Capítulo XIV: Tiempo sin verte

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-¿Ya estás un poco mejor?

-Si, muchas gracias por acompañarme Luzu.

-No tienes que agradecerme, no podía dejarte solo en esto- los chicos caminaban por el pueblo para despejarse un poco después de la visita que le hicieron a su amigo en el hospital- también me preocupa Rubius, lo aprecio mucho como para no venir a verlo.

-¿Qué te dijo el doctor cuando salieron a hablar?- preguntó el pelinegro acordándose de la llamada del doctor a Luzu.

-¡Es cierto! me dijo que los resultados del laboratorio salieron limpios, así que mañana en la mañana le quitarán el tubo y lo mantendrán en observación- dijo Luzu con alegría mientras miraba a su compañero.

-¿En serio?... pero... ¿Eso significa que pronto despertará?- pregunto Vegetta tratando de controlar su emoción.

-¡Si! me dijo el doctor que si todo va bien puede ser que pasado mañana lo intenten despertar y...

Luzu no pudo terminar de hablar cuando sintió los brazos del pelinegro rodearlo y apretarlo con fuerza, sabía que Vegetta no era de expresarse mucho en público y le costaba sacar sus sentimientos con la gente. Le regreso el abrazo con la misma intensidad y después de un rato se separaron, dejando ver los ojos cristalinos del menor, la alegría que sentía Vegetta en ese momento era inexplicable.

-Quede de ver a Auron en su casa ¿Está bien si regresas a tu casa solo?

-Claro, también tengo algo que hacer en mi casa- dijo Vegetta dejando escapar un pequeño suspiro.

-Entonces te veré mañana, buenas noches.

-Buenas noches Luzu.

Los chicos empezaron a caminar por distintos caminos, mientras se acercaba a la casa de Auron, Luzu aun tenia la duda de que era eso importante que le tenía que contar, estaba feliz de que volviera al pueblo y verlo todos los días, aun tenía el sentimiento de las mariposas en su estómago de la noche anterior, quería que se repitiera para poder estar así de cerca de el.

Camino por el pueblo para poder llegar a la casa del menor, ya era tarde por lo cual todo el lugar estaba iluminado por las luces de las tiendas y casas, era hermoso ver Karmaland de noche, aunque ya casi no había mucha gente en las calles se podía escuchar música y algunas personas hablando afuera del restaurante.

-Invitaré a Auron a comer mañana, creo que acaban de poner nuevos platillos en el menú- se dijo el castaño mientras seguía caminando.

Una enorme sonrisa se le dibujó en el rostro cuando divisó al menor afuera de su casa, dio unos cuantos pasos más para subir por un costado de la casa pero se detuvo abruptamente y su cara se transformó en un gesto de confusión cuando vio a una persona salir de la casa del de mechón rubio.

Se escondió detrás de uno de los árboles cerca de él, observó cómo estos dos se despedían y la persona misteriosa bajaba por el lado opuesto de la casa para irse al pueblo, algo en el interior de Luzu empezó a molestarlo. Llevó una de sus manos hacia su frente y sintió su respiración acelerarse, no quería dudar de Auron, pero las preguntas inundaron su mente.

Tomó una bocanada de aire y alejo todo pensamiento negativo de su cabeza, no quería arruinar las cosas, ya que se sintió más tranquilo decidió avanzar a la entrada, no podía dejar al menor plantado.

-¡Hey Luzu! ¿Cómo estás?- saludo el menor desde su entrada al ver al castaño pasar la puerta de la reja.

-Hola Auron, bien ¿Y tú?

-¿Qué tienes mi niño? ¿Por qué esa cara?- pregunto Auron al ver el rostro del castaño, su sonrisa no era la misma de siempre.

-Nada Auron, estoy un poco cansado, eso es todo- Luzu tuvo que mentir para que el del mechón rubio no sospechara, aunque su rostro no le ayudaba mucho.

.-* La fuente de los deseos *-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora