12 | No soy tan valiente

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03 de Agosto de 2019

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03 de Agosto de 2019

—Tienes que ir —suelta Carla de pronto, colándose en mi cuarto.

Me llevo la mano al corazón y noto los latidos acelerados. Un día esta chica me va a matar de un susto. No puede aparecer de la nada como un fantasma. Minimizo la ventana de Netflix y volteo en mi silla.

—¿De qué hablas?

Carla tiene esa manía de comunicarse con el resto del mundo creyendo que nos encontramos dentro de su cabeza y sabemos a la perfección lo que piensa. Aunque viendo las ideas descabelladas que suele tener, no me convence mucho. Mi cara de confusión no se borra. Existen su móvil hasta mí y leo lo que parece un anuncio de una exposición de arte.

Oh no.

No me gusta la sonrisa que dibuja en su cara. Me da muy mala espina. Quiere que vaya, pero eso no va a pasar.

—Ni de coña. —Niego con la cabeza.

Siento que me reprenderá, cuando de su boca escapan otras palabras.

—¿Has leído todo?

Frunzo el ceño. Me he vuelto a perder. ¿Qué más tenía que leer? Con el simple hecho de ver «Exposición de arte» es suficiente para tomar la decisión. Una cosa es que ya no me aterre revisar los álbumes, que lleve mejor el tema de hacer fotos en el trabajo, otra muy distinta es permitir que la fotografía vuelva a mi vida más allá de lo estrictamente profesional.

—No iré, así que me da igual lo que ponga.

Vuelvo mi atención a mi ordenador, pero mi mano se congela sobre el ratón cuando Carla habla:

—Es de Lander. La exposición —aclara.

Tardo varios segundos en procesar sus palabras, pero eso no cambia nada, sigo convencida de mi decisión. Si antes no quería ir, ahora mucho menos.

—¿Y piensas que eso cambia algo?

—Cambia que no puedes huir toda la vida de lo que sientes —Voy interrumpirla, pero no me deja—. Esto no se trata de Lander, se trata de ti. Amas la fotografía, no sé por qué te empeñas en mantenerla fuera de tu vida.

Me molesta su sinceridad, aunque sé que tiene razón.

—No es tan fácil.

—No, pero tú lo vuelves más difícil.

Odio que Carla me conozca tan bien.

—¿Y qué hago?

Llevo haciéndome la misma pregunta desde que mi madre murió en el accidente. Cada día me torturo pensando en el pasado, echándome la culpa porque siento que yo fui la culpable de su muerte —de manera indirecta, en cierto modo.

—Podrías empezar por ir a esa exposición —me anima—. Tal vez te venga bien.

Veo tanta preocupación en sus ojos, que al final me es inevitable no replantearme mi decisión.

El valor de los recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora