A Strange Tale 2 - Capítulo X

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Strange despertó aterrorizado a la par que descubría un sudor frío en su cuerpo junto al sentir de su piel helada. Respiraba agitadamente y llevó las manos sobre su rostro para darse ligeros golpes y recordar que estaba en su realidad. Observó a su alrededor y reconoció su habitación mientras que a su mente llegaban ligeros recuerdos de lo sucedido en la dimensión de las pesadillas. Intentó rememorar lo que había vivido y entre más lo hacía todo comenzaba a volverse un terrible recuerdo borroso.

Se levantó de un brinco y buscó entre sus cajones alguna libreta y lápiz, y al encontrarlos, comenzó a escribir el nombre que había escuchado de aquel hombre al que vio morir; el nombre de quien podría ser la esposa. Anotó Eleonor y dejó de lado el lápiz para arrancar la hoja y guardarla en el bolsillo de su ropa de dormir.

Tan pronto como pasó su terrible sentir, el Doctor Strange decidió comenzar con sus rutinas matutinas para luego ir al Metro-General Hospital. Necesitaba descubrir si ese hombre era alguien que viviese en la ciudad y si había muerto por culpa de la pesadilla. Detuvo su apresurado andar al momento que ajustaba sus ropas.

«La pesadilla» pensó.

¡Había visto un ser que provocaba las pesadillas! Llevó una de sus manos a su rostro y un agotamiento terrible llegó a él. Sabía que lo había visto, sabía que lo había intentado enfrentar, sin embargo, el resultado no fue satisfactorio. No recordaba su forma, no recordaba su rostro ni su voz, aun así, recordaba sus amenazas. Dejó caer su mano en la mesa y la golpeó con gran fuerza logrando que el eco resonara en su habitación, y en su mente comenzó a rezar a los Vishanti para que le otorgaran el valor de afrontar a la infernal pesadilla.

 Dejó caer su mano en la mesa y la golpeó con gran fuerza logrando que el eco resonara en su habitación, y en su mente comenzó a rezar a los Vishanti para que le otorgaran el valor de afrontar a la infernal pesadilla

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Los acelerados pasos de Strange tomaron desprevenido a Wong quien limpiaba la estancia principal. Este observó como las ropas de él cambiaban a unas más adecuadas a la actualidad y apreció como le pasaba de largo.

—Buenos días —saludó un tanto molesto.

—Buen día, Wong —respondió Stephen al abrir la puerta.

—¿A dónde vas? Hay que limpiar esta parte del santuario —reclamó, ya que él parecía haber olvidado aquella promesa por la limpieza.

—Es un asunto importante, no tardaré —salió, provocando un fuerte ruido y Wong quedó confuso ante lo que había pasado.

Al poner un pie en la cera, Strange logró llamar la atención de un taxi. Subió y pidió ser llevado al Metro-Hospital.

Algo que Strange había olvidado, desde que había partido en su búsqueda de sanación, era el tránsito que se generaba temprano en la jungla de asfalto. Resopló furioso al interminable sonido de los cláxones y la larga fila de espera hasta que su cerebro hizo una conexión, podría generar un portal para llegar a su destino.

Stephen se inculpó de su barbaridad, claramente no estaba pensando con lógica y pagó al taxista. Dejó el vehículo en busca de un sitio donde no le pudieran ver y logró ocultarse en un largo y oscuro callejón. El Doctor colocó su anillo en sus dedos y creó un portal a la zona más tranquila del hospital.

Las Extrañas Historias de una Joven Hechicera. 【E D I T A N D O】y【P A U S A D A】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora