Rompiendo las reglas [ WangXian ]

Capítulo 17

- Señorita, si es ciega debería caminar con más calma.

A-Qing se dejó guiar por la mano del hombre, que momentos antes llegó preguntando si no había visto a un joven cultivador. Ahora no tenía dudas, era el tipo de persona que Xiao Xingchen tendría como amigo.

- Puede que haya escuchado sobre él. ¿Puede decirme cómo luce el joven del que habla?

- Es alto, de buena apariencia, porta una espada en una funda blanca con patrones cubiertos de escarcha.

- Creo saber dónde está.

- ¿Puede llevarme con él?

- Sígame.

A-Qing siguió el camino hasta lo que al momento llamaba hogar. Aún estando fuera del lugar pudo observar a sus mayores, mientras, probablemente, Xue Yang hacía otro de sus juegos.

- ¿Qué hace él aquí?

A-Qing se dio la vuelta, quedando de frente al mayor. Guardó silencio unos momentos hasta que decidió hablar.

- Es Xue Yang. Daozhang lo encontró mal herido y lo trajo con nosotros. A veces da miedo, pero es amable con Daozhang y conmigo.

El corazón del mayor dolió al ver la alegre sonrisa de Xiao Xingchen; más aún cuando el causante de su separación era el motivo de esta. La culpa le invadió profundamente, sus labios se torcieron y una solitaria lágrima rodó por su mejilla; se arrepentía de no haber hablado sobre quién lo dejó ciego en aquella ocasión, en su lugar, simplemente culpó a su gran amigo por ello y se alejó.

- Daozhang Song ¿No entrará?

- Esperaré un poco, debo hacer algo primero.

A-Qing simplemente observó como Song Lan se alejaba; poco después la presencia de Xue Yang le alertó y su alegre voz le anunció que iría a comprar al pueblo lo que necesitaban. La menor solo asintió, sin acertar del todo con la ubicación del mayor.

Cuando Xue Yang se encontraba lejos comenzó a seguirlo. Repitió sus pasos, analizando sus movimientos; nada fuera de lo común había pasado. Lo que parecieron ser horas para la menor finalmente terminaron cuando el mayor se disponía a regresar.

La casa ataúd estaba cruzando un solitario y silencioso camino ; la suave y fría brisa golpeaba el rostro de Xue Yang, quién caminaba con un ritmo suave. Sus mente divagaba, perdiéndose en los recuerdos de días anteriores, sosteniendo en su mano derecha una canasta con algunas verduras. Sus labios se separaron levemente y de forma suave las palabras abandonaron su boca en un susurro.

- ¿Por qué cuando todo estaba bien?

Un suspiro escapó y trató de recuperar su tranquilidad; su intento fue interrumpido por la voz de un hombre a su espalda. Giró suavemente con una sonrisa ladeada en sus labios. A-Qing estaba escondida tras unos arbustos, observando con curiosidad, sintiendo miedo de lo que podría pasar.

- Daozhang Song, no esperaba verlo aquí.

- ¿Qué le hiciste a Xingchen?

Una risa burlona escapó de entre sus labios.

- ¿Qué hice? Yo no le hice nada. Nunca lastimaría a Xiao Xingchen.

- ¡Tu...!

- ¿Sabes cómo recuperaste tu vista?

- ¿Qué pretendes?

- ¿Sabes por qué no volviste a ver a Xiao Xingchen?

- Cállate.

- ¡¿Realmente fue Baoshan Sanren quién te curó?!

- ¡Lo fue!

Una carcajada burlona cruzó el aire y la mirada de A-Qing se fijó completamente en Xue Yang.