Santuario de Londres, Inglaterra.
El aroma del té inundaba la sala de estudio mientras la lluvia caía delicadamente sobre el cristal. Clive Bentley tomó la fina tetera de porcelana y sirvió su anhelado té, al llenar su taza continuó con la siguiente y, terminando su tarea, tomó asiento y esperó paciente. Al cabo de unos minutos unos rigurosos y estruendosos pasos alcanzaron sus oídos. Bentley paró de beber y sonrió débilmente al reconocer aquel ruido.
—Llegas tarde —saludó y dejó su taza sobre la mesa—. Por favor, toma asiento. Un té le hará bien a tu cuerpo —aquella persona no mencionó palabra alguna al igual que no aceptar su invitación—. Te encuentras empapado, podrías coger un resfriado.
—Eso no importa —respondió. Su voz sonaba fría, sin alma.
Bentley frotó sus manos sobre la funda de la silla y con un ligero suspiró se alzó para observar a su invitado. El hombre se encontraba cubierto con una capa y capuchón color verde olivo; su misticismo y peligro no intimidaban al viejo Bentley.
—Así que, lo rumores sobre ti son ciertos —soltó desanimado.
—¿Por qué ha de importar la habladuría de la gente? Sabes perfectamente el nuevo camino que escogí.
—Escogiste el peor camino, Mordo.
Al escuchar su nombre, quitó su capucha y contempló disgustado al hombre.
—El camino que he escogido es el correcto.
—No, Mordo —mencionó triste—. Ancestral no te guio por un noble camino para que tú te descarrilaras.
Un fuerte estruendo sacudió el estudio, los libros alrededor de ellos salieron volando y los artefactos cayeron al suelo, preocupando y estremeciendo a Bentley. Las manos de Karl Mordo se habían hecho dos fuertes puños y sus venas comenzaban a latir. La ira lo dominaba, era quien lo conducía ahora.
—¡¿Con qué derecho lo dices?! —gritó—. ¡Tú sabías lo que ella hacía! ¡Tú conocías sus más terribles secretos! ¿Guiarme a mí por un noble camino? —cuestionó con una falsa burla.
—Por favor... escúchame.
—¡No! ¡Tú escúchame a mí! —ordenó mientras le apuntaba—. Sabías que ella usaba la magia oscura para sus propios fines. Sabías que ella quebrantó las leyes de la naturaleza. ¿Me dices que me guio por un noble camino, cuando ella misma traicionaba sus propias palabras?
Bentley llevó sus manos por detrás de su espalda y un decepcionado suspiró surgió. Negaba suavemente con su cabeza y la respiración agitada del dimitido hechicero era lo único que se percibía en aquel sitio.
—Mordo, tú no sabes por qué Ancestral hizo lo que hizo.
—¿Y tú sí?
—Hijo, lo único que puedo decirte es que, en la dimensión oscura no solo yace la maldad de Dormammu. Hay quienes conservan su bondad y estuvieron dispuestos a todo con tal de brindarle ayuda a Ancestral.
La confusión en el rostro del antiguo hechicero se hizo presente y Bentley se mostró lo más firme que pudo hasta que una risotada surgió por parte de Mordo. Sin creer dichas palabras llevó el dorso de su mano sobre sus labios y trató de calmar esa escandalosa risa.
—Ahora... ¿Te atreves a decirme que existe la bondad en la dimensión oscura? —una nueva risa llegó—. Solo buscas justificar sus acciones.
—No busco justificar ninguna acción. Solo te digo una verdad. Ancestral conocía los peligros que albergaba usar la magia oscura.
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Las Extrañas Historias de una Joven Hechicera. 【E D I T A N D O】y【P A U S A D A】
Hayran Kurgu❝ La magia es caos, arte y ciencia. Es maldición, bendición y progreso. Todo depende que quién se sirve de la magia y para que fines. La magia está en todas partes. Alrededor de nosotros. -Andrzej Sapkowski❞ ❥ Rebecca Keller siente que el destino...