9. Peter el cartero

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Eugiéne no vio a Remus durante toda la semana

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Eugiéne no vio a Remus durante toda la semana. Parecía que se lo había tragado la tierra, ¿había sido así los años anteriores? Nunca se había dado cuenta de que la ausencia del chico era tan extendida.

Se mantenía atenta cada vez que veía a sus amigos, pero nunca aparecía con ellos. De seguro había tenido que ir a visitar a su madre.

—GinGin, llevas jugando con la comida todo el almuerzo, apúrate —comentó Brianna.

—Al parecer no tiene hambre, déjala Bri —la defendió Lucy. Brianna frunció el ceño y con las mejillas rojas siguió tomando de su bebida —¿Estás nerviosa por algo Gin?

—No, es que últimamente he estado estudiando demasiado y siento un poco de estrés —respondió dando por fin algunos bocados.

—Adivinen, el rumor de Sirius y Eugiéne también llegó a mi casa, y el hermanito de Sirius ha dicho que Gin es muy linda para su hermano. No sé que le estás haciendo a los Black —bromeó Lucy.

—Ah, es Regulus ¿no? Que tierno. La verdad me alegra que ya se haya resuelto eso, Sirius se lo tomó bien y no me ha molestado más.

—Mira Lucy, yo le dije que no supo aprovechar su oportunidad, de ser por mí, hubiera salido un par de veces con él, no creo que sea tan malo besar a Sirius Black —soltó Brianna con diversión.

—Es que no todas son unas perras como tú, Bri —respondió Lucy con molestia —Lo siento, Gin. Tengo que ir a cambiarme ahora, nos vemos luego —se despidió y salió rápidamente del comedor.

Eugiéne estaba perpleja. No entendía por qué Lucy y Brianna estaban tan tensas ese día. Siempre se habían llevado especialmente bien. ¿Qué había pasado entre esas dos?

—¿Qué ha pasado con Lucy? —preguntó preocupada.

—Nada. Hoy simplemente despertó con ganas de odiarme —respondió cabreada. El bolsillo de Eugiéne se calentó. Brianna mentía.

No siguió con el tema y fueron a su habitación a buscar sus materiales para sus respectivas clases. Eugiéne tenía pociones, y no pudo evitar recordar a Remus nuevamente.

Llegando a las mazmorras se encontró con uno de los amigos del chico, era el rubio. Parecía nervioso, se mordía las uñas y observaba a su alrededor hasta que se topó con ella. Caminó velozmente y dijo:

—Remus lo ha dejado para ti, adiós —se apartó rápidamente y Eugiéne tomó el sobre amarillento. Observó sorprendida la espalda del chico y se apresuró a abrir el sobre.

''Hola, Eugiéne, mandé este recado a Peter (nos vio en la torre de astronomía, pero ha prometido no decir nada) porque creía que sería raro mandarte una lechuza a ti.

Tuve que venir a visitar a mi madre, pero volveré dentro de unos dos días. Espero que podamos retomar nuestras tutorías. Para la próxima iremos a buscar un boggart, nunca he presenciado uno.

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