Capitulo 12.

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Maia.

—vengo por mi hija se qué esta aquí, no tienes derecho de tenerla aquí.
-Escuche qué dijo mamá, con sumó enojo en su voz, seguro hasta el edificio de enfrente se escuchaban sus gritos.

—¡lo tengo y lo sabes!.-

Ésta vez hablo Daniel, ¿a que se refería con que tenía "derecho"?

Mamá dijo que era malo escuchar conversaciones ajenas pero tenía un raro presentimiento que esto me incumbía.

—no, no lo tienes.

—claro qué lo tengo! ¡soy su padre!, y soy el padre biológico, tengo más derecho de estar con mi hija, que el imbécil ese de tu noviecito, ¿cómo es eso de que obligas a mi hija a estar con una persona que no es nada de ella diciéndole que es para mejorar su relación "padre e hija".

-Oh Dios, Daniel era mi papá, ¡Daniel es mi papá!, mi corazón latía tan fuerte de la felicidad qué sentía que se me iba a salir, tenía unas inmensas ganas de salir de mi escondite e ir y darle un fuerte abrazo.

La pelea entre mamá y papá, "papá" que bien se sentía decirlo, en lo qué estaba la pelea continuó hasta que mamá no soportó más, subí a la habitación qué mi papá me había dado.

Daniel, mi papá, ahora que lo veía todo tenía sentido, yo me parecía a él, él desde qué me conoció me quiso y me quiere mucho al igual que a mamá.

DANIEL.

Después de aquélla discusión con Scarlett, me dispuse a ir a la cama, pasé a ver a Maia, su respiración era tan tranquila y se podía ver en su rostro angelical una sonrisa, yo soló Sonreí al ver su sonrisa, al parecer tenía dulces sueños.
Enserio deseo y espero qué Maia no tenga el carácter de su madre por el bien de su novio.

Al levantarme, decidí no levantar a Maia, era Sábado merecía descansar.
Me dirigí a la cocina para preparar el desayuno, unos deliciosos "Hot-Cakes" mi especialidad, tarareaba una canción cuando el timbre me interrumpió.

—Daniel, ¡hijo!.
-Dijo mi mamá, mientras me daba un efusivo abrazo y un sonoro beso en la mejilla.

—¡mamá! ¿qué haces aquí?

—paso un mes y no volviste, me preocupe hijo.
-Dijo sentándose en el sofá.

—te dije qué vendría por Scarlett, pensé que había sido muy claro.

—No creí que hablarás enserio.

—pues lo hacia, ¿te quedaras aquí?.

—si no te molesta.

—para nada mamá, estaba apunto de desayunar, ¿ya lo hiciste tú mamá?.-mi mamá solo negó.-entonces voy por Maia y desayunamos.

—¿Maia...?.-pregunto confundida.

—si...emh..Maia es mi hija.-dije algo nervioso, mientras rascaba mi nuca.-soló te pido que no digas nada, ella aún no lo sabe.

Subí las escaleras y me dirigí a despertar a mi princesa.

Las Encontrare. [1.0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora