron como era de esperarse, por lo que se fue de bruces al suelo.

"Mierda".

"Noche difícil, ¿eh?", escuchó la voz burlona de All Smite, quien la observaba con curiosidad desde el elegante sofá que había en su habitación, vistiendo un bata negra que se ajustaba a la perfección con su cuerpo.

Como si hubieran activado un interruptor, la actitud de la heroína se volvió amarga, pintándole el dedo al mismo tiempo que le daba un respiro a sus piernas.

"¿Estás enojada después de lo bien que te hice sentir anoche?", le cuestionó, fingiendo una indignada sorpresa para después echarse a reír. "Doll, si contigo aprendí hasta nuevos fetiches. Eres única en tu especie".

"Cállate", rezongó ella cuando una bata le cayó encima.

"Quitara esa cara de incomodidad".

Dicho esto, se mostró como la vida lo trajo al mundo, puesto que era la que había llevado puesta. Por instinto, la pelinaranja volteó a otro lado, aunque él no le tomó tanta importancia.

"No tengo nada de tu talla, pero puedes usar una de mi camisas en lo que está lista tu ropa", añadió tras abrir el enorme closet y sacar una camisa gris oscuro. Al voltear se encontró con una joven mujer mirándolo fijamente mientras sostenía la bata contra su cuerpo desnudo. "No te estás enamorando, ¿verdad?"

"¡Por supuesto que no! Estoy analizando la situación", se apresuró a decir al mismo tiempo que se vestía, aunque dejó escapar un suspiro bajo una extraña combinación de arrepentimiento y vergüenza. Parecía que traía un vestido sumamente holgado. "Lo diré una sola vez y quedara entre los dos".

"Soy todo oídos".

"Me gustó. No lo hice por motivos sentimentales,es más una primitiva atracción sexual que siento cada vez que te veo. Me estaba volviendo loca, mi mente era un mar de imágenes explicitas y...".

"En pocas palabras, quieres continuar cogiendo", resumió para después resoplar y estirar el cuerpo, dejando ver como se marcaban sus músculos a propósito como también incitar a su compañera a un nuevo round, aunque la mirada que le había dado ésta indicaba que eso no iba a suceder por el momento. "Estaría de acuerdo, sí tú también lo estás. Vernos de vez en cuando para calmar las ganas. Solo digo".

Hanako permaneció en silencio por unos segundos, mirando inquisitivamente aquellas cuencas oscuras y azuladas.

"¿Estás hablas en serio?".

"Dudo que te agrade la idea de coger en prisión, ¿o sí?", respondió el rubio, alzando sus pobladas cejas. No recibió alguna respuesta por parte de ella, pero basto el silencio para afirmarlo. "Dejaré de darte tantos problemas, si de cuando en cuando te tengo entre las piernas".

"Puedes conseguir fácilmente mujeres".

Aquello lo había dicho tanto para sí misma como para él. Porque era verdad. All Smite era dueño de un cuerpo atractivo como el infierno y aunque odiara admitirlo poseía un carisma excepcional, pero sinceramente el premio gordo era lo que se ocultaba debajo de sus pantalones así como la increíble habilidad que poseía en la cama.

"Me excita lo prohibido, Doll. Además, no eres la única que arriesgará el cuello. Si algún villano se entera de esto, mi cabeza rueda tanto como la tuya".

"¿Y por qué alguien debería enterarse?".

"Cualquiera de los dos puede chantajear al otro. A veces la excitación le gana al cerebro y alguien puede ver algo, pero si sabemos movernos bien, disfrutaremos en grande".

Continuó mirándolo sospechosamente tras aceptar la camisa, misma que le quedó como una especie de camisón enorme, marcando el impresionante tamaño que poseía All Smite contra su metro sesenta y cinco.

"El pensamiento es mutuo, incluso ahora mismo quiero follarte hasta llenarte toda", fue lo único que dijo para después meterse al baño, mientras ella se convertía en una manzana andante ante el escaso tacto. "Bien, ya que nos estaremos viendo, hay algo que debes saber y que, por sorprendente que parezca, pediré que no se lo digas a nadie".

Desde el interior del cuarto de baño se escuchó un sonido parecido al vapor y cuando abrió la puerta, ella apretó con fuerza el mango de la cuchilla que tomó en el caso que se tratase de una trampa. Los ojos casi abandonaron su rostro en cuanto reparó en la escuálida y demacrada figura que había aparecido, dejando atrás al musculoso hombre de hace unos momentos. Dos oscuros huecos decoraban su rostro y donde residían un par de destellos celestes que luchaban a duras penas por permanecer encendidos; sus flequillos se habían marchitado hacia los costados y parecía que el resto de su melena había estallado tras dejar de ser presa del gel. En cuanto a su cuerpo, aun poseía su estatura, quizás un par de centímetros menos, pero se había convertido en una envoltura de huesos.

"Podrías cambiar la expresión de tu rostro", sentenció All Smite bajo cierta incomodidad, incluso pudo notar vergüenza y cierta frustración en sus facciones. Hanako se disculpó de forma automática. "Gracias...".

Antes que pudiera terminar de hablar y casi a la velocidad de la luz, ella se movió en su dirección y lo sometió contra la pared al mismo tiempo que depósito la daga en su garganta. Parte de ella se mostró asustada y confundida, y la pregunta que más inundaba su cabeza fue: ¿con quién carajos se había acostado?

"¿Quién mierda eres? Dónde está All Smite?", cuestionó con dureza y apretando con mayor fuerza su cuerpo contra el de él.

Tal vez por arte del quirk de aquel sujeto su cuerpo se infló, recuperando su figura original. Ahora la sometida era ella. Salvo que en lugar de una daga era su enorme mano que se encontraba sobre su garganta, la cual no esperó un segundo movimiento para ahorcarla. Hanako jadeó y manoteó contra sus muñecas en señal de rendición.

"Que sea la última vez que— ¡UGH!"

Una nueva nube de vapor hizo acto de presencia así como la fuerza ejercida contra su cuello desapareció por completo. Lo escuchó toser. Sonaba pesado y reparó en la sangre que escurría de sus labios. Esta vez no hizo nada. Simplemente se quedó observando desde la orilla de la cama tras abandonar el cuarto del baño.

Élcopió sus acciones pero permaneciendo apoyado en el marco de la puerta. Tenía elaspecto de estar recuperando el aliento.

"Good girl", musitó en respuesta y con una pequeña sonrisa burlona mientras se desparramada nuevamente en el sofá mientras ella lo miraba con ironía. Se señaló: "No entraré en detalles. Quedé así después de una divertida pelea con uno de los héroes más jóvenes. Había usado todo mi poder de manera imprudente y porque quizás el orgullo me ganó. Se ganó mi respeto, más no las ganas de querer matarlo".

"¿Quién fue?".

No contestó para después limitarse a repetir que no entraría en detalle y de la nada rio entre dientes mientras se apoyaba en su mano.

"Drenaste toda mi energía y ahora debo esperar. Hoy tampoco pienso dejarte ir".

"Eresun idiota", lo insultó cuando escuchó timbrar su teléfono. Él la siguió con lamirada, observándola fijamente. "No diré nada", se apresuró a decir paradespués contestar. Se trataba de uno de sus compañeros que solicitaba apoyopara someter a un grupo de villanos que habían tomado rehenes durante unpartido de béisbol. "Lastima, otro día será. Debo trabajar".

Apenas iba a tomar su traje cuando una enorme mano embistió su mandíbula, elevándola un par de centímetros del suelo.

"Dijeque no te dejare ir...", sentenció All Smite bajo un tono amenazante pero a lavez excitante, causando que a Hanako se le hiciera agua la boca. "En cuatro. Ya".

¡AQUÍ ESTOY! [All Might x OC] [One-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora