c a p i t u l o 4.

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A la mañana siguiente el príncipe se levantó bastante temprano para el gusto de algunos, a las 7:00 a.m para ser exactos, al principio no quería levantarse pues estaba cómodo en su posición, pero minutos después se levantó de todas formas sintiéndose avergonzado por la vista que encontró. El firme pecho del dragón junto a su suave aroma a menta le dieron los buenos días haciendo aparecer un suave sonrojo en sus mejillas, Jeon decidió no seguir pensando en eso y se cambió la ropa, al terminar miro al híbrido quien seguía durmiendo cómodo aún dudando en si despertarlo ya o más tarde, después de todo el era el único loco que disfrutaba despertarse tan temprano todos los días. Al final lo dejo seguir durmiendo.

Bajo a la cocina para prepararse su desayuno que consistía en panqueques con fresas y miel, de paso también hizo algunos para el híbrido poniéndoles mora en lugar de fresa, empezó a comer en silencio pensando en que hacer cuando acabe sus entrenamientos diarios, tal vez seguiría con su lectura de ayer, saldría a pasear cerca del castillo, limpiar el lugar, tenía varias cosas que hacer pero no tenía tantas ganas de hacer algunas. Además de que tenía un intruso en su hogar y no podía darse tanto el lujo de dejarlo solo, podría ser capaz de destruir su biblioteca personal o pintar todo de negro.

─ ¿Que haces despierto tan temprano en un sabado niño?─ La ronca voz del dragón sacaron al príncipe de sus pensamientos, paso el trozo de panqueque en su boca para poder hablar pues comer con la boca era de mala educación y molesto.

─ Buenos días Yoongi, preparé panqueques para desayunar, espero que te gusten.─ Comento el príncipe sin dirigirle la mirada a su mayor por lo que había pasado en la mañana, este solamente asintió mientras caminaba adormilado a su asiento para comer también, ambos terminaron después de varios minutos y Jeon se levantó recogiendo las cosas utilizadas para lavarlas, el dragón por su parte se quedó sentado unos minutos más antes de ir a la sala y prender la TV que había ahí, si bien era un tanto pequeña era bastante moderna para la época.

─ Voy a estar afuera entrenando por si me necesitas... No rompas nada por favor.─ Menciono Jeon terminando de secarse las manos dejando la pequeña toalla en su lugar, se dirigió a un pequeño cobertizo debajo de las escaleras que llevaban hacia el segundo piso, de ahí sacó un arco, varias flechas con punta extremadamente filosa y un muñeco para practicar. Fue al patio donde práctico una hora, hora en la que el híbrido no hizo nada más que observar un partido de futbol tirado en el sillón, era un verdadero amante de ese juego, en realidad solo amaba verlo aunque le dijeran que es aburrido.

─ ¿Que estás viendo?─ Pregunto el príncipe una vez dejó la arma y el muñeco en su lugar, se acercó al dragón e hizo una pequeña mueca de disgusto. El odiaba ver fútbol, prefería jugarlo. El híbrido estaba tan sumergido viendo el partido que ignoró al príncipe quien suspiro ya empezando a acostumbrarse a no recibir respuestas, fue a otra habitación para seguir con sus entrenamientos, debía estar en forma y preparado para lo que fuera.


Al acabarse el partido Min se levantó por fin estirando su adormilado cuerpo, habia ganado el equipo de los Bersekers a quienes no apoyaba. Escucho pequeños ruidos raros provenientes de una habitacion por lo que fue a ella guiándose con sus oídos sensibles encontrando una vista bastante buena. El príncipe estaba dándole la espalda haciendo ejercicios de hombro dejando alzado así su trabajado trasero, Min respiro hondo apoyándose en la pared para seguir viendo al menor ejercitándose, parecía que estaba bastante centrado en su pesada rutina pues en ningún momento dijo nada ni lo volteó a ver y mucho menos hizo algo cuando se sentó ya algo cansado de estar parado.

─ Oh YoonGi Hyung ¿Se te ofrece algo?─ Pregunto Jeon al acabar su ejercicio, tomo su botella de agua acabando el contenido en su interior en cuestión de segundos, siempre terminaba con mucha sed y era capaz de tomar lo que fuera con tal de calmarla.

─ Además de levantarte muy temprano te ejercitas en un día de descanso ¿Hay algo más que hagas considerado extraño?─ El dragón abandono su posición para acercarse al príncipe quien terminaba de secar el sudor en su cuerpo, el nombrado se alzó de hombros sin saber que responderle, para el todo lo que hacia era normal.

─ Voy a salir a caminar un rato.─ Aviso Jeon caminando hacia un pequeño cuarto donde se cambio dejando la ropa que uso perfectamente doblada en su lugar. Salio y observo al dragón.─ ¿Quieres venir? Un poco de sol no te haría daño.

─ Muy gracioso, ahora vamos antes de que me arrepienta piraña.─ Ambos caminaron en silencio hacia un pequeño pueblo cercano al castillo, el príncipe tenía puesta una capucha que ocultaba su cabello rosado y parte de su rostro, Min por su parte llevaba una túnica que tapaba parte de su cuello lleno de escamas y sus grandes alas, la última vez que salió y no se preocupó en ocultarlas lo persiguieron como dos horas hasta que se ocultó en una montaña de heno, pero no fue de sus mejores ideas pues había un tipo vestido de blanco y con capucha ahí dentro también, le había amenazado con una hoja oculta diciendo que si le avisaba a los guardias que el estaba ahí lo mataría, obviamente no dijo nada y se fue bastante confundido, nunca más se acercaría a las montañas de heno y tampoco se metería a una.

Horas después decidieron volver pues ya era la hora de comer, al llegar Min fue el encargado de cocinar esta vez pues el príncipe lo había obligado a hacerlo y vaya que daba miedo cuando se enojaba o cuando daba órdenes. Sirvió algo de sopa en ambos platos caminando hasta el menor para entregarle el suyo.

─ Aquí está su comida majestad ¿Quiere que le dé de comer en la boca también?─ Bromeo antes de sentarse y comer, Jeon rodo los ojos negándose a reír, ambos acabaron después de unos minutos y fueron a distintos lugares del gran castillo hasta que llego la hora de dormir, paso casi lo mismo que la noche anterior, el príncipe mordió la otra ala del dragón cuando estas le pegaron por los movimientos del dueño y en la madrugada Jeon se acurruco contra el pecho de Min entre sus sueños, sintiéndose protegido y cálido.

Esa fue su rutina unas semanas en las cuales sabían más del otro, sus edades, algunos gustos, pequeños fragmentos de sus historias y sueños de parte del príncipe, ambos se habían empezado a acostumbrar al otro inconscientemente hasta el punto en que disfrutaban estar juntos, esperaban que eso nunca se acabara.











•Aquí esta un nuevo capitulo, espero que no llegue a sentirse tan apresurado en ciertas partes. Gracias a todas esas personitas que han estado votando, se los agradezco de corazón, nos leemos en otro capitulo ;).

El principe y... ¿Su dragón? •YoonKook•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora