Capitulo 11

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Túmulos Funerarios, Yiling.
Presente.

Su pecho ardía por el cansancio, su respiración estaba agitada y las manchas de sangre, tanto enemiga como propia, cubrían su túnica; su cuerpo empezó a demostrar los signos de desgaste, la herida de su brazo había vuelto a sangrar, su conciencia poco a poco se perdía, apenas alcanzaba a escuchar sus propios gritos debido a los fuertes latidos de su corazón. Al fin había llegado al pie de su hogar, sintió como su cuerpo era despojado de sus fuerzas y finalmente sus piernas cedieron.

- ¡Yingtao!

Su débil cuerpo fue sujetado en brazos, aquella voz aun en su estado fue capaz de reconocerla, un temblorosa suspiro escapo de sus labios, y su voz escapó en un susurro casi inaudible.

- Señorita... Ellos vienen...

Soltó con el poco aliento que le quedaba. Lan Heiyu comenzó a subir por el aquel camino con paso rápido, sin llegar a hacer algún movimiento que terminara por lastimar a la joven que llevaba en brazos. Pasando entre el campo en el que cultivaban algunos vegetales algunos discípulos se acercaron hasta ella, dejando de lado lo que estaban haciendo.

- ¡Fórmense y prepárense para atacar!

Gritó aun corriendo. Sin refutar nada, todos obedecieron y rápidamente empezaron a bajar por el camino, algunos  perdiéndose entre los árboles. El momentáneo ruido y el repentino silencio alertaron a los otros dos jóvenes que se encontraban dentro de la una de las pequeñas casas; al abrir la puerta, su hermana no tardo mucho en atravesar la puerta y dejar a la chica que llevaba en brazos sobre una de las camas. Tratando de recuperar el aliento se dio la vuelta, mirando directamente a los ojos de sus hermanos, separo un poco sus labios y en un tono serio las palabras salieron de su boca.

- Debemos sacarla de aquí junto a tía Qing y los ancianos.

- ¿Que ocurre?

Antes de que la joven pudiera responder se escucho un fuerte golpe parecido a una explosión, el ceño de los tres se frunció de inmediato, esa era el choque entre la barrera de protección y los ataques de sus enemigos. 

- Baiyu, llévala con tía Qing y diles que huyan...

Su hermano simplemente asintió y se acercó a la cama, tomando a la joven en brazos. Salió de la habitación sin decir nada. Lan Sizhui y Lan Heiyu no tardaron en repetir su acción y dirigirse al pie de la montaña.

- Sizhui, ¿Estás listo?

La joven preguntó cuando estaban completamente rodeados por sus enemigos. Sus espadas estaban apuntando el pecho de los contrarios.

- Para esto he entrenado durante mucho.

Una sonrisa se deslizó el los labios de ambos, antes de empezar a atacar. Sus movimientos eran fluidos y parecía que sus espadas eran capaces de cortar el aire y ver a través de los ataques enemigos. Sus túnicas empezaban a bañarse con la sangre enemiga, y en sus ojos no se podía ver rastro de compasión; ya no era una simple pelea, la advertencia fue hecha y a ellos siempre les enseñaron a cumplir con su palabra.

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Algo estaba mal, la batalla se estaba prolongando demasiado, su cuerpo se debilitaba a causa de su exigencia, su respiración era agitada y una lagrima rodaba por su rostro. Los habían alcanzado, solos corrieron un largo camino solo para que los alcanzaran. Habían viajado en sus espadas con la esperanza de llegar bien hasta su destino, pero nunca vio venir ese ataque, un mortal ataque. Aun lleno de rabia y frustración llevo su flauta hasta sus labios, la promesa que una vez hizo a sus padres se rompió en ese momento.

Rompiendo las reglas [ WangXian ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora