Capítulo 9

717 39 4
                                    

-¿Estás cómoda amor? -susurra en mi oído Romeo conteniendo la risa.

-Mmm. -murmuro.

Mi espalda está pegada a su pecho y ambos estamos en el jacuzzi, no recuerdo haber estado tan relajada desde hace tiempo. Suspiro satisfecha, sus brazos me envuelven y su barbilla está en mi cabello.

Duramos unos minutos sin decir nada, tan solo escuchando la naturaleza alrededor, ambos estamos tranquilos y felices, sin preocupaciones por un momento.

-¿Sabes? Nunca nadie me había afectado tanto una chica hasta que llegaste tú -La voz de Romeo me saca de mi ensueño y me volteo a mirarlo. Sus ojos cafés me miran de manera melancólica- Nunca había conocido alguien como tú, siempre fuiste especial, tu sonrisa, la forma en la que me miras, como si no importara nada más alrededor que tu y yo, tu risa, todo de ti, no tienes ni idea de lo mucho que te quiero y tengo tanto miedo de que todo esto sea demasiado bueno para ser real -hace una pausa- tengo miedo de que me arrebaten de tu lado, eres mi punto débil. -Acaricia suavemente mi mejilla y yo cierro los ojos mientras lágrimas corren por mis mejillas, pero no sé exactamente porque lloro, son tantas emociones juntas, mi amor por él, las palabras que me dice, las emociones que veo en sus ojos.

Me pongo a horcadas sobre su cuerpo y lo abrazo por el cuello, pongo mi mejilla contra su pecho mientras él acaricia mi espalda.

-Te quiero, te quiero tanto que no sé qué decir. -murmuro.

Romeo me levanta la cara suavemente y me mira, se acerca y me besa, pongo mis manos sobre su cabello y mientras nos besamos el beso va subiendo de intensidad.

***
-¿Lista? -Romeo toca la puerta mientras termino de ponerme mi gorro.

-Lista -le digo y Romeo entra.

Se ve guapísimo, trae puesto una boina, suelto una risita mientras él me repasa de arriba abajo y sonríe maliciosamente.

-Estoy pensando seriamente en regresarnos al jacuzzi y quedarnos aquí.

Le sonrío con una ceja arqueada y sacudo mis pestañas pícaramente.

-No me tientes -me dice conteniendo una sonrisa.

-Vamos entonces -paso por delante de él y Romeo me toma de la mano y me besa.

Sonrío a mitad del beso-Ya ha llegado el chofér, vámonos ya.
Romeo asiente y sonríe mientras me toma la mano y bajamos las escaleras.

Durante el camino vamos hablando de nada en particular, recibe una llamada en su móvil, primeramente frunce el ceño algo confundido y contesta:

-¿Bueno? ... ah mamá hola... no... Sí, justo está a mi lado... no... -se ríe- yo le comentaré... claro que sí... -niega con la cabeza sonriendo- hasta luego.

Me contengo la risa cuando termina de hablar por teléfono-¿Todo bien?

-Si, era mi madre, me ha dicho que nos invitaba a cenar en cuanto volvamos, se quejo un poco de que no le haya contestado antes, pero al parecer me marco cuando estábamos en el jacuzzi y pues... -sonríe pícaramente- no podíamos contestar -levanta los hombros como si tal, pero sus ojos están risueños, yo suelto una carcajada.

-Eres incorregible -me mofo.

Se acerca hasta mi y nos quedamos mirando, baja la mirada a mis labios-Podrías corregirme aquí mismo si quieres. -Sonríe insinuando algo más.

-¡Amor! ¡Por favor! -dramatizo, pero en realidad estoy evitando con todas mis fuerzas no reírme, mis mejillas enrojecen porque nuestra conversación ha sido escuchada todo el tiempo por el chófer, el cual por cierto, continua sin inmutarse ni un poco.

Romeo me besa y después se sienta de nuevo correctamente fingiendo inocencia, pero no se me pasa desapercibida su sonrisilla malvada, esto le divierte.

Niego con la cabeza, pero estoy feliz, amo cuando está juguetón.

**

-¡Esto es hermoso! -sonrío más que emocionada mientras paseamos de la mano por las calles de París.

-¡La torre Eiffel! -murmuro emocionada.

Romeo me mira con un brillo en los ojos mientras nos encaminamos hacía la torre.

-Es asombroso poder estar aquí, amor -lo miro y lo tomo de las manos- Muchas gracias. -Lo beso intentando demostrarle todo lo que siento.

-Me haces muy feliz, todo el tiempo.

-Y tú a mí, más de lo que imaginas _______-Romeo me toma de la cintura y después me abraza, nos quedamos abrazados lo que parece una eternidad, no hace falta decir nada.

Después de unos minutos continuamos caminando de la mano por las calles, el aire está fresco y vamos de la mano. Todo es precioso.

-Amor... -Romeo me saca de mi ensueño mientras miraba todo a mí alrededor.

-¿Si?

Se me queda mirando sonriendo-Nunca creí que podría ser tan feliz -me mira directamente a los ojos- Eres lo mejor que me ha pasado y por eso... -se arrodilla frente a mí y mi corazón comienza a latir fuertemente, oh dios mío, oh dios mío... ¿Y si es lo que creo?... -Amor, mi vida, _____ -saca una cajita de terciopelo de su abrigo, me tapo la boca con mis manos mientras mil emociones se agrupan en mi cuerpo- ¿Me harías el hombre más feliz del mundo casándote conmigo?

Romeo Santos y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora