Capítulo V: Y empezamos de nuevo

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-¿Esta de coña este hombre o que le pasa?-se quejó Alexby sentado en uno de los escalones del cartel.

-Ya sabes como es Rubius, nunca llega a tiempo a nada y menos cuando se trata de misiones- esta vez hablo Willy.

-No se preocupen, ya fue Luzu por él, en cuanto lleguen le daremos una revisión a nuestras cosas para que no falte nada y nos iremos.

-Espero que se apresure luzu, ya estaríamos pasando las montañas Vegetta y no perderíamos el tiempo aquí sentados- protesto Alexby.

Los seis chicos ya tenían más de 15 minutos que habían llegado, el sol apenas empezaba a salir por detrás de las montañas y todos tenían listos sus mochilas. Ya empezaban a desesperarse por no poder irse, Fargan visualizo a lo lejos dos figuras, eran Rubius y Luzu que venían corriendo lo más rápido que podían.

-Hasta que llegan¿Por qué tardaron tanto?

-Perdón chicos... se nos complicó un poco en casa de Rubius- se disculpó Luzu que intentaba calmar su respiración.

-¿Como que se les complicó?¿Qué tan difícil era tomar tus cosas y llegar con nosotros?- Alex se cruzo de brazo mientras les regalaba una mirada acusadora.

-No nos referimos a eso... Juan Carlos se escapó y Luzu me ayudo a encontrarlo, no podía irme sin asegurar a mis animales- el chico oso tomó un bocado de aire para tranquilizar su respiración.

-Exacto chicos, no podíamos venir sin encontrarlo, así que perdonen la tardanza ¿Ya nos vamos?

-Si, ya revisamos todo así que es mejor que nos apresuremos y nos adentremos en el bosque- dijo Vegetta mientras caminaba a los primeros escalones- tenemos que ir en dirección Este, así que acerquémonos hacia la casa de Fargan para tomar el camino más corto.

Todos asintieron y empezaron a caminar, durante el viaje para cruzar las montañas no faltaron las bromas, lo tropiezos con creepers y, por obvias razones, algunas cuantas minas. Después de 3 horas y llegar a una planicie, los chicos decidieron tomar un descanso, así tomaban aire y comían un poco antes de seguir, aún les quedaba bastante para llegar a la mitad del camino.

-Joder Fargan, tu última mina casi me destruye las botas.

-Ya te dije que no fui yo Luzu, no tengo minas en mi inventario, y si las trajera no las gastaría en tonterías- posó su mano en su cadera e hizo un ademán con la otra en señal de negación.

-Si,si, como tu digas Fargan... a la próxima solo avísame por favor.

Fargan volteo sus ojos y dio un suspiro, se dio la vuelta y con una mueca de enfado se fue a sentar a un costado de Alexby, el cual estaba platicando con Willy sobre algunas modificaciones para su montaña. Del otro extremo se encontraba Luzu, Rubius y Mangel, estos ya habían empezado a comer.

-Eh... ¿Rubius podemos hablar?- se acercó Vegetta al grupo junto con Lolito, el ojiverde asintió y siguió al de chaqueta blanca.

Los dos estaban nerviosos, el recuerdo de aquella noche se posó en sus mentes, no podían evitar el sonrojarse, aunque no había pasado nada, la situación les había afectado bastante. Una vez que se alejaron de sus amigos Vegetta se detuvo, no sabía muy bien lo que pasaría, pero necesitaba tener esa plática con el chico oso.

-¿De que necesitas hablar?- dijo Rubius algo nervioso

-Quiero aclarar lo que pasó la otra noche en mi casa, yo...

-No pasa nada Vegetta, fue mi culpa, tome mucho vino y creo que se me subió muy rápido- se rasco la nuca mientras sonreía de los nervios.

Vegetta observó al chico, no podía dejar de fascinarle su forma de ser, cierto es que tenía sus ratos de niño chiquito, pero la mayor parte del tiempo se comportaba con mucha madurez. Todo de él le gustaba, su cabello, sus manos, sus sonrisa y, más que nada, sus ojos. El pelinegro le sonrió de vuelta antes de hablar.

.-* La fuente de los deseos *-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora