Capítulo VII: Son unos idiotas

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Los chicos siguieron avanzando entre las colinas, caminaron durante otras 4 horas hasta que el bioma cambió, pasaron de estar en la pradera a entrar al pantano. Por donde voltearas podías ver mini lagos no tan profundos llenos de plantas flotantes, los chicos no paraban de chocar con las enredaderas que colgaban de los árboles y de tropezarse con las setas que crecían en el suelo.

-Oh mira, yo necesito nenúfares para decorar mi lago- dijo Vegetta mientras se hincaba en la orilla de uno de los lagos.

-¿Que son nenifares?

-Nenúfares Doblas, son plantas que flotan en el agua que decoran los lagos y estanques.

-Ah~ yo tambien quiero de esos.

-¿Qué se supone que estan haciendo chicos?

-Estamos agarrando fargafires para mi estanque Luzu- Rubius se había metido al lago para tomar las que estaban en el centro pero al hacerlo se resbaló con el lodo que estaba en el fondo.

-Se llaman nenúfares y mejor salte si no quieres que te enfermes.

-Oye Vegetta ¿Quieres que acampemos aquí?- preguntó Luzu apuntando al área grande donde estaban los demás.

-Si, ya queda menos para llegar, si descansamos esta noche para mañana estaremos llegando antes de las 10.

-Está bien, iré a decirles a los chicos para empezar a montar el campamento, con cuidado con los slime que se generan por esta zona.- Luzu se dio la vuelta y desapareció entre los árboles.

Vegetta se levantó para acercarse al otro lado del lago y poder ayudar al castaño a salir del agua, en el momento que estiró la mano y Rubius la tomó, sintió como este lo jalaba hacia él, haciéndolo caer dentro del agua y llenándose de lodo. Rubius no paraba de reír, tenía enfrente a un empapado y atontado Vegetta, tenía que admitir que se veía muy mono con el cabello mojado.

No duró mucho la diversión del chico oso porque fue interrumpido por el impacto del agua en su rostro, después de tallarse los ojos y poder abrirlos sin problemas pudo ver a un Vegetta reír sin poder respirar por culpa de su travesura, no quería interrumpir ese bonito momento, pero le ganaron las ganas y se lo regreso. Los chicos se detuvieron después de un rato de pelear en el lago, ya cansados decidieron flotar un poco, uno junto al otro, y sin darse cuenta, sus cuerpos se fueron juntando, hasta que sus manos se rozaron, ellos sintieron el tacto del otro, pero por algún motivo no se separaron.

Se quedaron inmóviles, en silencio, solo mirando el cielo estrellado, pasó un minuto de tranquilidad hasta que Vegetta se levantó y se quedó sentado sin decir nada, Rubius se le quedó viendo y decidió también sentarse para poder verlo mejor.

-Es mejor ir con los demás antes de que nos ataque algún monstruo.

-Esta bien Vegetta.

Los dos se quedaron viendo sus caras, observando lo mojados y sucios que estaban por el lodo, pero lo que más les llamó la atención fueron los ojos del otro, tenían un brillo muy especial y el color de ambos se intensificó. Gracias al ruido de sus amigos en el campamento al final se regalaron una cálida sonrisa y se ayudaron a levantarse, salieron del lago y se dirigieron con los demás. Ya en el campamento todos se disponían a cenar, tenían todas las casas de campañas armadas y la fogata prendida.

-Necesitamos más madera para la fogata ¿A quien le toca ir por ella?

-Yo fui la última vez Luzu, le toca Alexby- dijo Lolito acostado en el suelo.

-Que mentiroso, siempre soy yo el que prende la fogata.

-Mentiroso tu abuelo, el que prendió la fogata fue Mangel.

.-* La fuente de los deseos *-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora