Descarte 3

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Orfanatos, aquellos lugares donde los menores de edad se quedan atrapados cuando ya no tienen a nadie más a quién acudir, o quienes los puedan cuidar, y también es un lugar donde comienza nuestra historia...

"Un nuevo día junto con nuevos niños a los cuales recibir", eso pensó una de las encargadas del orfanato "Nueva vida" en donde trabajaba junto con su padre y hermanos. Ella era una de las mayores, por lo que tenía el derecho de mandar a casi todos los que trabajaban ahí, excepto por alguien, ella si podía ser mandada por su hermana menor favorita.

Se cambió rápidamente dispuesta a recibir a aquellos niños que vendrían, apenas eran unos huérfanos por lo que tenía que ser bastante dócil con ellos, y por suerte tenía a la menor de sus hermanas cerca para ayudarla, aunque ella no se encontraba en ese momento en aquel orfanato.

Al salir a la puerta principal, notó como aquella limusina traía a esos 15 niños que quedaron huérfanos de padre, pues no tenían ni una sola información sobre su madre. Cuando aquella limusina se puso frente al orfanato, salió un enorme chico unicolor de esta, abriéndole la puerta a los 15 descendientes de la Urss, los cuáles no se encontraban nada emocionados por donde iban a vivir de ahora en adelante.

Moscú: -cierra la puerta de aquella limusina, para acercarse a la encargada del lugar con una seriedad, que podría asustar a cualquiera- Mucho gusto en verla señorita México

México: Mucho gusto en verte Moscú. . . Y dime.. ¿Cómo se encuentran ellos por la noticia? Supongo que nada bien ¿Cierto?

Moscú: Ninguno de nosotros está bien por esta enorme pérdida, y ellos aún son unos niños, Rusia apenas va a cumplir 12 años en 5 meses, todavía no está preparado para tener una nación entera a su disposición, es por eso que mis primos y yo nos encargaremos hasta que cumplan los 18 años, y así puedan ayudar con su nación

México: Comprendo perfectamente eso Moscú.. Nosotros los cuidaremos como oro es una promesa, y cualquier cosa puedes venir a visitarlos o las demás capitales pueden hacerlo, no tenemos ningún problema con eso

Moscú: Haremos lo que podamos, muchas gracias por aceptar, ya nos veremos -da una suave reverencia de respeto hacia su mayor, luego, se da media vuelta a despedirse de todos los pequeños, para al fin subir en aquel auto dispuesto a marcharse-

México: Bien. . . -da un suave suspiro mirando a los pequeños, si que iba a ser complicado trata con ellos, pero no se iba a rendir así de fácil- Hola niños~ Mi nombre es México y estoy aquí para lo que ustedes necesiten, por favor si me acompañan adentro, parece que hoy va a comenzar a llover

Rusia: Pero. . . El cielo está despejado. . .

México: Rusia mi pequeño, yo siempre tengo razón cuando se trata del clima, así que es mejor entrar -le da unas leves palmadas al gorro del mayor tratando de calmarlo un poco, pues parecía que el pequeño atacaría a cualquiera que se acerque a sus hermanos- Bien, síganme por aquí

Y dicho y echo, todos entraron a aquella gran mansión que se utilizaba como orfanato, aquella mansión que de ahora en adelante sería su nuevo hogar momentáneo. El recorrido fue bastante tranquilo, enseñándoles que lugares podían acceder y cuáles no, pasando por el jardín trasero, sala de música, donde estudiarían, como son sus profesores, entre otras cosas importantes.

A ellos los instaló en una habitación especial con 15 camas, junto con dos baños, uno para las niñas y otro para los niños. Les indicó en que momento del día tenían que comer, y como era viernes por la mañana, no iban a clase hasta los lunes. Después de eso, les dijo que descansaran un poco mientras ella revisaba otras cosas, dejándolos solos.

Rusia: -al ver como aquella mujer se retiraba de aquella habitación, se acercó a la puerta cerrándola con seguro por dentro- Bueno ahora si estamos solos.. Recuento, de mayor a menor

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