Cumpleaños

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Narra Mileny:
Yael come palomitas de las que trajo mi mamá y yo estoy tratando de decirle en orden los acontecimientos que llevaron a la Segunda Guerra Mundial.

— No ya te equivocaste otra vez— la verdad admiro su paciencia.

— Ya no quiero continuar— me dejo caer de espaldas en mi colchón.

— ¿Por que crees que se te dificulten tanto las materias sobre lectura y se te faciliten las materias sobre números y que impliquen actividad física?— pregunta curioso.

— No lo se, tal vez por que no puedo estar quieta leyendo un libro por que es súper aburrido— él se acerca y se pone a mi altura, su rostro esta tan cerca que puedo sentir su respiración.

— Ya se lo que haremos, levántate— se levanta y joder huele tan bien, me levanto él se acerca lentamente me rodea yo no lo pierdo de vista se lanza sobre mi y yo lo detengo, él sonríe y yo no se que diablos pretende hacer se suelta de mi agarre — Justo como creí, vamos a entrenar mientras estudias— lo mire sin entender.

— ¿A que te refieres?— él sonríe.

— Aprendiste de matemáticas entrenando ¿no? Digo por que debe contar los golpes o algo como eso— asentí — Y luego aprendiste de física mientras golpeabas el saco y te diste cuenta de que dependiendo de la fuerza que aplicaras con esa fuerza movías el saco y bueno química no se como pero se te facilita— asentí otra vez.

— Pero ¿no se supone que estudiar literatura, idiomas y eso es algo muy aburrido?—

— Hay muchas y diferentes formas en las que puedes aprender, no tiene que ser aburrido— sonreí.

— Dame 5 minutos— él sale con todo y sus libros, yo me cambio por una ropa mas cómoda para poder entrenar.

Salgo de mi habitación lista para entrenar, subimos al gimnasio ahí comenzamos a entrenar y estudiar la verdad es que así es mas fácil.

Cuando la noche cayó cenamos y por desgracia el se tenía que ir pero lo vería diario a partir de hoy bueno excepto los fines de semana, mañana es viernes y será mi cumpleaños.

Me acuesto a dormir por que sinceramente estoy rendida no puedo más, bueno físicamente si pero mentalmente estoy cansada.

A la mañana siguiente me levanto hago mi rutina de todas las mañanas, me peino me maquillo y me pongo algo coqueto.

Me pongo unas zapatillas negras, tomo mi mochila y al momento en que bajo el último escalón mi familia comienza a cantarme feliz cumpleaños

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Me pongo unas zapatillas negras, tomo mi mochila y al momento en que bajo el último escalón mi familia comienza a cantarme feliz cumpleaños.

— Feliz cumpleaños mi niña hermosa— sonrió y me dejo abrazar por mi madre, después me abrazan mi papá y mi hermano.

— Tu regalo no podrá llegar hasta mañana ¿y no crees que vas muy descubierta?— asentí ante lo primero.

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