Remus no entendía por qué su amigo Sirius Black, todo un casanova, por cierto, estaba tan ensimismado en conquistar a aquella chica Ravenclaw de la que tanto les hablaba en el dormitorio.
Hasta que la vio y no pudo dejar buscarla en sus recuerdos.
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—¿Dónde estuviste? Te llegó una carta, está encima de tu cama —la interceptó Brianna al momento de entrar en la sala.
—En la biblioteca, estudiando. Iré a leerla, bajaré en un momento —subió hasta su habitación a toda prisa. Estaba segura de que la carta era de su padre, desde que había aprendido a mandarlas todos los meses le enviaba una sin falta. Tenía su cello hecho de cera por fuera.
''Hija,
Espero que estés teniendo un buen año escolar, no te pregunto cómo está yendo porque sé que eres una buena estudiante. Tu madre me ha contado acerca de los exámenes que tienes este año, algo de indispensables de la magia, no le entendí muy bien. No te estreses demasiado con eso, enfócate en las asignaturas que realmente te gustan.
Tu madre está bien, ya sabes, con sus plantas ella es feliz. Tu hermanita ha mostrado signos de magia, el otro día hizo volar un peluche, con tu madre estamos contentos. Así que ahora la amenazamos que si no se porta bien no la mandaremos al colegio de las princesas mágicas. Yo también estoy bien, la escuela va excelente.
Te mando cuatro de esas monedas de oro que tienen nombre de embarcación, cómprate algo. Salúdanos a Brianna.
Besos y abrazos.
Rupert Daft ''.
La chica sonrió, su papá siempre estaba muy entusiasmado de aprender cosas acerca del mundo mágico. Revisó el sobre, cuatro galeones estaban allí, y una flor, de color lila, esa venía de parte de su madre.
''Papá,
Gracias por los galeones, te recuerdo con son las monedas que tienen más valor. Dile gracias a mamá por la flor, dile que pronto le enviaré una carta porque quiero comentarle algo.
Dile a Inés que puede usar mi vestido amarillo, y que le llevaré algunos dulces mágicos para navidad.
Hasta ahora las clases van bien, he estado estudiando mucho para mis TIMOS (Título Indispensable de Magia Ordinaria), quiero aprobar si o si pociones y encantamientos. Creo que he heredado tus dotes de docencia, le estoy enseñando pociones a un chico del colegio, bueno, hoy fue la primera sesión, pero creo que lo hice bien.
A ti también te llevaré algunos dulces mágicos. Cuídate.
Besos,
Eugiéne Daft''.
Dobló la carta y la metió en el mismo sobre. La guardó en su túnica y bajó a la sala común.
—Mi familia te manda saludos —comentó sentándose en el gran sofá frente a la chimenea.
—Gracias. Estoy segura de que mis padres te enviarán una carta pronto, quizá que cosa habrán encontrado ahora —dijo la rubia rodando los ojos.
—Quizá encontraron una criatura que se parece a ti, criticona, chillona... —Eugiéne no pudo seguir porque Brianna había comenzado a hacerle cosquillas —Las...cosquillas...no... ¡Brianna!
