Capitulo 3

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¿Romeo? ¿Pero que hace Romeo con Kate? Tengo miedo de verle... pero también mi lado masoquista quiere verlo, quiero volver a abrazarlo, besarlo y estar junto a él, pero él me engañó, y ante eso nada puedo hacer, suspiro y camino al mismo tiempo hasta la puerta de la biblioteca, la puerta está cerrada y solo alcanzo a ver poco desde aquí. Me siento y abrazo mis rodillas, lo veré, tan solo ha pasado muy pocos días, pero han sido largos y horribles. Mientras espero pacientemente a que me saquen de aquí para poder —o intentar— dormir, comienzo a tontear con mi teléfono, y sin quererlo comienzo a revisar los mensajes, terminando en los de Romeo. Encuentro uno de un día antes de que lo encontrara...

"Estoy ansioso por verte, te extraño mi amor"

Se me llenan los ojos de lágrimas, y mientras sigo atormentándome escucho pasos desde afuera, me asomo por la puerta de vidrio rodeada de protecciones color negro y veo tres figuras que reconozco al instante, Kate, Isaac y Romeo, Kate va adelante y los dos chicos atrás, ella trae una linterna en la mano.

Después de 30 minutos y con bastante esfuerzo y seguramente un castigo seguro por forzar una cerradura salgo y lo veo. Nuestros ojos se encuentran, a pesar de la oscuridad, veo sus ojos castaño oscuro, y los ojos se me llenan de lagrimas y bajo la cabeza y me muerdo el labio para intentar reprimir los sollozos que luchan por salir, antes de que me dé cuenta Kate me abraza y me pregunta lo que paso, yo niego con la cabeza indicándole que luego le contaré, Isaac me abraza, pero yo no respondo, toma mi cabeza entre sus manos y me pregunta:

— ¿Estas bien?

Yo asiento, incapaz de hablar. Luego vuelvo a ver a Romeo, con la oscuridad no veo lo que trae, parece ser una chaqueta y unos pantalones y poco más. Me ve y se acerca a mí, pero yo no puedo moverme.

—Tenemos que hablar, por favor _____. 

Su voz...

Su cercanía...

Su olor...

Todo es demasiado.

Y sorprendida de mi misma al poder volver a hablar murmuro:

—No tengo nada hablar contigo, y si me disculpas me gustaría irme a mi habitación, ¿Kate, nos vamos?

Uau, que borde me he escuchado, al levantar mi cara veo a un Romeo confundido, nunca me había visto ser tan frío con él, pero tengo que controlar mis sentimientos y alejarme lo más pronto de él, si no quiero lanzarme a sus brazos y perdonarlo.

—Además ¿que haces aquí?

El me mira, me mira y me mira...

—Te he llamado un millón de veces y no me has contestado, he querido hablar contigo para explicar todo lo que ha pasado pero no me has dejado, cuando fui al hospital a verte no me dejaron entrar... —hace una pausa y vuelvo a ver el dolor en sus ojos— casi muero cuando me enteré que estabas inconsciente, y hoy me ha llamado Kate porque no sabía dónde estabas y vine a ayudarla a buscarte.

-Me engañaste, Romeo. Yo te amaba con mi vida y me vienes a pagar así, tu y yo ya no tenemos nada de qué hablar, porque tú y yo terminamos y, antes de que digas nada más me marcho de aquí, y solo te advierto una cosa —le digo y me acerco a él un paso— no vuelvas a buscarme, llamarme ni hagas el menor intento de acercarte a mí ¿entendido?

Él me mira, sus ojos pasan del coraje al dolor, asiente y me mira.

—De acuerdo.

—Bien, y gracias por ayudarme con el pago inicial de la universidad, pero de hoy en adelante pagaré las mensualidades, ya no tenemos nada que ver y no tienes porque pagarme absolutamente nada.

Él me mira sorprendido.

—No tienes trabajo ¿como conseguirás pagar una mensualidad? Por favor, sé que no quieres nada de mí, pero déjame pagar por lo menos tu universidad, si no fuera por mí no estarías en esta situación.

Va... en eso tiene razón, ni siquiera sé cómo voy a pagarlo, tengo que conseguir un trabajo...

—De acuerdo, pero solo hasta que consiga trabajo.

El frunce el ceño—_____ —suspira y pasa las manos por su cabello— No acepto un no por respuesta, por mi culpa estas aquí... lejos de tu familia y en otro país, déjame hacer eso, por favor...

Yo pongo mis brazos en jarras.

-Está bien...

El sonríe-Gracias...

Había olvidado lo bonita que era esa sonrisa, y por una extraña razón, sonrío yo también.

-Gracias a ti.

Romeo se aclara la garganta—Necesito hablar contigo a solas... necesito aclararte lo que paso el otro día —traga saliva con dificultad. Obviamente sé muy bien a lo que se refiere, al encuentro cariñoso de él y la tal Jessica, su ex.

A mí se me forma un nudo en la garganta—Yo sé lo que vi, ¿o qué? Me dirás que esa es la forma de saludar aquí en New York... Solo déjame tranquila.

Romeo me mira, y veo en sus ojos decepción—Solo déjame explicarte.

-No. -digo intentando controlar las lagrimas— No voy a hablar contigo, demasiado daño me has hecho ya —levanto la mirada, nos miramos a los ojos, un lagrima resbala por mi mejilla, pero no hago nada por quitármela, solo memorizo por última vez esos ojos castaños que tanto me han hecho suspirar. Romeo me mira descompuesto. Y sorprendiéndome me limpia las lágrimas con sus pulgares, y atrapada bajo su mirada no hago nada, extrañaba su contacto.

—Por favor ____, no llores por mí.

—Suéltala.

¿Qué...? Isaac.

Volteo y veo a Isaac con los brazos a cada lado de su cuerpo, y sus manos están en puño.

Romeo lo mira y veo una mirada glacial.

—He dicho que la sueltes.

— ¿Y quién eres tú para impedírmelo?

—Te lo dije la vez del hospital, aléjate de ella.

—Nada hará que me aleje de ella, a menos que ELLA me lo pida.

Kate me mira, yo la miro. Y entendiendo lo que dice con la mirada me interpongo entre los dos.

—Ya basta.

Pero Romeo e Isaac continúan fulminándose con la mirada.

—Ella es mi novia, es mía, eres tu quien se tiene que alejar de mi chica.

Yo me quedo boquiabierta y la rabia crece en mí. Volteo a ver a Romeo.

—No soy de tu propiedad, no soy un objeto, y ya no soy tu chica, me engañaste.

Romeo palidece—No quería decir eso es solo que...

—No, basta de disculpas. Déjame continuar con mi vida.

Romeo abre mucho los ojos—No...

Y armándome de un valor donde no sabía que tenía me volteo, tomo a Isaac del cuello y lo beso frente a Romeo, el primero está confundido, pero en cuanto reacciona me toma de la cintura y me acerca a él, sus labios son suaves, pero no siento nada, no son los de Romeo, volteo de reojo y lo veo, Romeo me mira sorprendido y dolido, cuando terminamos de besarnos ambos jadeamos.

Romeo me mira dolido—Eso ha sido un golpe bajo. —Dicho esto se voltea y se va. 

Romeo Santos y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora