Capítulo XV: ¿Tanto miedo tienes?

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Willy no podía creer lo que estaba pasando, había pasado tanto tiempo desde la última vez que sus miradas se habían encontrado, nunca se imaginó volver a ver a la persona que le había ocasionado tantos problemas en su pasado, pero aun teniendo el odio en su mirada podía sentir como su corazón se aceleraba.

-Pero... tu... ¿Que haces aquí?- pregunto Willy intentando tranquilizar su respiración mientras tomaba su brazo para disminuir el dolor de este.

-¿No es obvio? Vine a verte, tenemos mucho tiempo que no hablamos y quería ver como estabas- dijo Staxx con una sonrisa en su rostro, guardo su espada en la funda que tenia en su cintura y estiro su mano para ayudar al peliblanco a levantarse.

-¿Y quien te dijo que yo quería hablar contigo?- contesto Willy levantándose del piso, dejando la mano del pelinegro en el aire.

-Esta bien, esperare hasta que estés listo para hablar- se dio la vuelta y se dirigió a donde había dejado su capucha para poder ponérsela de nuevo en sus hombros- mejor ve a descansar, se ve que no has mejorado de tu brazo.

-¿A ti que te importa si estoy bien o no del brazo?- pregunto el peliblanco con disgusto- Mejor lárgate antes de que yo...

Willy fue interrumpido por las fuertes oleadas de dolor que recorrían su cuerpo por culpa del golpe recibido en el brazo, no soporto mucho y volvió a caer al piso de rodillas mientras presionaba con fuerza su bazo.

Para esto Staxx ya se encontraba a la altura del peliblanco mientras lo veía temblar en el piso, nunca le gustó ver el sufrimiento en el rostro de Willy aunque sea por el más insignificante dolor.

-¿Qué sucede? Será mejor que te ayude a regresar- Staxx tomó de la cintura al peliblanco con una mano mientras con la otra sostenía el brazo de este.

-¡Déjame! No necesito tu ayuda, yo puedo solo- contestó exasperado por la situación, tomó la poca fuerza que tenía y se puso de pie poco a poco, pero el dolor era más fuerte en el momento que se levantó- ¡Ah! Mierda...

-No seas terco Willy, solo deja te ayudo a que llegues a tu casa- el pelinegro volvió a tomarlo de la cintura para sostenerlo, pero esta vez del lado contrario para que Willy pasará su otro brazo y pudiera apoyarse en el.

En todo el camino no dijeron nada, Staxx estaba muy preocupado por la situación de Willy, quería llegar lo más rápido posible a la casa de este.

Una vez dentro de la casa árbol, se dirigió a la sala y recostó al dueño de esta en el sillón largo, el peliblanco seguía con el mismo gesto de dolor en su rostro.

-Toma esto Willy, te sentirás mejor- el pelinegro tomó un poco de agua de la cocina y sacó de su mochila una pastilla.

-No tomaré nada que tu me des.

-Te juro que no es nada malo, lo único que quiero es que estes bien, por favor tómalo.

-Pero- otra oleada de dolor recorrió el cuerpo del peliblanco, miró la pastilla en la mano de Staxx y sin decir nada la tomó junto al vaso de agua, se recostó e intentó tranquilizarse.

-No me iré hasta que se te haya pasado el dolor.

-Haz lo que quieras.

Staxx solo se levanto del piso para ir a la cocina y dejar el vaso, observó el lugar unos instantes y empezó a camino alrededor del salón, se detuvo enfrente de un mueble con algunos libros y fotos, sonrió al ver que en una de las imágenes salía el grupo de los chicos, felices, juntos, como una familia.

-Que bueno que no estás solo- volteo hacia la sala para ver que Willy ya se había quedado dormido- ya te hicieron efecto los calmantes, espero que te mejores.

.-* La fuente de los deseos *-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora