DOCE.

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El auto se detuvo enfrente de la casa de los Azumabito

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El auto se detuvo enfrente de la casa de los Azumabito. Irina la miró desde la ventana sin bajar, era más grande de lo que llegó a imaginae y tenía un extenso jardín lleno de rosas. Conforme se fue adentrando se dio cuenta de lo irreal que parecía a sus ojos. Los lujos y la elegancia impreganaban cada lugar de la ostentosa mansión. Se maravilló creyendo que era un sueño, quizás ella estaba inconsciente en alguna cama después de haber recibido una bala en la frente. Su mente podría jugarle una mala broma trayendo de vuelta a personas del pasado que tanto añoraba.

— Oh, eres tan linda como imagine. —se quedó en medio de la sala sin saber que hacer. Habían pasado diez minutos desde que la dejaron sola pidiendo que esperara a la embajadora de Hizuru. Para cuando entró la mujer vistiendo un elegante traje, no supo como reaccionar. Las manos de aquella desconocida acunaron su rostro y ella quiso alejarse, pero sabía que sería muy grosero de su parte después de haber sido salvada por esa familia—. Comienzas a parecerte a tu madre.

— Sí...—su voz perdió fuerza y miró al suelo, al darse cuenta del silencio que se produjo movió su cabeza volviendo a centrarse en el tema de interés—. ¿Por qué apenas aparecieron?

— Toma asiento. —indicó caminando hacia uno de los sillones de la sala donde Irina se acomodó cuidando de no arrugar su impecable traje.

Una joven que usaba un kimono apareció para servirles té, Akemi venía detrás de ella tarareando una canción y al llegar a su lado se desplomó en el sillón abriendo sus piernas e inclinándose para tomar un panecillo de limón. Al darse cuenta de la mirada de Irina sobre él, le sonrió y guiñó un ojo.

— Cuando me enteré sobre la masacre al clan Ackerman me llené de tristeza. —inició tomando la taza entre sus manos—. Fue una enorme desgracia lo que sucedió, todo un poderoso clan destruido de la noche a la mañana. Nosotros llegamos a creer que todos perecieron, desconocíamos que mantenían a alguien con vida. —bebió del té haciendo una breve pausa—. Fue hasta hace cinco años cuando lo supimos. En ese entonces nadie aceptaría entrar en guerra, y comprenderás que por más importante que seas para nosotros, no podemos poner en peligro a una nación por una persona desligada a nuestra sangre. Sin embargo, tras el estallido de la rebelión, acordamos que sería mejor momento para sacarte de ese lugar.

— El ejército necesita nuestra ayuda para lidiar con las demás naciones, si decide reclamarte entraremos en disputa y perderá el apoyo que les estamos brindando. No sólo perderá a un aliado, también el dinero, el comercio de exportación, la inteligencia naval, tecnológica y de todo tipo. —explicó Akemi tomando otro panecillo—. Este es el mejor momento para sacarte de ese infierno. Porque debió ser un infierno, ¿cierto?

— En su mayoría. —sostuvo la taza mirando el líquido transparente—. Odié a Marle todo este tiempo. Ellos... Ellos me arrebataron a mi familia, mi padre murió frente a mí sin orgullo culpándose por no salvar al resto de su gente o a su familia, un titán le arrancó el brazo a mi hermano, quien intentó protegerme y mi madre fue violada delante mío. Cada invierno puedo recordar sus gritos y las manchas de sangre teñir el suelo—su voz se quebró y perdió la compostura comenzando a llorar—. Cada día que los veía reírse quería tomar mi lanza y matarlos. Se burlaban de mi desgracia recordándome ese fatídico día, me trataron como a una esclava exhibiendo su grandeza.

𝐖𝐀𝐑𝐑𝐈𝐎𝐑𝐒 ┇ ❛𝑍𝑒𝑘𝑒 𝐽𝑎𝑒𝑔𝑒𝑟; 𝐿𝑒𝑣𝑖 𝐴𝑐𝑘𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛 ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora