𝕰𝖙𝖍𝖊𝖗𝖊𝖆𝖑 - Jujutsu Kaisen. [ Reescrita ]

cap. 17 | 𝕰𝖙𝖊𝖗𝖊𝖆 𝖑𝖚𝖓𝖆

─Tarde o temprano hare que lo recuerde

Juró con picardía, antes de arrematarla con un derechazo directo en el abdomen que la llevo de regreso a tierra firme. Allí tuvo un aterrizaje bastante feo, pero a pesar de los raspones que se ganó, enseguida empezó a correr tan rápido como podía hacia cualquier dirección. Ya cuando sus piernas no resistían más y no escuchaba a nadie seguirla, bajo la velocidad y miró hacia atrás para corroborar si seguía ahí.

Vaya susto que tuvo cuando lo vio a tan solo pasos de ella. No imaginaba que habría pasado si no se hubiera dejado caer en un hoyo que hizo con un pisotón en el suelo.

Está claro que esté tipo no es de los suyos ni de la escuela visitante, a pesar de vestirse igual, así que antes de seguir la corriente y pelear, avisarle al resto es más prioritario.

Por lo que mientras viajaba bajo tierra hacia la persona más cercana que tuviera, tomo su celular y marco al primer número a la vista; "Megumi". El primer tono pasó, después el segundo, tercero, cuarto y así sucesivamente hasta que ya no había chances. Siguió con Nobara, Yuuji, panda y Maki, en donde se repetía lo mismo.

Eso hacia las cosas mucho más sospechosas.

─¿Donde crees que vas?

Y justo cuando pensó que ya estaba lo suficientemente lejos del loco suelto como para mostrarse en la superficie, aparece de la misma manera que antes y la lanza de un jaloneo desde el cuello de su saco hacia el árbol más lejano, precisamente el que le daba final al camino. Con ella, tras el impacto, el mismo roble quedó derribado y por poco iba consigo su columna vertebral. El revoltijo de cosas en su estómago hizo que vomitara al instante lo que comió está mañana y una buena cantidad de saliva, sin contar por lo difícil que fue recobrar el aliento.

En lo que se esforzaba en esto último, susurro por sobre las vendas y dejo libre su mano izquierda. Enterró los dedos bajo la tierra y escupió; "Romper", que tal como un papel, las dos placas de al menos cinco metros de grosor del suelo de separaron en una gran grieta.

─No sea injusta, su turno ya pasó ─Se mofo más viéndola en ese estado.

Dispuesto arrematarla con más brutalidad en un pestañeo, la débil Yuma desaparece ante sus ojos. El gángster la busca, frenético, hasta que una muy ligera brisa le dan una pista muy sutil. Gira sobre su eje, hastiado y en una cámara muy lenta la ve, una lanza de piedra tan afilada que cortaba el propio aire lo esperaba con mucha impaciencia. De no haber movido la cabeza en el segundo clave.

Bufa, así que sigue. Arranca del suelo dos placas bastante grandes y con solo el poder de la mente las eleva, las rompe en varios pedazos y usando patadas como propulsores se las avienta. Todas y cada una moviéndose más rápidas que una bala, con un poco de suerte las pudo esquivar a excepción de una, que impacto en su hombre y dejo una herida prominente a pesar de no haberse incrustado.