A Strange Tale 2 - Capítulo XVI

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Stephen Strange contemplaba las estrellas a través del ventanal de su santuario, jamás se había sentido tan agradecido por ver aquellos pequeños destellos centellear sin cesar. Exhaló algo agotado y percibió unos pasos acercarse a él, dio la media vuelta y observó a Wong con una bandeja y tres tazas de té.

—¿Todo está bien? —preguntó al dejar todo en una pequeña mesa.

—Si —contestó con un ligero movimiento de cabeza.

Wong dirigió su mirada al fondo de la habitación y recostada en uno de los sofás se encontraba Rebecca. La joven yacía dormida boca abajo con la boca un tanto abierta y en la orilla dejaba caer uno de sus brazos y una pierna. El hechicero parpadeó un tanto confuso y llevó su mirada con Strange quien tomaba una de las tazas de té.

—Déjala —mencionó, consiente de esa mirada—. Necesita descansar.

Ante esas palabras Wong no respondió, fue a tomar su taza de té y una vez junto a él le observó con cierta prudencia.

—¿Qué sucederá con la pesadilla?

Consumiendo su primer sorbo Strange vio a su compañero.

—Estará cautiva por un largo tiempo.

—Me alegra escuchar ello.

—Sí. Ya nadie sufrirá —dijo, echando una rápida mirada a aquella jovencita—, todo en ambas dimensiones será como debe de ser.

Wong observó por unos momentos a Becky, luego regresó con él notando como meneaba la canela en su té.

—¿Sabes, Strange? Creo que debes de estar consciente que no siempre podrás proteger a Becky —ante ello, el Doctor llevó una rígida vista con él—. En un principio, ninguno de los dos detecto el poder la pesadilla sobre ella.

—Lo sé, Wong...

—¿Has pensado el abrirle las puertas de las artes místicas?

—Conoces mi postura.

—Si, la conozco a la perfección, sin embargo, nunca es tarde para cambiar de opinión.

Stephen miró severamente a su compañero y bebió de su té.

—Mi opinión se mantiene firme —reveló al terminar de pasar su té y colocar la taza sobre la mesa—. No pienso arriesgarla más. Ya son dos ocasiones donde casi muere, y esta última fue la más cercana a ello.

—¿Y qué tienes en mente?

—He pensado en un hechizo para hacerle olvidar todo. Ya lo había considerado en un principio, pero no sé qué me detuvo para no realizarlo.

—Esa debe ser una señal.

—¿Qué señal? —preguntó suspicaz.

—Ese es el misterio, Strange. Tú, como hechicero supremo, debes identificar a quienes tienen un potencial para servir a nuestro arte. Nada te llegará con lógica y razón, solo serán señales las cuales deberás percibir y seguir. Te has puesto a pensar, ¿qué sucedería si realizas ese hechizo?

—Ella seguiría con su vida normal, sin estar apegada a todo esto y a los peligros que conlleva.

—O tal vez Becky estaría en un círculo vicioso, siendo atraída por el destino a este santuario. A todo lo que nos rodea, diciéndote que es aquí donde debe estar. Y al rechazarle las posibilidades la dejas expuesta a múltiples e innumerables peligros. La pesadilla la detectó y fue el primero de muchos dispuestos a todo con tal de atacarnos.

—Basta... —susurró y él obedeció.

El silencio llegó y en la cabeza de Strange miles de cosas surgieron. Fueron demasiados pensamientos y conflictos que intentó callar con la pequeña cuchara al volver a menear el contenido de su té.

Las Extrañas Historias de una Joven Hechicera. 【E D I T A N D O】y【P A U S A D A】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora