¡AQUÍ ESTOY! [All Might x OC] [One-shot]

Promesa

Sinopsis: Después de la muerte de la maestra de Toshinori, Shumura Nana, éste optó por viajar al otro lado del mundo después de graduarse de la preparatoria, no antes de que su querida Hanako hiciera una promesa para ambos.

"Así que es verdad que te irás...", señaló la peli naranja desde la comodidad de la cama individual mientras miraba el techo celeste, aunque observando por el rabillo del ojo la puerta del baño donde solo pudo ver ciertos gestos que su invitado generaba. "Pensé que Gran Torino me estaba tomando el pelo de nuevo", suspiró con dolor.

Sus manos jugaban entre sí sobre su abdomen como forma de distraer el miedo y la ansiedad que comenzó a manifestarse maldosamente en ella después de ver las maletas de su compañero en la sala de estar del pequeño apartamento.

"Dice que es la mejor opción", habló una voz masculina desde aquel cuarto. A diferencia de hace un año y medio, sonaba más seria y apagada, estrujando de tristeza el corazón de la muchacha. "Aunque deteste admitirlo, tiene razón. No es bueno que me quede aquí, no después de lo que ocurrió con... con mi maestra", su voz se escuchó muchísimo más oscura por unos segundos. "No sé qué habrá sido de ese infeliz, pero no puedo arriesgarme a que me encuentre con la guardia baja. Debo prepararme..."

"...y conseguir cumplir tus sueños", agregó ella como si quisiera recordarle una parte de la felicidad del rubio, el motivo por el cual quiso convertirse en un héroe. "Debes convertirte en el símbolo de la paz que la sociedad necesita. O me enojare contigo".

"Hanako..."

"Oh, no. No empieces con ese tono, Toshinori", se apresuró a decir la susodicha tras salir por fin de la cama y entrar al cuarto de baño, encontrándose a un enorme joven de melena rubia y ojos cristalinamente azules y quien la miraba desde el espejo con cierto sentimiento cansado. Deslizó las manos por su cintura a la vez que apoyaba el rostro contra su espalda, disfrutando de la colonia que usaba, a lo que él no pudo evitar estremecerse ante el cálido tacto de su piel. Hanako rio quedamente al reparar la forma en que sus manos sostenían su cabello. "Me gusta. Te hace ver más atractivo".

Toshinori dejó caer los flequillos y la acusó con la mirada.

"Entonces, ¿me mentiste cuando dijiste que amabas mi cabello de esta forma?", señaló la forma natural del mismo.

"No... tal vez... quien sabe", bromeo, deslizando los dedos por sus flequillos tras apoyarse sobre las puntas de los pies. Su sonrisa se amplió tras conseguir su cometido, robarle una a Toshinori, aunque sea pequeña; pero, ahora fue ella quien se puso seria para después huir de nuevo a la cama, teniendo a un joven alto pisándole en los talones, preso de una preocupada curiosidad. "Odio las promesas, pero quisiera hacer una: no importa que tan lejos este el uno del otro; no importa el tiempo que pase para que podamos cumplir nuestro sueño para ser unos verdaderos héroes; no importa el tiempo que tardes en volver; cuando nos volvamos a encontrar, me llevaras a cenar y me compraras un panda de peluche".

"Deberías tener un premio a la señorita más cursi del mundo".

Hanako soltó una carcajada para después mostrar una pose altiva.

"Aun así me amas"

"Para nuestra desgracia", finalizó, depositando un cálido beso en sus labios, tratando de memorizar el tacto, el sabor, los movimientos, mientras sus manos trazaban la piel de su rostro, sus pequeños hombros, la firmeza de su cintura; toda ella. No pudo evitar suspirar con anhelo al separarse. "Deberías ir conmigo".

"No. Este es tu sueño y tengo miedo que lo eche a perder", respondió ella y Toshinori la miró sin entender, tratando de ocultar el dolor en sus ojos. "Te conozco, Tosh. Jamás he dudado que consigas ser el mejor héroe del mundo. Tus ideales, tu corazón y espíritu es el de uno verdadero. Como lo fue Nana. Eres lo que necesita la sociedad, pero pone en peligro ciertas cosas".