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Con el invierno a la vuelta de la esquina, hoy se cumple un año de soledad en esa cueva añeja y oscura, hogar de murciélagos y refugio de lobos para pasar la noche. Ya era desafortunadamente rutinario encontrarse con viajeros que escucharon sobre la historia del nacimiento maldito y llegan con armas para asesinarla. Todo con tal de arruinar su pacifica vista del bosque bajo la nieve, que molestia mas grande resultan ser esos humanos estúpidos. Pero por lo menos, sus amigos caninos tendrían una elaborada una vez llegada la noche.
Pero algo hizo especial este día en particular, a comparación de los otros. Por el sonido de sus pies entre las ramas especulaba que se trataba de algo pequeño y rápido, aun así descartaba la posibilidad de que fuera una maldición más, ya que su esencia no era una vivida penumbra. Incluso no podría serlo, ya que no esta de más decir que de no ser por su arduo trabajo, la la montaña estaría llena de forasteros, como humanos o espíritus. Así que se levanto de su cama de nieve, enderezándose y dejando sus huellas tras cada paso sobre esta, caminando en la dirección que oía las hojas moverse con insistencia ¿Sera un conejo hambriento? ¿Un cachorro de lobo que se alejo de su manada? ¿O tal vez un castor en busca de un hogar? Camino pausadamente sin hacer ruido, a la acecha del intruso que pudo subir colina arriba mas de seis kilómetros. Solo es atrapar, ver si es algo comestible o no y volver a sus aposentos como de costumbre.
Sin embargo, tras una mala pasada de tiempo, algo sale corriendo desde la dirección contraria y la toma imprudentemente por sorpresa. Ese intruso que tanta mala impresión le dio solo era un niño, no más de seis años de edad, que lloraba a más no poder y estaba en busca del calor de alguien. Desbordaba demasiada alegría por creer que encontró ayuda, y a pesar de que retrocedió y esquivo cada uno de sus intentos por apresarla entre sus brazos pequeños en un abrazo, termino con sus ropajes babeados y húmedos por sus lagrimas.
Ahora esto en cierto sentido si era más malo de lo que creía.
¿De donde rayos salio este niño humano? ¿Cómo hizo para caminar tanto teniendo las piernas tan cortas? ¿Cuanto más va a estar llorando?
─Oi, tu-
─Q-Quiero a mamá, n-no se... donde estoy, lléveme... con mamá ─Lloro aun mas fuerte, restregando sobre su brazo sus mocos y demás.
Maldice una y mil vez, interminables veces mejor dicho, por terminar en una situación así
Negándose a ser su niñera, aleja al niño despreocupadamente. Más importante, se lo pregunta con seriedad ¿Como es que podía verla?
─Yo no se donde esta ella, vuelve por donde viniste
Así que simplemente, sin ningún resentimiento, camina como mucho unos siete pasos hasta que lo siente aferrarse a su cintura tan desesperadamente, que poco la dejaban sin aire ¿Cuanta fuerza puede llegar a tener alguien de su edad?
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𝕰𝖙𝖍𝖊𝖗𝖊𝖆𝖑 - Jujutsu Kaisen. [ Reescrita ]
Fanfic『¿𝚀𝚞𝚎 𝚙𝚘𝚍𝚛í𝚊 𝚑𝚊𝚋𝚎𝚛 𝚙𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘 𝚜𝚒 𝚗𝚘 𝚝𝚎 𝚑𝚞𝚋𝚒𝚎𝚛𝚊 𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚒𝚍𝚘?』