.-* La fuente de los deseos *-.

Capítulo X: Tas bobo o que?

Era un nuevo día y los chicos ya estaban listos desde muy temprano, mientras unos se arreglaban en la habitación, otros ya estaban esperando afuera del edificio mientras conversaban entre ellos.

-¿Creen que encontremos esmeraldas y diamantes en el templo?- preguntó Fargan quien se encontraba recargado a una de las paredes del lugar.

-No creo, es un templo sagrado, las personas que vivían en ella no les importaba mucho las riquezas, eran más de lo natural y espiritual- Luzu tomó asiento en las escaleras, a un lado de Vegetta.

-Y a como estamos viendo también lo mágico, si encontramos algo de valor en el lugar creo que solo será la famosa fuente- dijo Vegetta mientras sacaba un pan de su mochila para poder comerla.

-¿Qué tipo de magia creen que tiene la fuente? Yo espero que nos de súper poderes, como volar o tener súper fuerza- comentó Lolito medio dormido, estiró su brazo para poder tomar el trozo de pan que Vegetta le estaba ofreciendo.

-No sabremos qué tipo de magia tendrá la fuente si nos quedamos aquí sin hacer nada ¿Porque se tardan tanto? Son muy lentos en la mañana- se quejó Fargan.

Segundos después de que Fargan hablara se escuchó un estruendo dentro del edificio, se pudo observar a los cuatro chicos faltantes bajar por las escaleras, Rubius y Alexby venían al frente discutiendo y empujándose, haciendo que el castaño se tropezara y cayera al piso junto al pelinegro, detrás de ellos se detuvieron Mangel y Willy mirando a sus amigos pelear en el suelo, se miraron y encogieron sus hombros en señal de duda, para así seguir caminando, dejando detrás a los dos chicos gritando.

-¡Chicos por favor, ya tenemos que irnos!- grito Luzu desde afuera viendo el espectáculo- ¿Alguien los puede detener?

-Ya voy... - Fargan camino hacia ellos y tomó de la cintura al pelinegro, levantándolo para por fin separarlo- niños dejen de pelear, ya tenemos que irnos.

-¡Si fue Rubius el que empezó!

-¡Que mentiroso, tu me empujaste a mi!- grito el chico con orejas de oso mientras seguía sentado en el piso y se masajeaba la cabeza.

-No importa quien empezó, dejen de pelearse por que los estamos esperando, ya tenemos que irnos- dijo Fargan que aún sostenía al pelinegro, hizo un pequeño apretón en su cintura para acercarlo a él, Alexby al sentir esto enmudeció y un ligero rubor tomo sus mejillas.

-Buah está bien, pero la rata de Rubius empezó- dijo Alexby cruzándose de brazos, Fargan dio un suspiro y lo soltó, este tomó su mochila del piso y salió por la puerta.

-No entiendo el punto de pelearse tanto- Fargan ayudó a Rubius a levantarse, ya parado se acomodo su sudadera y se colgó la mochila.

-Si no soy yo, es tu novia que no sabe aceptar cuando no tiene la razón y se enoja fácilmente.

-Suele pasar con él pero tampoco es para hacerlo enfadar de esa manera- dijo Fargan mientras disimulaba la sonría que se le quería dibujar por la palabra mencionada por el otro chico.

Salieron del lugar para encontrarse con sus amigos, una vez reunidos tomaron una última revisión y se pusieron en marcha por el camino que les habían indicado los aldeanos. Caminaron hacia las montañas que estaban detrás del pueblo, las cuales no eran de gran tamaño, por lo que no tardaron en cruzarlas y poder ver un inmenso bosque muy frondoso, al adentrarse en el notaron que la luz del sol no pasaba y una densa oscuridad abundaba.

-Esto no me gusta nada chicos ¿Están seguros de que quieren ir?

-Yo opino lo mismo que Mangel, tengo un mal presentimiento- dijo Alexby mirando como se movían las hojas de los árboles por el viento.