■Capitulo 13 T2■

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Narración Jeongguk

Saqué la mochila de mi hombro, dejando oír un quejido de mi parte, me duele todo, tuve tres paros cardíacos casi seguidos, no siento lo brazos, me arden los muslos, y todo los músculos que ocupe en la reanimación cardiopulmonar, pero el hueoncito quería estudiar medicina po.

Dejo la mochila en el ropera detrás de la puerta, para entonces fijarme en la ausencia de luz que hay, frunciendo el ceño para ver por donde voy, hasta que Felix aparece por la cocina, sonriendo, con una bandeja en la mano de lo que parece ser alguna alimento (espero vegetariano) que humea, huele bien y doy la bienvenida con una sonrisa, no obstante escaneo mi entorno y siento que la sangre se me va a los pies, el usa la ropa linda, se ha cortado su mullet, siendo un corte parecido al de... JiMin, no puedo no decir que se ve precioso, es irreal lo hermoso que es, pero eso no me quita inquietud de ver una mesa en el balcón, con velas, platos y decoración para ser llamada cena especial, se me revuelve el estómago de pronto antes las posibilidades.

-Llegaste justo, ve a lavarte las manos y ven a comer, amor.

Yo acato orden sin decir mucho, me miro al espejo unos segundos, mi cabello llega hasta el final de mi oreja en varios rulos, tengo una polera blanca pegada al cuerpo y unos jeans colgando de mis caderas, me siento un poco raro de no verme bien como él. Sacudiendo la cabeza salgo del baño con las manos, antebrazos y cara lavada, me dejo caer frente a mi pololo, sonrío porque todo se ve muy rico.

-¿Y esto?

-Me he dado cuenta que últimamente lo único que hacemos es pelar, discutir y más desde que te mudaste aquí, no quiero que pienses que fue un error vivir conmigo, amor, quiero que pasemos buenos momentos para hoy todos los días posibles ¿Se puede? - Yo miro lo que hizo por mi, y me trago la mueca, estoy tan cansado, agotado de todo, me hubiera gustado lo que lo hubiera consultado antes, sin embargo no puedo hacerle esto, de nuevo trato de poner lo que no tengo de mi, y asiento sin decir más, para él es suficiente realmente, así que me tranquiliza por el momento.

La cena se basa en conversaciones comunes o de temas que ya hemos hablado, la posibilidad de un gato, un cachorro o irnos a una casa juntos, aunque admito que solo hago sonidos o contesto en monosílabos, mi compañero es quién gasta más saliva en todo el asunto. Viene el tema de ir a ver a sus padres (que por cierto no me quieren) a Antofagasta, y me encojo de hombros para dejarlo en un memo.

-¿Pero qué piensas de buscar una casa más grande juntos? - El zapallo italiano me queda a medio camino, así que lo dejo pasar con un poco de agua.

-Uhm ¿para que una casa más grande? digo, somos solo dos, mas grande, mas amplio que limpiar.- Revuelvo el salteado de verduras frente a mí, recogiendo los pimientos con las zanahorias.

-¿Seremos siempre solo dos? - Alzo la vista algo tembloroso, y le siento un sabor amargo a lo que como.

-Bueno, a veces puede venir a quedarse nuestros amigos, si es a lo que te refieres.

Revolución (PJMxJJG chileno) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora