A Strange Tale 1 - Epílogo

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Becky observaba dentro del horno de la estufa; el tictac del reloj era lo único que se escuchaba a su alrededor hasta que, el sonido de los zapatos de su madre la hizo ver a través del cristal.

—¿Qué haces? —preguntó entre divertida y extrañada.

—Preparé unos pastelillos...

—¿Tú hiciste qué?

—Pastelillos —repitió, un tanto molesta. El timbre de la estufa sonó y rápido tomó los guantes y los sacó.

Su madre se acercó para contemplar lo que su hija había hecho y el resultado fueron unos pastelillos crudos y sin color.

—¡Pero...! —exclamó asombrada—. ¡Seguí la receta, al pie de la letra!

Greta sonrió y llevó su mano al hombro de su decepcionada hija.

—Casi lo logras.

La joven bufó y lanzó la bandeja a la mesa.

—Casi... —repitió.

—¿Y por qué hiciste los pastelillos? —preguntó, mientras contemplaba con gracia las masas que se habían hecho.

—Para celebrar mi cumpleaños —reveló, su madre le miró y notó la cara de decepción que había en su rostro.

—Pero, tu cumpleaños es pasado mañana.

—Lo sé, es solo que... —se detuvo y dejó escapar una bocanada de aire— Quería celebrarlo con unos amigos y me había animado a preparar los pastelillos de la abuela.

Greta dejó escapar un suspiro y se acercó a su hija para tomarla de la barbilla y ambas mirarse.

—Supongo que gastaste todo en comprar el material, así que, puedo darte dinero para que compres unos.

—¿En serio?

—Si —en ello, Greta apreció su herida en el frente y la tocó suavemente con el pulgar—. ¿Aun te duele?

—No, ya casi no —dijo con una boba sonrisa.

—Aun no entiendo como fue que te caíste.

Becky dejó a relucir una sonrisa nerviosa, pero trató de disfrazarla para no hacer que su madre sospechara donde realmente se había accidentado.

—Ya sabes, mami, tu hija que es muy distraída —mencionó, sacó la lengua y una sonrisa tonta se posó en su rostro.

Greta le observó con una ceja arqueada, nada convencida con la explicación que había dado el día que la vio con la gasa en la frente. Rebecca se mantuvo sonriente hasta que ella soltó su barbilla y fue en busca de su monedero. 

Becky caminaba rumbo a la calle Bleecker, consigo llevaba una caja de pastelillos que recién compro en una pastelería cercana

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Becky caminaba rumbo a la calle Bleecker, consigo llevaba una caja de pastelillos que recién compro en una pastelería cercana. Llegó al 177A, subió los escalones a tocar la puerta y unos momentos después Wong atendió a su llamado.

Las Extrañas Historias de una Joven Hechicera. 【E D I T A N D O】y【P A U S A D A】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora