Capítulo IV: Antes del desastre

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-Oye mi niña, ¿Dónde quieres que ponga este cuadro?- pregunto el pelirrojo a su pareja mientras apoyaba la pintura en la pared.

-Creo que se vería mejor de este lado- señaló Mangel a una de las paredes de la sala, Lolito tomo un clavo y lo encajó en la pared para poder colgar el cuadro.

La pareja pasaba la tarde en su nueva casa decorando algunos rincones, les era muy tranquilizante pasar el tiempo juntos trabajando y ayudándose, ya habían pasado dos semanas desde que los chicos se comprometieron y decidieron vivir en la casa de Lolito.

-Nos está quedando muy bonita la casa, creo que al final no necesitaremos la ayuda de Vegetta ¿O tu que crees mi niña?- pregunto Lolito moviendo los cuadros ya colgados para que quedaran derechos, dio unos pasos hacia atrás y observó las tres pinturas para después sentarse en el sillón de su sala- se siente mejor cuando le pones de tu estilo y te gusta como queda.

-Y más cuando eres muy bueno en decorar y construir- dijo Mangel sentándose a un lado de Lolito y tomando su mano, este volteo y le sonrió de oreja a oreja, estaba contento que su prometido le gustara como estaba quedando su hogar, quería que se sintiera como en su casa y que vivieran muchos momentos felices.

-Gracias mi niña, pero esto lo logramos los dos, esta casa es de nosotros y es donde seremos felices juntos- Lolito se acercó al chico sentados a un lado de él, con una mano le tomo del rostro para depositar un tierno beso en los labios de su pareja el cual correspondió la acción, los chicos se separaron para verse por unos segundos hasta que Mangel hablo.

-¿Tu de verdad quieres ir al viaje de mañana?- pregunto Mangel con un tono de temor- yo se que es emocionante ir con los chicos y nos divertimos mucho cuando estamos todos juntos, pero siento que no  nos necesitaran para esta mission.

-¡No digas eso mi niña! claro que nos necesitan, todos somos puntos claves para este viaje, y no sería lo mismo si no vamos nosotros dos- le regaló una sonrisa cálida a Mangel- si las cosas se ponen feas yo te protegeré, nunca te dejaré solo.

-Y yo te protegeré a ti... prométeme que nunca nos alejaremos.

-Te lo prometo mi niña, sería incapaz de irme de tu lado.

Los chicos se tomaron unos minutos en silencio y conectar sus miradas, podían sentir una calidez en sus pechos que crecía cada vez que ellos estaban juntos, Mangel procedió a tomar posición de los labios del pelirrojo, con su lengua pidió acceso a la boca del chico y este no se le fue negado. Empezaron una frenética danza que terminó con ambos acostados en el sofá. Sus ropas empezaron a molestar y se deshicieron de ellas a un ritmo desesperado. Mangel no perdió tiempo para besar y morder esa hermosa piel. Busco las tetillas y las saboreó a conciencia, los gemidos provenientes de su pareja era música para sus oídos. Siguió con sus caricias hasta el vientre de su prometido y tras detenerse unos minutos en el ombligo busco aquella parte que más deseaba besar y saborear. Y podía sentir el pene de Lolito lo necesitaba con urgencia.

Retiro los pantalones y la ropa interior con un movimiento rápido. Gimió roncamente cuando al fin tuvo enfrente a él lo que hacía hombre a Lolito. Sin perder tiempo deslizó su lengua desde la base del mismo hasta el glande, en donde se detuvo a mordisquear para luego chupar como si de una golosina se tratara. Esta vez no solo consiguió gemidos, sino también gritos de puro placer. Siguió con su trabajo metiéndosela completamente en la boca, chupando y mordisqueando de vez en cuando, hasta que Lolito se vino en su boca con un gemido de éxtasis.

-Eso fue... -Jadeo Lolito- ...increíble.

-Lose - sonrió coqueto buscando los labios de su amado.

Lolito le sonrió atrayéndolo para iniciar un nuevo beso, con esta accion cambiaron de lugar para que el pelirrojo quedaba arriba del otro. Mangel gimió y puso los ojos en blanco cuando sintió que su virilidad era devorada por la ansiosa boca de su amor.

.-* La fuente de los deseos *-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora