Capitulo 24

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—   ¡Sorpresa!

Abro los ojos y abro la boca intentando decir algo, pero fracaso, balbuceo y me volteo a ver a Romeo que me mira intentando evaluar mi reacción. No puedo creer lo que tengo enfrente de mí un perfecto y hermoso convertible rojo BMW.

— ¿Te gusta? —me susurra Romeo mientras me abraza por la cintura.

— ¿Qué si me gusta? —Me mira sorprendido— ¡Me encanta! Dios, si es… es hermoso —digo entusiasmada dando saltitos ridículos y dando palmadas pero no mucho tiempo después me siento culpable, no puedo aceptarlo, no, no puedo.

—Amor, uau, me fascina, es simplemente precioso, obvio no mas que tu, pero no puedo aceptarlo, eso vale una fortuna, no, no puedo, es demasiado.

Romeo me mira arqueando una ceja y me abraza y me pega a su cuerpo.

—Nada es demasiado para ti nena.

Sus palabras resuenan en mi cabeza <<Nada es demasiado para ti>> joder, pero es demasiado dinero invertido, me siento como caza fortunas, Romeo nota que algo no anda bien y frunce el ceño, me pasa suavemente el pulgar por mi mejilla y yo suelto aire que no sabía que estaba conteniendo

—No —me dice.

¿Qué?

—No ¿Qué?

—Ni se te ocurra rechazármelo, lo compre para ti, no he andando de gira para nada, puedo permitírmelo, además me gusta gastar en ti… mira _____ tómalo como un regalo porque te aceptaron en la universidad ¿sí? —hace un mohín para convencerme.

Vale, acéptalo ya y deja de hacerte la difícil, me grita mi subconsciente.

—Está bien —acepto— muchísimas gracias mi amor —me cuelgo de su cuello y él me abraza y me da vueltas levantándome un poco del suelo, yo rio y el también lo hace, amo ver esa parte de Romeo, feliz y disfrutando del momento, aunque amo cualquier cosa que tenga que ver con él.

—Gracias por aceptarlo —me dice y sonríe.

—Gracias a ti por regalármelo —le devuelvo la sonrisa y le doy un beso en los labios.

***

— ¿Ya tienes todo listo?

Me pregunta Romeo mientras bajamos las maletas —irónico, pienso— hace tres días apenas las estábamos poniendo aquí y ahora me las llevo a la universidad.

Yo asiento, Romeo lleva una camisa gris de manga ¾ que remarca sus bien marcados y sensuales brazos, lleva un pantalón oscuro ligeramente entubado que le queda de muerte, y unos zapatos—tenis blancos.

Al fondo de la sala se escucha una música desde el equipo de sonido. No sé qué estación de radio es pero creo conocerla.

—Y ahora vamos con <<All of me>> de John Legend… —suena una voz masculina en la radio y comienza la canción, una melodía en piano fantástica.

Romeo regresa de la cocina después de pedirle a Margarita que nos preparara un emparedado para comer en el camino y me observa divertido al ver como muevo el pie conforme el ritmo de la canción.

— ¿Te gusta esa canción?

Yo asiento y antes de darme cuenta lo tengo a un lado de mí.

— ¿Bailamos?

Le sonrío y le acepto la mano, nos empezamos a mecer conforme la canción avanza…

Nos movemos animadamente por toda la sala y alrededor del comedor, Romeo me guía y yo me dejo llevar disfrutando de la música y de él.

Romeo Santos y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora