Capitulo 16

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Escucho unas voces, no puedo abrir los ojos, ni moverme, pero puedo escuchar, es la voz de Romeo y... ¿Camila?

-¿Porqué esta así? -le pregunta Camila y oigo sollozos.

-Verás... La... La secuestraron y... -no puede terminar, se le rompe la voz y empieza a llorar también, no, no lloren, por favor, esto es mi culpa, sino hubiera ido al parque y hubiera esperado a Romeo, nada de esto estuviera ocurriendo.

Lucho por gritar y decir que esto es culpa mía, pero no puedo moverme, ni abrir los ojos...

*****

-Cariño... -es la voz de mi madre.

No puedo moverme pero es como si en algun lado de mi cabeza me pusiera a llorar, es la voz de mi madre dolida, sin duda siente un poco de culpa, pero ella no la tiene, maldita sea, por mas que lucho por moverme no lo logro y vuelve la oscuridad...

-Despierta, vamos amor... te extraño tanto... -es la voz de Romeo, mi Romeo, quisiera poder abrir los ojos solo para verlo, decirle que todo estara bien pero no puedo, mi cuerpo no me lo permite.

-Señor, tenga paciencia despertara cuando este lista -hace una pausa y suspira-sufre de una desnutricion, dos semanas sin suficiente agua ni comida, su cuerpo esta muy debil, ademas, los medicamentos sedantes tampoco ayudaron... a eso la herida... sino usted no la hubiera traido a tiempo como lo hizo... no hubiera sbrevivido.

Uau, dos semanas ¿estuve secuestrada dos semanas?

Otra vez la oscuridad...

***

-Soy un idiota, como pude permitir que te secuestraran, me voy a encargar que los que hicieron esto y la van a pagar muy caro -Romeo, no, tengo que abrir los ojos, pero no puedo... Oscuridad.

***

Me duele todo el cuerpo, intento abrir los ojos, lo logro, pestañeo para acostumbrarme a la leve luz de emergencia, es de noche, miro a lo alrededor. Volteo a un lado y veo a Romeo con la cabeza recostada en la cama donde estoy y su cuerpo en una silla, esta despeinado, y esta dormido, levanto la mano y acaricio su cabello, se despierta.

-Oh ____ -Me dice Romeo en casi un sollozo.

-¿Cómo te sientes?

-Me duele todo -contesto.

-No te preocupes ____, voy por la doctora, no te muevas.

Yo sólo asiento.

Romeo sale por la puerta y yo me quedo mirando una ventana de lado derecho de la cama, puedo ver la luna, extrañaba tanto ver las noches, los días, el sol, las estrellas.

Se abre la puerta, volteo, entra la doctora -supongo-, es alta, rubia, y sólo ha de tener unos 30 y pico de años.

-¿Cómo se siente señorita?

-Am, bien, me duele todo.

-Es normal, le dimos unos medicamentos, pero no podían ser demasiados debido a los calmantes que le dieron mientras estuvo secuestrada, eso solo afectaría su salud.- Me explica.

Empieza a revisarme.

Después de un chequeo general, me dice:

-Todo esta bien, la bala no llego a ninguna arteria importante, sólo hay que guardar reposo, le daré unos medicamentos, si sigue sintiendo malestares será mejor que regrese al hospital ¿de acuerdo?

Yo sólo asiento.

-Doctora, ¿podemos hablar afuera? -dice Romeo.

-Si.

-Ahora vuelvo mi amor, no tardo.

-Si, esta bien -le respondo.

La habitación es fría, aunque grande, encima de una cómoda hay flores, y, aw, un peluche de panda.

Y de repente siento que tengo hambre, dios, si que muero de hambre.

Se abre nuevamente la puerta y entra Romeo.

-Te extrañe tanto.

Los ojos se me llenan de lágrimas.

-No, no llores, por favor ____- me dice Romeo.

Me abraza dulcemente, cuidando de no apretarme demasiado.

-Perdón, perdón Romeo -él me mira sin comprender.

-Esto ha sido mi culpa, sino hubiera salido no estaría así, no estuvieras preocupado, ni mi madre, ni Camila...

Trato de calmar mis lágrimas, pero no puedo.

-De ninguna manera, esto no es tu culpa, no digas eso -me reprende, pero me sigue abrazando, logro sentarme, el se sienta a un lado de la cama y hundo mi cabeza en su pecho, y huele a él, y a algún gel de baño, me encanta, aún en mi estado, trae una camisa blanca, él acaricia mi cabello.

-Ya no llores, por favor ___, no me gusta verte así, ese imbécil la esta pagando muy caro, nadie se mete con lo que más quiero, Nadie -hace énfasis en la última palabra, me hace sentir bien, poco a poco me calmo, pero lo sigo abrazando, no quiero despegarme de él.

Romeo Santos y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora