Capítulo 2: Día Soleado (Edited)

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Los días soleados siempre han sido mis favoritos, ya que permiten que todo a mi alrededor brille con colores hermosos y radiantes. Antes, lo que más disfrutaba de estos días era que a Mei también le agradaban; verla sonreír en esas jornadas siempre era algo espectacular y único. Sin embargo, esos días soleados que compartíamos se volvieron, de repente, solo míos. Ya no había nadie con quien pudiera compartirlos con la misma alegría.

Al menos, eso fue así hasta ese día...

Era una jornada soleada, verdaderamente hermosa. Los rayos de sol hacían que las hojas de los árboles brillaran con tal belleza que me dejaban hipnotizada. Observé el horizonte y divisé a Mei acercándose, pero nuevamente estaba sola, sin Yuzu Aihara a su lado. Esta vez, me pregunté qué había sucedido. ¿Por qué Yuzu ya no acompañaba a Mei como antes? Ahora, reconozco que es bastante extraño. Me desconcertó tanto que ni siquiera me moví cuando Mei pasó junto a mí.

"¿Himeko? ¿Qué sucede?" Mei me preguntó mientras daba unos pasos. Yo solo balbuceé un par de palabras y sonidos sin sentido, hasta que finalmente me salió de la boca una pregunta que retumbaba en mi cabeza: "¿Dónde está Yuzu?"

"¿"Yuzu"? ¿Desde cuándo la llamas así? ¿No crees que es muy informal, incluso para ella? Cualquiera podría malinterpretar."

"¡Ah-! Es... Claro, no me di cuenta..." Era verdad, no estaba consciente del momento en que pregunté aquello. Ni siquiera estaba atenta a los detalles. "Y ¿Dónde está?"

Hubo un silencio de unos segundos. ¿Por qué dudaba en responder? Era como si estuviera indecisa sobre si decírmelo o no...

"No lo sé", me respondió con desapego. "Seguramente ya debe estar viniendo."

"Pero... ¿No viven juntas?"

"Sí, pero ¿importa? ¿Quién soy yo para meterme en su vida?"

"Pues sí, pero... ¿No te preocupa, al menos?"

"¿Debería?" Su indiferencia me tomó por sorpresa. Parecía que realmente no le importaba en absoluto.

"¿En serio no te importa?"

"Hay cosas más importantes, Himeko, como llegar temprano. Vámonos."

"¿N-no vas a esperarla?" Mi voz temblaba. No sabía lo que estaba haciendo realmente. Era tan confuso...

"Claro que no."

En ese momento, ya no sabía con quién estaba hablando. ¿Siempre era tan distante? ¿Siempre era tan indiferente? Ahora mismo, no tengo idea...

Sentí que alguien nos observaba y al voltear, vi a Yuzu observándonos con sorpresa. Lo que más me llamó la atención era cómo, debido al brillo del sol, su apariencia resultaba muy... ¿llamativa? O al menos eso intentaba decir. Debo admitir que realmente pensé que se veía hermosa, en especial por esos ojos verdes que brillaban con la luz. De alguna manera, me recordaba a cómo se veía Mei en su infancia: tan espectacular y única... No sé si es una buena idea seguir pensando en esto.

"Ah, no sabía que todavía estaban... ¡Hola! ¡Vaya sorpresa encontrarlas!" exclamó Yuzu con una evidente incomodidad que me hizo fruncir el ceño.

"No voy a retrasarme más", dijo Mei antes de irse hacia la academia. Eso, sinceramente, me molestó mucho.

"Bueno... Me lo imaginaba", murmuró Yuzu. "Al menos, tengo este día..."

La siguiente escena me dejó sin aliento. Por alguna razón, encontré inusualmente bella la imagen frente a mí. Yuzu tenía los ojos cerrados, su rostro hacia el sol, y una sonrisa que es difícil de describir...

"¿Oh? ¿Momokino-san? ¡Estás roja!"

"¿Qué...? ¡¡Ahh, n-no es nada!!" Casi grité, tratando de cubrir mis mejillas, pero seguramente eso solo me puso aún más roja ¡Qué idiota!

Yuzu entonces soltó una risita. Era obvio que había notado mi reacción, y eso solo hizo que me avergonzara aún más.

"¿D-de qué te ríes?"

"No de nada... Solo que te ves tierna."

"¡Cállate! ¡No juegues conmigo!" La miré directamente, enfrentándola. "Además, ¿quién te dijo que podías hablarme de esa manera? No seamos tan... informales, es incómodo."

"Sí, sí, perdón." Su sonrisa y la forma en que lo dijo dejaban en claro que no lo estaba tomando en serio. No le di mayor importancia y simplemente continué mi camino, seguida por Yuzu. Durante el trayecto, noté que a Yuzu también le gustaban los días soleados tanto como a mí, y eso, sinceramente, no me molestaba. Más bien, me resultaba agradable. Finalmente podría compartir estos días soleados con alguien, ¿no?

"Yu... Quiero decir, Aihara-san... ¿Qué somos?" Le pregunté a Yuzu sin saber exactamente qué esperar.

"¡Pues amigas, por supuesto! ¿No te lo había dicho ya?"

Sí, somos amigas ahora...

"Claro..."

Y creo que eso me hace sonreír...

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Segundo capítulo editado, queridos lectores.

Citrus: Enemistad, Amistad Y Amor [Concluida] Versión EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora