Capitulo 20

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Narra ___

Nos adentramos al restaurant, nos recibe un chica delgada y rubia ¿que acaso todas son rubias aquí?

-Mesa para dos, en comedor privado por favor -murmura Romeo. Después veo a la chica ruborizandose y sonriéndole a mi novio, de acuerdo, es un artista, es normal.

-¿Usted es Romeo? ¿Ro-me-e-o Sa-anto-os? -dice la chica tartamudeando, genial.

-Si, le pediría que no subiera demasiado la voz, quisiera un poco de privacidad por hoy por favor -le dice Romeo guiñando le un ojo, puedo ver a la chica casi desmayandose por el guiño de él, tengo que aprender a controlar mis celos, es un artista, un cantante y bastante famoso, es obvio que lo reconozcan.

-Si, claro, lo siento, pasen por aquí por favor.

-No se preocupe, y gracias. -Dice amablemente Romeo, después él voltea y me sonríe tranquilizándome, si, él es mi hombre, mío.

Comemos amenamente, la comida está deliciosa, pero nada más delicioso que el hombre que tengo enfrente de mi mirándome, mi maravilloso Romeo.

-¿Te gusta este vino? -murmura sonriendo.

-Me encanta, es muy bueno. ¿Sabes mucho de vinos eh? -le pregunto y el me sonríe mientras pasa su mano por la copa.

-Mmm, si algo. -admite y luego me sonríe con arrogancia.

-Iré al tocador, ya vuelvo amor.

El asienta y yo me dispongo a ir.

El restaurant es bastante tranquilo, las mesas tienen manteles tintos y velas románticas. Se nota que es un lugar en el que siento no encajar, es para esa gente rica que no le importa gastar 450 dólares en un platillo para cenar.

El tocador parece más una sala de espera de un spa que un baño, tiene un sofá en tono tinto al igual que una de las paredes, tiene 6 lavamanos y un espejo, además de las finísimas puertas de los WC.

Cuando regreso Romeo y yo seguimos platicando.

Terminamos nuestra cena, mientras el pide la cuenta observo alrededor del restaurant, todas parejas platicando felizmente.

Salimos del restaurant y comenzamos a caminar por el centro, es hermoso, todo está iluminado. Campañas de publicidad por todo el centro.

-Te quiero Romeo, gracias por traerme a cenar, estaba delicioso -le sonrío.

-Yo también te quiero ___, no tienes nada que agradecer, me encanta pasar tiempo contigo.

Aún no me siento cómoda con que Romeo gaste dinero en mi, sobre todo cantidades obscenas.

-No tenías porque haber gastado en un restaurant tan caro como ese, hubiéramos podido cenar en casa.

Él me mira ¿confundido? ¿Tal vez enojado?

-____ -hace una pausa-Enserio, no es nada, puedo permitirmelo, me gusta gastar dinero en ti, es dinero bien invertido -me guiña un ojo-por favor, no te sientas incómoda te mereces cualquier cosa que tú quieras.

Me ruborizo ¿qué le digo?

-Lo siento, es sólo que me sentía... Incómoda... -digo, yo antes solía ir a comer unos burritos por no más de 15 dólares.

-No tienes por que. Eres mi novia. Si me apetece puedo comprarte un coche -que seguro haré, por cierto- así de sencillo, no le des tantas vueltas a las cosas.

Me quedo sin habla ¿a pensado en comprarme un coche? Conociéndolo seguro no miente, pero... Diablos, no puedo dejar que me este manteniendo, tengo que meterme a la universidad y cuando salga buscar un trabajo para valerme por mi misma.

****

Después de una gran noche paseando por el centro, regresamos a casa, dejamos el deportivo estacionado y entramos a la casa.

Me siento muy cansada, prácticamente me quedo dormida parada cuando Romeo mete la llave a la cerradura para abrir la puerta.

Inesperadamente Romeo entra, deja las llaves y antes de que alcance a ver que regresa a mi me toma en brazos y me lleva a la habitación, yo pongo mis manos en su cuello y dejo mi cabeza en su pecho, huele divinamente, huele a ropa limpia, gel de baño y a Romeo, no hay nada mejor.

Me deposita en la cama, y apenas soy consiente que me ayuda a quitarme el gorro, el abrigo y término en calzoncillos y la blusa blanca que traía.

-Duerme, nena -me da un dulce beso en los labios y caigo en un sueño profundo.

Romeo Santos y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora