Capítulo 2

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¿Qué acaba de pasar? ¿Acaso escuche bien? Me zumban los oídos por la confusión y el tiempo parecía haberse congelado. Reina el silencio absoluto, como si estuviera en medio de la nada.

Piensa rápido mujer.

--no... No hay problema... --digo con una ligera sonrisa y las mejillas enrojecidas.

-no quiero ser una molestia ______ (tn) ... Es que...

--anda ¿o quieres que te cante una canción de cuna también? --bromeó para quítarle tensión al momento.

Gaara sonrio de lado y me observó con sus profundos ojos, se ve tan cansado. Lo acompañó a su habitación, me quedaré en la habitación de al lado para poder estar al pendiente de una urgencia

Observó las manecillas del reloj girar, ya han pasado dos horas y aún no logro conciliar el sueño. Me siento en la cama en completa oscuridad.

¿Gaara estará dormido? Salí de la habitación tan lento como puede para no hacer ningún ruido. Pase por la habitación del pelirrojo, puse el oido sobre la puerta y no escuche nada. Seguí caminando hasta llegar a la cocina, donde me puse a preparar otra taza de té. No era la primera vez que estaba en casa de Gaara. Ya antes había cuidado de él, también vinimos con sus hermanos para celebrar su cumpleaños o a veces simplemente obligándolo a dormir. Sin embargo era la primera vez desde que...

Escuche un sonido y me puse en alerta. Despacio camine siguiendo el sonido, venía de la habitación de Gaara.

-¿estas bien? - pregunté golpeado la puerta.

No obtuve respuesta, sin embargo podía escuchar ruidos del otro lado. Qué debería hacer, no quiero entrar porque si, tal vez solo se levanto para ir al baño pero por qué no me responde.

-Gaara voy a entrar - abrí la puerta.

Gaara estaba en la cama, dormido, sus mejillas estaban rojas y su piel cubierta de sudor. Me acerque más a él y le toque la frente. Tal como lo sospechaba tenía fiebre. Corrí buscando un paño frío para ponerle en la cabeza. Había intentado despertarlo, pero cuando logra dormirse es casi imposible despertarlo. Había traído un cuento con agua y varios paños. Me senté en un banquito junto a la cama de Gaara mientras lo observa hacer gestos de queja, a veces se sacudia o se giraba. Cambiaba sus paños cada 15 minutos, jamas la había visto así.

-te exijes demasiado - susurre colocando otro paño frío en su frente.

Esta vez se movio, se tocó la frente y sintió el paño y mi mano aún en el. Paso sus dedos fríos por la fiebre sobre mi piel, me estremeci ligeramente  cuando agarro mi mano y me la apretó. Me congele. Él jamás, pero jamás de los jamases me había agarrado la mano, el contacto físico más extraordinario que me había dado Gaara era una palmadita en la cabeza cada vez que cumplía años. JAMAS EN MI VIDA VI QUE LE TOMARÁ LA MANO A ALGUIEN.

Tranquilo Ned piensa en la biblia.

Lo observe por un largo tiempo, sus manos eran suaves, sus dedos largos. Mi mano era mucho más pequeña en comparación a la suya. Lo moví con ligereza esperando que me soltara para cambiarle los paños cuando hubo pasado el tiempo. Pero no fue así. El bajó la mano y la puso a un costado de su cuerpo, sin soltarme. Hice malabares cuando le retire el paño y le toque la frente, la fiebre había bajado un poco, pero aún seguía caliente con las mejillas y nariz roja. De repente se sacudió, la sabana que lo cubría del cuello hasta los pies se movió dejando ver sus pectores.

Padre nuestro que estas en el cielo...

El asunto se había puesto intenso, me estaba agarrando de una mano y ahora estaba mirándole el pecho, me sonroje e intente soltarme para escapar de la vergüenza, pero fue en vano. Intenté acomodar la sabana lo mejor que pude y cuando lo hice roce su pecho, estaba duro, a Gaara no le faltaban músculos. Me puse aún más colorada. Suspiré con pesadez mirando hacia arriba.

-Gaara... Ya sueltame por favor - murmurre intentando que despertará. Pero no sirvió de nada.

Luego de que pasaron unas horas, la fiebre parecía haber bajado, apoye la cabeza junto al brazo de Gaara y cerré los ojos. Estaba super cansada. Mis ojos pesaron y comence a parpadear con pesadez.

-_____ Chan... - murmuró Gaara. Apretandome la mano.

-estoy aquí - respondi devolviéndole el apretón. Estaba más dormida que despierta, y quizá lo imagine pero sentí una ligera caricia en mi mano.



Los rayos de sol entraban en la habitación, observe la ventana con algo de rabia, quería seguir durmiendo. Cerré los ojos e intente acomodarme, cuando recordé en donde estaba. Levante la cabeza con rapidez, él aún dormía y no me había soltado la mano. Le toque la frente, ya no tenía fiebre, sonreí al saber que la noche en vela había válido la pena.

-gracias - murmuró observandome con los ojos bien abiertos.

-de nada - respondi con suavidad sin dejar de sonreír.

ESPERA KHE

Estaba despierto. Me observó durante varios segundos, como procesando la información. Cuando sus ojos se fijaron en nuestras manos, seguía sin soltarme, pero algo había cambiado, nuestros dedos estaban entrelazados. Mire la mano y luego a Gaara. El mantenia sus ojos en las manos.

-tienes una mano muy cómoda - bromeó Gaara, su voz estaba algo ronca.

-ya veo que si. Deberías darte un baño mientras preparo el desayuno - lo observe con cariño y él asintió. Me soltó la mano y de pronto me sentí libre.

Mi querido Gaara [Gaara Y Tu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora