¡AQUÍ ESTOY! [All Might x OC] [One-shot]

Hora del Almuerzo (+18)

N/A: Graciosamente ha sido el oneshot más rápido que he escrito, jajaja; no sé ustedes, pero la música R&B ayuda mucho para estas situaciones. The Weekend, por ejemplo.

Entre otras cositas, muchas gracias a las personas que han votado por cada historia. Es bonito ver que les guste. Bonito día <3

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"¡Espera, T-Toshi-i!", aulló Tachibana Hanako tras ser asaltada por el hombre de melena dorada en cuanto tomó asiento en el elegante sofá que había en su oficina.

La había invitado a tomar el almuerzo como ya era costumbre. Compartir el tiempo libre, sin ninguna clase de disturbios. Pero sinceramente, aquellos jamás había pasado por su cabeza; en lo más mínimo.

Toshinori no atendió a su suplica. Incluso en su forma normal continuaba poseyendo cierta fuerza física, encontrándose con la calidez de sus pechos, los cuales eran cubiertos únicamente por un par de vendas (aunque de un material resistente), ahogándose en el dulce aroma de su piel tras apretarlos contra su rostro con cierto destello de añoranza.

"Toshinori", repitió, deteniéndolo de plano, a pesar del rojo vivo que cruzaba por sus mejillas y la forma en que le tembló la voz. "Aquí no. Nos podemos meter en problemas".

El susodicho se levantó sin decir ni una palabra. Aliviada de que entendiera, se apresuró a acomodarse la ropa cuando escuchó el seguro de la puerta así como la luz comenzaba a disminuir su intensidad, creando un ambiente romántico-erótico. Y tras alzar la vista, se encontró con los ojos del rubio, a pesar de la negrura que poseía, delató un increíble y desesperado libídine; mordió su labio inferior al sentirse desarmada al igual que cierto espasmo viajó por su vientre de manera deliberada y traviesa, que tuvo que controlarse por su propio bien mental. A veces olvidaba la enorme influencia que él tenía sobre su cuerpo.

"Pechos", lo escuchó decir sin una sola gota de pudor y con la boca medio abierta, hambrienta de su objetivo, arrastrando los pies en su dirección. "...por favor".

"¡Toshinori Yagi!".

El rostro de la pelinaranja se sumió por fin en el color carmesí, cubriéndose el rostro con las manos para ocultar la vergüenza hasta que chilló nuevamente al sentir las manos de su compañero, jalando con cierta necesidad de las vendas bajo la intención de revelar su contenido que tanto deseaba probar; aunque antes se tomó tiempo para hacer un juguetón recorrido en uno de sus puntos débiles: la clavícula. Hanako comenzó a respirar con irregularidad ante el choque de pieles, incluso sus ojos quedaron en blanco por unos segundos. Sin embargo, continuó resistiéndose.

"Séque no es el lugar, pero te deseó. Ahora", gruñó, erizándole la piel por nuevacuenta ante la profundidad que había tomado su voz y la oscuridad de su mirada.Esa dominación, por el amor que le tenía a ese hombre, amaba que la mirara deesa forma. "Hana...".

"Al menos deja que me acomode", se quejó, derrotada.

Lo escuchó suspirar para después conectar sus labios con los suyos, estremeciendo cada pliego de su piel al entrar en contacto con su lengua, representando una batalla campal al punto de crear un hilo de saliva tras separarse. Aquel decidido hombre llevó las manos a sus pechos, representando una idea con sus acciones. Ella reaccionó, apretando un botón en la pulsera que siempre llevaba consigo y como por obra de magia, las vendas desaparecieron, dejando que su pecho se mostrara como la vida la trajo al mundo. Poseían una talla un poco más grande que el promedio, copa 38C, tal vez; de areolas pequeñas y lindamente rosadas, mismas que volvían loco al retirado héroe cada que las tenía en la boca, sometiendo a su invitado con la intención de sacarle algo sin mucho éxito.