⚜ GUERREROS. ━━ El ánimo de su corazón invencible la guiaba en los momentos más difíciles. Había pasado tantos años de sufrimiento y miseria con el propósito de darle a sus enemigos su merecido, pero en el camino encontró el amor. Sin embargo, consi...
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Las olas impactaban unas contra otras rompiendo contra la estructura del barco, se mecían con fuerza creando una espuma blanquecina en la superficie que se perdía después de algunos segundos. El agua era cristalina que casi podía ser un espejo. Irina no podía recordar como se veía, después de tantos años encerrada en Liberio olvidó la cálida brisa del mar golpeando su rostro. Pero estando allí nuevamente se permitió cerrar sus ojos y apretar el barandal mientras sentía el viento despeinar sus mechones negros, estos se volvían cada vez más largos. En ese momento pudo recordar a su hermano gemelo tomando su mano mientras corrían por la orilla del mar, también había otro niño de cabello blanco jugando con ellos, era ese asiático que se suponía sería su esposo cuando tuvieran edad suficiente. Un suspiro abandonó sus labios y abrió los ojos llenándose con el intenso color azul. ¿Qué habría pasado si hubiera podido huir a tiempo hacía Hizuru? La respuesta era sencilla, estaría casada y cumpliendo su rol como esposa, entonces su familia seguiría viva, pero nunca habría conocido a Zeke.
— Tus pensamientos son muy ruidosos. —Pieck llegó a su lado y apoyó su mentón en el barandal dejando caer su cuerpo hacia atrás en una posición sugerente. Estaba acostumbrada a pasar sus días caminando en cuatro extremidades al ser la portadora del titán carreta.
— Solo estoy recordando a mi familia. —comentó sin apartar los ojos del mar. Era muy relajante y quería sumergirse en el agua para sentir esa sensación una vez más—. Vivíamos en la costa, pero han pasado veintiún años que olvidé como es mar.
— Debe ser difícil para ti, ¿cierto? —sus ojos miraron fijamente a la pelinegra de cabello corto—. Todo tu clan fue masacrado, mataron a tu familia frente a tus ojos, fuiste la única sobreviviente y hubieses muerto de no ser porque un buen hombre se apiadó de ti. Todos estos años has vivido con tus enemigos. He visto la manera en la que ves a las fuerzas de Marle, desearías matarlas, los odias demasiado. Después de todo lo que pasó te han humillado horriblemente. Estoy casi segura que es una deshora para ti trabajar con el enemigo, ayudándolo a hacerle a otras naciones lo que le hicieron a tu clan.
— ¿A donde quieres llegar? —giró para encontrar los ojos de Pieck, quien la inspeccionaba minuciosamente. Le sostuvo la mirada apretando las barandas hasta que sus nudillos estuvieron blancos por tanta presión. Esa mujer estaba agotando su paciencia al decir cosas que eran totalmente ciertas.
— ¿Por qué sigues ayudando a Marle? —formuló la pregunta—. Si yo estuviera en tu situación ya habría matado a todos. No tienes nada que perder, ya te lo han arrebatado todo. —hizo una breve pausa y desvío sus ojos hacia un punto en la tripulación—. A menos que...—encontró al hombre que buscaba y sonrió. Irina tuvo que seguir la dirección donde ella miraba para encontrar a Zeke fumando un cigarrillo—. Creo que realmente pensaste en atacarlos desde adentro, pero hubo algo que te frenó. No pensaste enamorarte, así que prefieres seguir tu corazón para proteger a ese hombre.
— Quizás tienes razón. —sus labios se curvaron en una sonrisa. Zeke y ella seguían distanciados, pero el amor que tenía por él no podría cambiar de la noche a la mañana—. Estas nerviosa, ¿cierto? —descubrió el porqué ella sacó a relucir el tema—. Crees que voy a traicionarlos una vez que ponga un pie dentro de las murallas.
