15. De amigos a extraños... otra vez

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Estaban a dos días para irse a sus casas para las vacaciones de verano

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Estaban a dos días para irse a sus casas para las vacaciones de verano. Eugiéne estaba contenta, por un lado, le había ido maravilloso en los exámenes y por otro, pasaría un mes completo con Brianna y sus padres en un viaje para conocer criaturas mágicas. Había hablado con su padre a través de algunas cartas y él se había comprometido a conseguirle los atuendos adecuados. 

Había avisado de antemano en su carta que su cabello estaba... un poco más corto. 

Cuando su enojo e intensa emocionalidad se hubo calmado, Eugiéne se vio sumergida en el mayor de los arrepentimientos por haber cortado su cabello. Brianna le había repetido múltiples veces que se le veía lindo y que le otorgaba personalidad. El lado positivo para la castaña era que no debía peinarlo mucho. 

El trío de chicas: Lucy, Brianna y Eugiéne, iban camino al almuerzo en el Gran Comedor. Nuestra protagonista había aprendido a no sentirse como un mal tercio entre sus amigas. Lucy le había elogiado su corte de cabello instantáneamente al verla. Eugiéne solo le agradeció y se justificó con que en el verano tendría mucho calor como para llevarlo largo. Le había contado los detalles de su situación a Brianna, e hicieron un pacto para que la rubia no le contara a nadie más acerca de Remus Lupin y lamentablemente, eso incluía a su novia Lucy. Eugiéne podía estar muy resentida con el chico, pero no era malvada.

Se sentaron y unos platos con puré de papas y filete de cerdo aparecieron frente a ellas. 

—Parece que en las cocinas saben que es mi plato favorito. Mañana podríamos ir a celebrar mi triunfo en el torneo de Quidditch —comentó la pelirroja con un deje de orgullo. 

—¿A Hogsmeade? —Eugiéne tenía muchas ganas de salir con sus amigas antes de las vacaciones. No vería a Brianna hasta dentro de un mes.

—Sí. Al final es al único lugar que podemos ir —dijo Brianna encongiendo los hombros. Sus ojos viajaron lentamente a la mesa del frente y susurró a su amiga: —Gin, detrás de ti está Remus Lupin, no vayas a girarte. 

—¿Pasó algo con Lupin? —preguntó Lucy uniéndose al susurro.

—Nada. Ya no hablamos. Eso es todo.

Remus no podía creer lo que sus ojos veían. Eugiéne se había cortado su hermoso cabello y se veía dolorosamente... bella. Sus ojos destacaban más y sus pómulos eran mucho más notorios. Apartó rápidamente la mirada de la chica y siguió avanzando con sus amigos. 

Tenía vergüenza incluso de mirarla. Sabía que ella no diría nada, era muy noble como para difundir su secreto. Aun así, no sabía como afrontar la situación. Se había lamentado toda la noche anterior, Sirius se enteró de lo sucedido (que era prácticamente su culpa porque quiso gastarle una broma de pésimo gusto a Severus Snape) y ahora las cosas estaban un tanto incómodas con él. 

Lo peor es que ahora Severus Snape también sabía acerca de... que era un maldito hombre lobo. Remus podía estar seguro de que Eugiéne no le contaría nada a nadie porque así era ella, muy buena para él, sin embargo, no podía ni remotamente confiar de la misma forma en Severus, le tenía un odio muy bien infundado a su grupo de amigos y aunque él jamás le había hecho algo directamente, estaba seguro de que solo con ser amigo de James y Sirius entraba dentro su lista negra. Y no obstante, eso no era lo que más le preocupaba. 

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