Capitulo 26

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Entro y mientras cierro la puerta el nudo que tengo en mi garganta lucha por salir, <<serán solo unos días>> me repito en mi cabeza, todavía tengo el sabor de sus labios, cierro los ojos y una lagrima cae, la limpio rápidamente y respiro, lo volveré a ver en unos pocos días, todo está bien, inhalo fuerte y veo lo que será mi nueva habitación, tonos pastel y dos camas individuales a lado derecho de la habitación forman la habitación, entre las dos hay un mueble con dos cajones y encima hay una lámpara de noche, al otro lado de la habitación esta el guarda ropa con la mitad lleva y la puerta que supongo será el baño, me dirijo hasta allí.

Mientras me miro en el pequeño espejo del baño observo mi cara, he cambiado, ahora soy más feliz, me siento más viva desde que lo conocí, vaya que sí, pero vuelve mi inseguridad ¿Qué habrá visto Romeo en mí? Es una gran persona, es guapo hasta perder el sentido, es tierno, es romántico, canta de maravilla y compone canciones ¿Qué más puede pedir una mujer? Él podría elegir a cualquier chica más linda que yo, más segura, más bonita, pero me quiere a mí, él me lo ha dicho ¿entonces? Debo de calmarme, además el nunca me engañaría, así es, respiro profundo y escucho la puerta de la habitación abrirse, por un momento pienso que es Romeo y salgo del baño, pero me encuentro con una chica bonita, pelirroja de ojos azul claro y alta, tal vez mida 1.72 tal vez más, lleva unos jeans ajustados grises y una blusa azul que marca sus curvas y que combina con sus ojos, hay que admitir que es bastante guapa, las dos nos sorprendemos al vernos y gritamos.

— ¿Quién eres? —me dice ella.

—Soy _____, me dijeron que esta sería mi habitación, soy nueva en el instituto —me arreglo para decirle sin contar mi pulso sorprendentemente rápido después del susto de verla.

—Ah —dice ella y luego suspira ¿aliviada? Si creo que aliviada, frunzo el ceño.

—Así que serás mi compañera de habitación, un gusto, soy Katherine, pero puedes llamarme Kate —murmura y sonríe, mostrando unos dientes blancos y bien cuidados.

—Un gusto, soy _____ —le devuelvo la sonrisa.

— ¿Cuál es tu cama? —le pregunto observando las dos camas, la de la izquierda tiene una colcha color rosa pálido y un cojín del mismo color encima, la de la derecha tiene azul cielo y un cojín del mismo color ¿eh?

—La de la izquierda.

—Gracias —murmuro.

—Por nada —me dice ella.

—Así que ____, ¿Cómo llegaste aquí? Me refiero a por que estas en esta escuela, no si llegaste en carro o algo así —suelta una risita y yo también.

—Ah —sonrío y recuerdo a Romeo—Mi novio me la recomendó, me acabo de mudar a New York hace unos días.

Ella me mira con asombro.

— ¿Y qué tal? ¿Te gusta la ciudad?

—Sí, es bastante bonita, aunque todavía no conozco demasiado.

—Me imagino que así es, cuando quieras podemos ir de compras juntas y te muestro la ciudad —me guiña un ojo.

—Sí, eso estaría muy bien —le sonrío, esta chica comienza a caerme bien.

— ¿Quieres que te muestre la escuela? Tenemos 20 minutos antes de que empiece la siguiente clase, ¿Qué te toca en el horario?

Lo saco de mi bolso y reviso <<Literatura>>

— ¿Me toca Literatura y a ti?

—Tenemos el mismo horario, me toca lo mismo, bueno, es en el aula 6, ¿vamos?

—Claro —le sonrió, tomo mi bolso de mano y me voy con ella.

***

Las clases han estado bien, algo aburridas pero bien, Kate se ha portado muy bien conmigo y me ha platicado dos que tres chismes de la universidad, como que no me deje engatusar por un chico llamado Zac que se ha acostado con la mitad de alumnas de esta escuela y quien sabe cuántas mas afuera.

Mi última clase fue de cálculo, reviso la hora <<19:21>>, estoy acostada en mi nueva habitación, aunque debería estar desempacando, Kate está en su computador.

—Ah oye, lo había olvidado, hoy hay una fiesta, ya sabes “universitaria” música, alcohol barato y algo de hierba, yo no iba a ir porque no tenía con quien, pero como ya tengo compañera de habitación ¿Qué dices? ¿Vamos?

Suelto una risita después de lo de “Universitaria” decido que si iré, no quiero pensar en que Romeo no estará conmigo, ni tampoco hoy dormiré con él, suspiro.

—Sí, me apetecería ir. ¿A qué hora es?

—Es a las 9 de la noche, tenemos dos horas para arreglarnos si iremos.

—De acuerdo, hay que arreglarnos desde… ahora para alcanzar.

Entonces reviso mentalmente mi ropa y me doy cuenta que no tengo nada que ponerme.

— ¿Qué pasa? —me pregunta Kate.

—Emm… no tengo nada que ponerme.

—No te preocupes, creo que tengo un vestido que te quedara genial, espera. —me dice y se para dirigiéndose a su guardarropa, empieza buscar entre la ropa hasta que saca un bonito —y corto— vestido azul eléctrico con escote de corazón.

—Podrías probarte este, seguro te queda genial.

—Gracias.

***

La fiesta es en uno de los jardines principales alado del estacionamiento de alumnos, decidí ponerme el vestido azul eléctrico, Kate se puso uno rosa pálido de tirantes que se moldea a sus curvas y se le ve bastante bien, unos tacones que la hacen ver más alta de lo que es, yo decidí ponerme mis tacones negros, Kate me maquilló, me hice unos rizos y me los coloque de lado, mostrando mi cuello, admito que también me veo bien, Kate se hizo un chongo con algún que otro cabello suelto y se maquillo bastante bien, así que seguras de nosotras mismas nos dirigimos a la zona de bocadillos, hay luces en la pista de baile abarrotadas por jóvenes que bailan como si no hubiera un mañana, decido comerme unas papas fritas. Alguien llega y saluda a Kate, es un chico que a lo que veo —entre la oscuridad— es rubio, tiene ojos azules y es alto y fornido.

—Oh ____, el es Isaac, es mi hermano —es bastante parecido a Kate, y sus ojos son iguales, pero lo único que lo diferencia de ella es que es rubio.

—Ah, un gusto —saludo cortésmente a Isaac.

El chico me barre de pies a cabeza y luego sonríe—El gusto es mío —dice y toma mi mano para después besar mis nudillos, de repente me siento incomoda, así que después de su saludo escondo mis manos detrás de mi espalda.

— ¿Qué hacen aquí chicas? —pregunta el rubio.

—Acabamos de llegar —dice Kate.

—Oh, ¿quieren bailar?

Kate voltea a verme.

— ¿Bailamos? —me dice por encima de la música, justo empieza “Outside” de Calvin Harris y Ellie Goulding.

Yo asiento y nos dirigimos a la pista de baile.

Después de dos horas bailando sin parar los pies comienzan a dolerme por los malditos zapatos. Decido irme a un lado de la pista y revisar mi celular son las 11:04 de la noche, Romeo ya debe haber terminado su concierto, comenzó a las 8. Y como si lo invocara comienza a sonar mi teléfono, y es Romeo.

— ¿Hola?

El suspira aliviado, pero lo noto algo tenso—Hola ____, ¿me puedes explicar por qué estas en una fiesta si mañana tienes clases temprano?

¿Cómo lo sabe? Y caigo en la cuenta. Michael seguramente le avisó.  

Romeo Santos y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora