19 | Pasión contenida

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14 de Septiembre de 2019

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14 de Septiembre de 2019

La última vez que estuve en casa de Lander, intenté besarle y él me rechazó.

Casi un mes y medio después, las cosas han cambiado por completo. El otro día me escribió para invitarme a pasar la noche del viernes en su casa. Como chica lista que soy, «he olvidado el pijama» así no ha tenido más remedio que prestarme una de sus camisetas.

—No me lo trago, Estela —contesta, antes de lanzarme una camiseta.

La cojo al vuelo. Es de color negro y no me sorprende en absolutos, porque todo su armario está repleto de ropa, en su mayoría, con esa tonalidad. Le haría falta un poco más de variedad. Ponerle algo de color a la vida. Con Lander me cuesta medir mis palabras cuando se trata de vacilarle, así que no me mantengo callada.

—¿No tienes de otro color? —pregunto inocente.

Me lanza una mirada de pocos amigos, aunque enseguida sonríe. Eso me asusta. Tengo miedo de lo que pueda decir.

—Siempre te queda la opción de pasearte desnuda por la casa —sugiere—. Te juro que no me importaría presenciar ese espectáculo.

Le muestro el dedo corazón y él niega con la cabeza entre risas. Le encanta jugar conmigo y eso me saca de quicio. También me pone, pero eso me lo guardo para mí. Tampoco quiero incrementar su ego. Camina hasta la puerta y sale para darme un poco de intimidad.

—Te espero en el salón —dice, pero antes de salir se detiene un segundo—. Puedes oler mi camiseta si sientes curiosidad, ya sé que soy irresistible.

—Que te jodan, Lander.

—Si eres tú, entonces de maravilla.

Suelto un quejido de frustración en cuanto cierra la puerta y me quedo sola. Estoy empezando a replantearme si ha sido una buena idea venir aquí. Llevo menos de una hora y ya estoy que me subo por las paredes. Me deshago de mi ropa y aunque no quiero darle el gusto a Lander, la tentación gana. ¿Acaso este chico es un fan de los cítricos? Huele similar a su colonia.

La pregunta es: ¿Qué coño hago oliendo una camiseta?

Me pongo la camiseta y con cuidado coloco la ropa sobre la cama. Agarro el móvil dispuesta a ir al salón cuando lo siento vibrar en mi mano. Veo un nuevo mensaje en la barra de notificaciones.

Carla: ¿Ha funcionado la táctica del pijama?

Estela: Sí. Aunque ha habido algún que otro contratiempo.

Su respuesta no tarda en llegar.

Carla: Cuando vuelvas quiero detalles, eh.

Carla: Si son jugosos, mejor ;)

Bloqueo el móvil y salgo de la habitación. Mientras recorro el pasillo, mis ojos se topan con el estudio donde hice la primera sesión de fotos para la revista. Parece que fue ayer y la de cosas que han cambiado desde entonces. Tanto en mi manera de ver la vida como en mi relación con el artista de las redes.

El valor de los recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora