𝕰𝖙𝖍𝖊𝖗𝖊𝖆𝖑 - Jujutsu Kaisen. [ Reescrita ]

cap 11 | 𝕯𝖊𝖉𝖔 𝕸𝖊ñ𝖎𝖖𝖚𝖊

Después de ese alboroto y la afortunada desaparición del anciano, juntos caminaron armoniosamente hasta el borde del río y tomaron asiento en unas escaleras. Con el reporte necesario listo, Itadori se percata que debía darle aviso a Ichiji, mismo que les advirtió que tuvieran cuidado, pero después de que el tono sonara por quinta vez, tan solo obtenían la voz de la contestadora.

A la par que Yuma aún planeaba como acabar con ese idiota, el suelo tembló, atrayendo consigo su atención y un muy ligero mareo. Odia los temblores.

─¿Eh? ¿No tembló un poco? ─Presintio el pelirosa.

─Si, diría que fue un grado ll ─Bacilo Jumpei

Con la duda se acercaron a darle vistazo al rio, y como lo suponían, fue gracias a ello el agua se agitó ligeramente.

─¡No tiene caso! ¡Ichiji no responde!

Es posible que este ocupado, ya que si mal no recordaba, la maldición de grado menor que Itadori sostenía no era la única. Podríamos suponer que debido a la emoción por volver a encontrar un viejo amigo se distrajo  y olvidó atraparla en el momento correcto como fue planeado.

Muestra de comía la cabeza pensando, un cosquilleo en su nuca hace que vea su vida pasar por sus ojos ¿Era una hormiga? ¿Horuga? ¿Araña? O aún peor ¿Una serpiente? Con desesperación se pone de pie, metiendo su mano en donde había tanto movimiento. Jumpei pregunto por si le sucedía algo pero no respondió hasta que logro hacerlo salir de su escondite. Esa escurridiza cosa antes de ser atrapada, uso como ascensor a la susodicha y descendió al suelo, en donde corrió y se escondió en el regazo de otra persona.

Astuto bebé de piedra.

Feliz y un tanto sorprendido, Jumpei no duda en recibirlo en sus brazos, aunque fue en ese movimiento con el que nota lo que llevaba días sospechando.

En el inicio, cuando a duras penas ya había pasado su primer día de vida, apenas llegaba medir lo mismo que un vaso de plástico descartable, pero ahora que habían pasado varias semanas y viéndolo ocupar gran parte de las manos de su amigo, ya ni con suerte cabía en los bolsillos de su falda.

¿Debería preocuparse?

─Jumpei ─Tomo lugar la firme voz de Itadori y ambos voltearon a ver de inmediato, atentos─ el otro día murió gente en el cine que visitaste ¿No viste nada extraño? ¿Un bicho feo como este tal vez?

─No, no vi nada ─Negó el azabache, observando al mono amarillo con alas─ Comencé a verlos claramente hace poco

─Ya veo. Bueno, eso fue todo

─¿Tan rápido?

─Aún así, ¿Podrías esperar a que llegue el tipo que es como nuestro jefe?

─Si quieres