Primer Beso

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Narra Mileny:
Cuando llegue a casa fui directamente a mi habitación para darme un baño, no quiero preocupar a mi mamá ni asustar a mi hermano, me vine en el Jeep.

Gustavo se quedo con mi papá para asegurarse de que el cuerpo de César fuera quemado, después de bañarme me pongo mi pijama, perdí el control, creí que esto no me volvería a pasar.

Mis padres dijeron que esto no se repetiría, los psicólogos de la manada me dijeron que no había necesidad de medicarme, me siento en mi cama y abrazo mis piernas.

Siento el olor de mi madre en la puerta, sin necesidad de tocar ella entra, ve la ropa que hay tirada cerca de la cama, la levanta y me mira con ternura.

— ¿Que sucedió?— sentí mis ojos llenarse de lagrimas.

— Me prometieron que no me perdería de nuevo— la miro.

— ¿H...hablas de?— asentí, mi madre se sentó junto a mi y me abrazo, no pude mas así que me solté a llorar.

— Lo mate mamá, lo mate y lo disfrute tal y como sucedió esa vez—

— Shhhh... calma cariño sabes que solo pasa cuando alguien quiere dañarte gravemente, tu papá por el vínculo me lo contó todo—

— Pero aun así mamá yo no quiero ser así de cruel, yo no quiero sentir placer cuando asesine a alguien por mucho que esa persona quiera hacerme daño— sollocé.

— Yo se cariño, lo se— mi mamá me abraza tratando de consolarme.

— Lo peor de todo es que Gustavo estaba ahí, no quiero que él sepa que puedo perderme de esa manera—

— Algún día se tenía que enterar, es tu mate lo quiera o no, te tiene que aceptar tal y como eres, heredaste esto de tu abuelo Luis y él puede enseñarte a controlarlo—

— No me ayudo de pequeña, menos lo hará ahora, lo oculta por sabe que es una mancha en su sangre, una maldición que vino por la envidia, papá no la tiene por que se salto una generación pero mi primogénito la tendrá, yo cargaré con esto hasta el día de mi muerte— hablaba en susurros para que mi hermano no nos escuchara.

— Mileny— se queda callada y es que sabe que no hay palabras que puedan consolarme no en esta situación.

Hace miles de años cuando nació esta manada Black Moon para ser la segunda mas poderosa, el Alfa de ese entonces trato de tomar la manada Blue Moon por que tenia envidia del otro Alfa.

Ambos Alfas se enfrentaron, pero el Alfa de Black Moon jugó sucio, mientras el peleaba con el Alfa de Blue Moon, el Beta de Black entro en el refugio de la mansión para asesinar a la Luna que esperaba al primogénito de Blue Moon.

El Beta rápidamente la encontró, ella trato de defenderse pero siendo una Omega no pudo hacer mucho contra la fuerza de un Beta, al final el Beta venció.

Se dice que la Diosa Luna furiosa lanzo una maldición contra los primogénitos de Black Moon, cada primogénito cargaría con una obscuridad en su alma, una obscuridad que los haría sentir placer por asesinar.

Cada primogénito sufrió eso aun que la excepción fue mi padre, por alguna extraña razón el no tiene esa obscuridad en su alma, pero yo si.

Una vez cuando tenía 7 años me encontraba con mis padres en un día de campo, yo corría por todo el claro, pero comenzamos a jugar a las escondidas así que me adentré en el bosque.

Sin darme cuenta me había perdido, grite el nombre de mis padres una y otra vez, escuche las ramas romperse, de repente ya tenía a un niño un poco más alto que yo frente a mi.

El niño tenía los ojos rojos, piel pálida y desprendía un olor asqueroso, aun no me había transformado pero siempre tuve mis sentidos y mi fuerza muy desarrollados.

— Hola— le dije tiernamente y le sonreí, él niño se tiro encima de mí tratando de morderme con sus colmillos de vampiro, yo forceje con él un rato.

Una ira irracional me recorrió de pies a cabeza, con mi fuerza le solté un puñetazo que lo mando contra un árbol, el árbol se astilló, él se levantó confundido.

— ¿Que eres?— por alguna razón sonreí, corrí hacia él y lo seguí golpeado, hasta que me harte, lo tome de la cabeza y se la arranque.

Mis padres me encontraron minutos después llorando con junto al cuerpo del niño vampiro, mi papá se encargo de hacerlo cenizas, mi mamá me cargo y me abrazo para llevarme a la manada.

Volví al presente cuando sentí el olor de Gustavo, mire a mi mamá pidiendo ayuda.

— Le dire que duermes— asentí, beso mi frente y se fue, cerro la puerta detrás de ella, se que Gustavo quiere una explicación pero también se que mi papá no le ha contado nada de la maldición por una razón, tocan la puerta insistentemente, por el olor se que es Gustavo.

— ¡Ya te dije que está dormida!— grita en susurros mi mamá.

— Gustavo yo puedo explicar...— mi papá fue interrumpido por Gustavo.

— Quiero que ella me lo explique soy su mate ella es quien tiene que hablar conmigo— suspire, me levante de la cama para abrir la puerta.

Gustavo no parece molesto mas bien parece confundido, les di una mirada a mis padres y ellos entendieron, nos dejaron solos, deje que Gustavo entrara en la habitación para después cerrar la puerta.

Me volví a sentar en mi cama, él por un segundo dudo si sentarse a mi lado o no, pero finalmente se sentó junto a mi.

— Lo que te voy a decir probablemente te sorprenda demasiado pero tienes que saber que te dire la verdad— él asintió y yo le conté absolutamente todo mientras lo miraba a los ojos.

Sus expresiones variaban demasiado, iban desde el desconcierto hasta la tristeza, yo como siempre no pude hablar del tema sin derramar unas cuantas lagrimas y es que entre mas intentaba retenerlas mas salían.

— Ahora entiendo muchas cosas pero...¿por que tu padre no lo tiene?— me encogí de hombros — Encontraremos la manera de calmar eso, no estas sola en esto, me tienes a mi, si tu abuelo no quiere ayudarte por necio yo te ayudaré—

Mi corazón latió desenfrenado, Gustavo me acerco mas a él, me abrazo, sus brazos me reconfortaban de un modo único, dudo que haya sensación igual en el mundo.

— Yo creo que con esto ya podemos dar el siguiente paso ¿no?hablo Rosy.

— Definitivamente si, pero me va a tomar mucho tiempo confiar ciegamente en él

— A mi también, en su lobo ya confió ciegamente por que se que él siempre será sincero con nosotras

— Bueno entonces confiemos en su lobo, Gustavo tendrá que esforzarse mucho para que podamos confiar ciegamente en él pero creo que ya estoy lista para dejarme conquistar

— Que cursi eres Mileny— me reí y cerré la conexión.

— Míaescuche la voz del lobo de Gustavo.

— Tuyale respondí, Gustavo se separó un poco de mi para mirarme con una tierna sonrisa.

— Voy a ser lo que tu necesites y jamás me voy a alejar de ti, te voy a valorar muchísimo, por ti mejoraré— me acerque a él para besarlo, este era nuestro primer beso.

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