A Strange Tale 1 - Capítulo XIII

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Morgana había preparado un discreto altar en medio de aquella habitación. Las velas eran las únicas que alumbraban el lugar y el aroma de la cera se había intensificado; con la página que tanto había anhelado, el libro de Cagliostro yacía en medio de aquel altar listo para ejecutar sus conjuros más oscuros. La reportera se hincó, colocó ambas manos junto al libro y leyó las escrituras antiguas de aquellas páginas para comenzar a pronunciar sus infames palabras.

Ante la enunciación de esa lengua muerta, Morgana apreció como el ambiente se volvía pesado y lúgubre, observó a su alrededor y el miedo comenzó a apoderarse de su cuerpo. Jamás detuvo su invocación, alzó sus manos y comenzó a formar el símbolo que representaba a Dormammu. Las líneas que dibujaba al aire se tiñeron en un brillante rojo escarlata, dejando sorprendida a la mujer, y pudo ver como todo lo tangible a su alrededor se distorsionaba ante sus ojos.

 Las líneas que dibujaba al aire se tiñeron en un brillante rojo escarlata, dejando sorprendida a la mujer, y pudo ver como todo lo tangible a su alrededor se distorsionaba ante sus ojos

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Un fuerte aire resopló por el lugar, provocando que las velas se apagasen y la oscuridad llenó el sitio. Un terrible silencio fue la acompañante de la mujer y buscó estar alerta ante cualquier situación.

—Morgana... —escuchó a sus espaldas y la luz volvió.

Aterrorizada ella se dio la media vuelta y contempló aquella entidad oscura, quien manipulaba la realidad. Lentamente ese ser tomaba su forma humana y Morgana Blessing se maravillaba ante su metamorfosis.  

Un extraño ruido hizo que Rebecca alzara su mirada, la cual se había cegado por la luz del sol que entraba por la ventana de la habitación

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Un extraño ruido hizo que Rebecca alzara su mirada, la cual se había cegado por la luz del sol que entraba por la ventana de la habitación.

—Buenos días —saludó Christine con una tierna sonrisa.

—Buenos días —respondió Becky muy adormitada. Dio un gran bostezo y comenzó a tallarse sus ojos—. ¿Cómo está? —preguntó.

—Se encuentra mejor, el reposo ha sido de gran ayuda.

—Me alegra escuchar ello...

—Tal vez en un par de horas despierte —continuó Christine mientras terminaba de revisar los signos vitales.

Rebecca se estiró y notó que la capa yacía sobre sus hombros, por unos momentos le miró confusa y cuando vio que esta se alejaba de ella, recordó que aquella vestimenta tenía vida propia. Becky le vio y con una sonrisa le dio las gracias. Habiendo terminado su chequeó, Christine observó a la chica y notó lo pálida y delgada que estaba.

Las Extrañas Historias de una Joven Hechicera. 【E D I T A N D O】y【P A U S A D A】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora