05 | Ojalá todo fuera diferente

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01 de Julio de 2019

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01 de Julio de 2019

Llevo veinte minutos —exagerando un poco— sin apartar la mirada del ordenador. En la pantalla aparecen las fotos que le hice a Lander en su casa. Apenas sonríe, pero incluso con esa seriedad que parece caracterizarle, llama la atención. Me siento idiota por no poder alejar la vista de su imagen.

Pese a sus ojos azules, mira a la cámara con una intensidad que te perfora el alma.

Borro todos los pensamientos que flotan en mi cabeza y me concentro en la edición de las fotografías. El número de la revista sale en unos días y todavía me quedan varias cosas por corregir. Al menos, el texto que acompaña a cada foto ya lo tengo redactado.

—¿Cómo va? —pregunta Valeria, asomándose a mi despacho.

Siento un poco de envidia porque ella tiene su parte terminada. Mis ánimos no han estado a tope estos últimos días y hasta anteayer no volví a retomar con ganas el trabajo. La maratón de películas con Carla este finde ha servido para levantar mi humor. No sé qué haría sin ella.

—Aún me queda trabajo, pero entre hoy y mañana lo acabo.

Se apoya contra el marco, cruzándose de brazos. De pronto, en su cara vislumbro una sonrisa que me pone en alerta. Conozco esa mirada que me está dando.

—Bueno, ya sé que está bueno —Alzo una ceja—. ¿Qué? —se queja—. Tengo ojos. La cuestión, ¿es simpático?

Habla de Lander.

¿Qué les ha dado a Carla y a ella con el artista de las redes? No sé cómo contestar a su pregunta. Tan sólo pasé una tarde con él. Hemos intercambiado algún que otro mensaje, pero nada del otro mundo. De forma inconsciente mis ojos se posan en la pantalla donde se proyecta una foto suya. Está sentado frente a su escritorio sosteniendo un pincel. Los rizos caen sobre su frente y los músculos se le marcan. Tiene un tatuaje en el brazo que se asoma por su camiseta.

Se trata de un triskel.

—Estela —La voz de Valeria me saca de mis pensamientos—. ¿Dónde estabas?

—En ningún lado —miento—. Y bueno, tampoco es la persona más simpática del mundo. Lander es... Lander.

Contemplo como camina hasta mí. Aprovecho entonces para bloquear la pantalla del ordenador. Se ha dado cuenta que estaba con la atención puesta en otro lado.

—¿Qué ocultas?

En ese momento Marcos aparece en mi despacho. Nos mira sin entender muy bien lo que sucede.

—¿Qué hacéis, chicas?

Voy a hablar, pero Valeria es más rápida.

—Estela —Me señala con el dedo índice— está escondiendo algo. ¿Me ayudas a averiguar qué?

El valor de los recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora