12. Sobre los abrazos amistosos y otras cosas

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Brianna venía acompañada de sus padres

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Brianna venía acompañada de sus padres. Ambas sonrieron al encontrarse en la estación. 

—GinGin, por fin nos vemos otra vez, debo admitir que me aburrí sin ti —mencionó la rubia mientras la abrazaba. Luego saludó a su madre. 

—Que gusto verte de nuevo Eugiéne, esperamos que hayas pasado una linda navidad. Aquí está tu regalo de nuestra parte —la madre de Eugiéne tenía un pequeño gatito naranjo entre sus brazos. 

Eugiéne abrió los ojos con sorpresa y recibió al pequeño animal. Agradeció infinitas veces a los padres de Brianna y luego ambas chicas se subieron al tren. Los padres de Brianna sabían que Eugiéne amaba los perros y le hubieran regalado uno si Hogwarts los admitiera como mascotas, pero como no se podía, un gatito no era mala opción. Sabían que la muchacha estaría contenta hasta de si un sapo se tratase. Admiraban esa parte adaptativa que tenía la amiga de su hija.

—Bri, lamento no tener un mejor regalo, pero te hice unos jabones con tus aromas favoritos, debo admitir que les puse un hechizo para que cuando sudes desprendas olor a limón —Eugiéne le extendió una pequeña caja con un lazo verde encima. Su madre le había ayudado a hacer los jabones, se había divertido con ella.

—¿Bromeas? Es el mejor regalo que me han dado, por Dios, tú sabes cuanto detesto oler mal. Estoy agradecida tener una amiga tan inteligente, olor a limón, te amo —la castaña rio y volvió su atención a su pequeña mascota. Era cierto, Brianna tenía una especie de fijación con la limpieza, verse ordenada y pulcra.

—Es tan lindo —comentó mientras le acariciaba el lomo. 

—Es hembra, ¿qué nombre le darás? Mis padres querían regalarte un cachorro porque creen que eso va más contigo, pero no se permiten en el colegio, así que optaron finalmente por un gato. En una de mis maletas va el alimento y el resto de las cosas.  

Miró a la gatita con detenimiento. Era anaranjada con algunas rayas blancas, muy linda y peluda. Sus ojos eran verdes y muy despiertos. No parecía tener un comportamiento muy exaltado, al contrario, se había mantenido todo el tiempo muy quieta. Eugiéne creía que se parecían. Fantaseó unos segundos pensando en las futuras tardes de siesta esperando que su nueva compañía peluda la acompañase.

—Tal vez podría llamarse trigresa o naranjita —recomendó Eugiéne.

—Yo la llamaría Gigi, para que concuerde con tu nombre —propuso la rubia.

—Sí, tienes razón. Gigi es tu nombre —le habló a su mascota, la que le respondió con un pequeño maullido —creo que le gusta. 

El resto del viaje Brianna se preocupó de entretenerla con las nuevas historias que contaron sus padres. A Eugiéne le encantaría ir de viaje con los padres de su amiga algún día. 

Eugiéne le preguntó sobre Lucy, produciendo un sutil sonrojo en las mejillas de su amiga. Le dijo que se encontraría un poco más tarde con ella en el pasillo del tren. Brianna le preguntó sobre Remus y ella le contó que no lo vería hasta dentro de una semana más porque tenía que quedarse unos días con su madre. Al parecer había empeorado un poco su salud.

Home Smells Like Chocolate ↠ Remus J. LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora