En coma

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Narra Mileny:
— La Luna esta bien el proceso de desinfección de su sangre fue exitoso pero ha caído en coma y no comprendemos la razón para eso y como seguramente saben no sabemos cuando despertará— por un lado estaba alegre pero por otro estaba triste.

— ¿Podemos pasar a verla?— él doctor negó.

— Solo el Alfa puede estar ahí con ella y si se va de su lado podemos perder a la Luna, solo vengan a traerle las cosas necesarias al Alfa pero me las entregarán a mi— Gustavo asintió ya que yo solo estaba en un estado de confusión.

No se en que momento Gustavo me tomo de la mano y me saco del hospital me sentía perdida, no salí de mi transe hasta que Gustavo me miro a los ojos y pellizco mi mano.

— Auch ¿por que hiciste eso?—

— Estabas muy perdida en tus pensamientos y tu loba me dijo que lo hiciera para despertarte— gruñí un poco molesta.

— No vuelvas a pellizcarme jamás— suspire — ¿Que pasará ahora?—

— Tu tendrás que hacer el papel de Alfa, la manada no puede quedar desprotegida y yo estaré aquí apoyándote— me tomo con suavidad de las mejillas y me dió un casto beso.

— ¿Que pasará si mi mamá no despierta?— sentí mis ojos llenarse de lagrimas.

— No pienses eso, te lo he dicho y te lo repetiré mil veces si es necesario, tu mamá es una mujer fuerte, no se rendirá ni querrá morir hasta que vea a sus bisnietos crecer y encontrar a sus mates— sonreí.

— Vamos a casa— él asintió, caminamos tomados de la mano, será difícil no hacer esfuerzos para que los puntos no se abran nuevamente por que quiero entrenar pero solo son dos días.

Después de esos dos días vendré a que me quiten los puntos y ya me pondré al corriente com el entrenamiento, le dire a Azriel lo que paso, mi tía Aura se quedo en el hospital un rato mas, al llegar a casa vi a mis abuelos, Azriel estaba con ellos en la entrada, tenía sus ojos rojos como si hubiera llorado.

— ¿Como esta mi hija?— pregunto mi abuela, suspire y con ayuda de Gustavo les explicamos la situación, Azriel se puso a llorar, trate de abrazarlo pero no me dejo.

— Hay que tener fe, mi hija es muy fuerte no se rendirá tan fácilmente— asentí ante las palabras de mi abuelo.

— Edwin dice que Tere quiere hablar contigo Mileny, ella está dispuesta a ayudarte después de todo es Alfa de la manada y tu prima—

— Creí que estaba de viaje con su mate Jackson—

— Regresaron hoy en la mañana, Jackson solo fue a su manada a entregar el título de Beta a alguien mas ya que ahora será el Sol de la manada Blue Moon— le explica mi abuelo a mi mate.

— Hablare con ella mas tarde, abuela ¿crees que mi tío Edwin deje que mi tía Luna nos ayude en la guerra?—

— No lo creó mi niña, en especial por que tu tía Luna ahora está embarazada, de hecho ellos viajaran lejos para mantener a su bebé a salvo— suspire.

— Estoy feliz por ellos pero me preocupa esta guerra que cada día esta mas cerca y con mi mamá en coma y mi papá que no puede despegarse de su lado me preocupo mas—

— Nosotros pelearemos, tu mamá y papá estarán bien— habla mi abuela Cass.

— Ademas la familia tiene un don y maldición oculta cierto Mileny— le gruñí a mi abuelo Luis.

— No dejare que esa maldición me domine—

— Entre mas quieras reprimirla mas probable es que dañes a quien no quieres, me cuesta decir esto pero te entrenare esa maldición es una mancha en nuestra familia pero podemos sacarle provecho si se trata de proteger la manada— lo mire molesta.

— ¡¿Ahora si quieres entrenarme?!— mi abuelo me miro seriamente.

— Si— suspire y asentí, mis abuelas fueron a la cocina a preparar de comer, mientras que Azriel se fue a encerrar en la biblioteca pidiendo que nadie lo molestara.

Yo subí a mi habitación, Gustavo subió conmigo, me tire en la cama, estaba agotada de forma física y mental, Gustavo se acostó a mi lado, en sus brazos me fui quedando dormida.

2 años después...

Estaba en la oficina de mi papá terminando de firmar unos documentos importantes de la manada, han pasado dos años y mi mamá no da señales de querer despertar.

Tampoco hemos recibido ataques de los cazadores ni las brujas, su inactividad me tiene inquieta, termine de firmar y juro que siento que se me va a caer la mano un día de estos.

— ¿Estas bien?— pregunto mi mate entrando en la oficina.

— Si, aun que siento que la mano me duele horriblemente, ni siquiera en clase nos hacen escribir tanto— él sonrió.

— Sabes que esos documentos son para dentro de un mes ¿verdad?— me encogí de hombros.

— No me gusta que el trabajo se acumule— por no decir que no me gusta estar sin hacer nada por que pienso que mi mamá jamás despertará, él negó.

Ya he terminado la preparatoria y debo decir que con un excelente promedio de 9.8, no me he inscrito en la universidad por que el trabajo de la manada me mantiene muy ocupada.

— Ven acompáñame al acantilado—

— Quiero dormir no quiero ir al acantilado— lloriquee.

— Anda haya podremos dormir— se acerco a mi para empezar a darme pequeños besos por toda la cara.

— Esta bien pero tu me vas a cargar— asintió y me tomo en brazos.

— Te has vuelto muy floja— gruñí, es una noche realmente hermosa, la Luna ilumina absolutamente todo y se ven muchísimas estrellas.

— El trabajo de oficina no es lo mío pero debo encargarme de eso, no quiero que mi papá se preocupe por otra cosa que no sea mi mamá— mi papá, duerme, se baña y come en el hospital.

— Tu papá se preocupa por todo de todas formas, ayer me hablo por la conexión para preguntarme cuantos nuevos lobos se han transformado y si ya han empezado con el entrenamiento— rodé los ojos.

— Ya hablaré seriamente con él después— Azriel se ha ido a vivir con mi tío Edwin y mi tía Luna a Colombia, el Alfa de una de las manadas de ahí les dió vivienda por el tiempo que quisieran.

Azriel aquí no estaba seguro, yo no podía cuidarlo como era debido, a veces me olvidaba de ponerle almuerzo para la escuela o simplemente no lo podía llevar a la escuela.

— Llegamos— me bajo con cuidado y vi que realmente habíamos llegado, había una manta, una canasta y una fuente de chocolate.

— ¿Y esto?— pregunte extrañada.

— Feliz aniversario— me puse pálida, había olvidado que hoy cumplimos 1 año y medio de novios — Sabia que lo olvidarías pero lo entiendo por que estas muy ocupada, así que ya pensé como me lo vas a recompensar— dijo quitándole importancia.

— ¿Así como?— pregunte con una ceja alzada.

— Vas a dejar tus responsabilidades una semana y me dedicarás ese tiempo a mi— sonrió como niño chiquito — Tu abuelo Luis se encargara de todo mientras tu pasas tiempo lejos de esa oficina— sonreí.

— ¿Ahora entiendes por que te amo tanto?— acaricie su mejilla y él asintió.

— Yo también te amo pero por muchas razones— nos acercamos para besarnos, nos besamos lentamente disfrutando de nosotros.

Nos separamos y nos fuimos a sentar a la manta, Gustavo me sirvió lo que había preparado para que cenáramos.

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