A Strange Tale 3 - Capítulo II

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—¿Si vas a ir? —preguntó Yamir algo preocupado, mirando como su empleada se colocaba su mochila.

—Si —respondió como si nada—. El Doctor Strange dijo que tenía que hablar conmigo de algo muy importante —Su jefe suspiró y llevó una de sus manos a su rostro, Becky acomodó su cabello y le miró confundida—. ¿Qué pasa?

Yamir dejó caer la mano y vio angustiado a Rebecca.

—Sabía que andabas en algo muy raro, pero... ¿En qué te has metido, niña?

Ella se asombró.

—Pues, ayer lo viste.

—En serio, Rebecca —soltó severo—. Lo que yo vi ayer... fue... —se detuvo, alzó sus manos y notándose desesperado, buscaba las palabras correctas— tan raro como perturbador.

—Yo también ya he visto y vivido cosas raras y perturbadoras. De hecho, el estar en el hospital fue debido a una entidad llamada pesadilla.

—¡¿Qué?!

—Pero anoche todo se solucionó —continuó sonriente—. El Doctor Strange logró vencerlo y todo volverá a la normalidad

Yamir se alejó del escritorio y se acercó a Becky, la tomó de sus hombros y le miró cuál amigo preocupado.

—Piensa lo que estás haciendo.

—Desde que sé, lo he hecho.

—¿Y qué es lo que quieres hacer? ¿Unirte a esa locura?

—Yo...

—Esto, claramente, no es un juego.

—Ya lo sé —respondió mientras le bajaba las manos—. Ya lo sé... Sea lo que sea, estaré bien.

Becky dio la media vuelta y caminó a la salida.

—¡Le diré a tu madre! —advirtió.

—¡No, no lo harás!

—¡No me retes!

—¡No te creerá! —exclamó al abrir la puerta, se giró y le sacó la lengua.

Salió y se preparó a cruzar la calle. Yamir suspiró angustiado, la conocía, sabía que ella sería capaz de unirse a esas locuras. Y rogó a su Dios para que le cuidase.

Rebecca subió los escalones para llamar a la puerta del santuario

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Rebecca subió los escalones para llamar a la puerta del santuario. Alzó su mano y a punto de tocar la madera, junto a un parpadeo, notó como el lugar donde estaba había cambiado y casi cayó al realizar que ya no estaba en la entrada. Se enderezó confusa y observó a su alrededor.

—Buenas tardes, Keller —escuchó a sus espaldas.

La joven volteó y descubrió a Strange con su prestigiada seriedad y descansando en su sillón.

—Buenas tardes, Doctor —saludó, aún aturdida.

—Por favor —ofreció apuntando al sillón vecino y ella obedeció—. ¿Té?

Las Extrañas Historias de una Joven Hechicera. 【E D I T A N D O】y【P A U S A D A】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora