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Eran las 10 de la mañana, ya habían pasado tres días desde que Rubius salió del hospital.
El cielo se llenaba de nubes grises, lo cual avisaba que pronto llovería, pero en casa del chico búho había dos personas que eso no les importaba, ya que estaban demasiado ocupados en otras actividades.
-Far- Fargan...- consiguió decir el pelinegro cuando su compañero separó sus labios de él y empezó a besar su cuello.
Los chicos se encontraban tumbados en el sillón de la casa del castaño, en cuanto entraron a ella, Fargan llevó a su chico hasta la sala con la excusa de ver algo en su televisión, pero al poco rato de haberla prendido, su atención se fue a otro asunto con mayor importancia.
Alexby había terminado recostado en el sillón y Fargan se posiciono arriba de él, entre sus piernas para poder tener más contacto con él, mientras el castaño seguía lamiendo y mordiendo el espacio entre el hombro y el cuello, sus manos acariciaban las piernas del más chico, llegando hasta el trasero, apretando y masajeando a su antojo, sintiendo temblar al pelinegro con cada movimiento que hacía.
Las sensaciones que le recorrían todo el cuerpo lo estaban enloqueciendo, Alexby sentía como su piel le empezaba arder entre más tiempo seguía pegado al castaño, tenía una mano aferrada a los cabellos de Fargan y con la otra recorría la espalda alta de este, su respiración se sentía pesada y sus ojos se apretaban más cuando las grandes manos del castaño masajeaban su trasero.
El pelinegro empezó a gemir mas fuerte cuando Fargan movió su cadera contra él, haciendo que sus entrepiernas, que ya estaban semi-erectas, se frotaran aun teniendo puesta su ropa, otro jadeo salió de su boca pero fue silenciado cuando el castaño de nuevo reclamó sus labios.
Fue un beso demandante y apasionado, sus lenguas empezaron una lucha entre ellas, deslizándose una contra la otra, un millón de sensaciones les recorrió el cuerpo al tiempo que se acariciaban el uno al otro, Fargan sintió una gran satisfacción al escuchar al pelinegro gemir debajo de él después de morder levemente su labio inferior.
Se separaron un poco después cuando el aire les empezó a faltar, tenían la respiración agitada, el castaño pudo notar el rubor que cubría el rostro de Alexby y eso lo hacía verse extremadamente sexy y tierno a la vez.
-No sabes... cuantas ganas tengo de llevarte a mi cuarto- dijo Fargan intentando controlar su respiración, una sonrisa se le dibujó cuando vio como la cara completa del pelinegro se le transformó en un tomate y se cubría con sus manos -¿Que tienes?¿Acaso no quieres eso también?
-No es eso, pero me da pena- Alexby seguía con las manos en su rostro, imaginarse a él con Fargan en esa situación le hacía sentir el doble de mariposas.
-No debería de darte pena, soy yo, y creo que ya deje muchas veces en claro que me gusta todo de ti- dijo esto mientras quitaba las manos del menor de su cara, se quedó observando cada detalle de ese angelical rostro, los labios del pelinegro estaban hinchados por todos los besos y mordidas que había recibido, sus mejillas estaban de un lindo color rosa y con el cabella alborotado lo hacían ver sexy -me encantas.
-Yo... necesito un poco de agua.
Fargan lo vio unos segundos antes de sonreírle y levantarse del sofá para poder ir por un vaso de agua, el pelinegro vio como el castaño caminaba a la cocina, se levantó para acomodarse mejor en el sofá, su corazón aún latía a mil por horas, su cabeza no dejaba de pensar en la propuesta del mayor, él quería estar con el castaño, era obvio, pero no quería ir tan rápido, seguía pensando que todo era un sueño, que se despertaria y su vida de mierda seguiría igual.
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.-* La fuente de los deseos *-.
FanfictionUna nueva aventura comienza, nuestros héroes no están preparados para lo dramático y divertido que serán sus vidas después de darse cuenta que pueden hacer realidad sus más profundos deseos, pero nunca sabes como será en realidad lo que pides hasta...