sexto deseo

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A veces sabemos que vamos en un tren con rumbo hacia el final de las vías, y ni aún si decidimos bajarnos...

A veces ni ella lo creía...

Había pasado un año...

Un maldito año...

Desde que inició su "relación" Diamante, y si ella lo tenía entre comillas era por qué jamás le habían dado un nombre, jamás habían hecho planes a futuro, ella no sabía que era eso que tenían realmente. ¿Quien era ella en la vida del hombre de cabellos blancos?.

Ni ella misma lo sabía, su amante, su querida, la otra, quien consolaba al hombre supliendo las necesidades que su esposa no cumplía.

Justo hoy se sentía patética, triste y sola. Ella realmente se creyó con el derecho de poder festejar un aniversario que solo estaba en su cabeza.

Se había quedado con una cena a medio hacer, la bañera lista, con pétalos de rosas y todas esas cursilerías que había hecho para que fuera un día/noche memorable, pero todo se fue a la mierda cuando Diamante llamó a decir que tenía una cena familiar con los padres de Neherenia y no podía cancelarla.

Eso de inmediato la hizo aterrizar, volver a poner los pies en la tierra y darse cuenta de cuál era su posición.

No era nadie en la vida de diamante, o quizá si, pero no lo que ella estaba empezando a querer.

Al principio la atracción física era quien reinaba para ella, él hombre resultó ser un experto amante y compartieron muchas cosas juntos, cumpliendo fantasías y fetiches por igual.

Luego se dió cuenta que tenían mucho en común y que Diamante era un hombre maravilloso, atento y detallista, no podía quejarse, realmente ella tampoco le había preguntado nunca a dónde iban con todo esto y había dejado que el tiempo se hiciera cargo de todo.

Pero realmente el tiempo no se hace cargo de nada.

Y así poco a poco ella empezó a desarrollar sentimientos abismales por el hombre.

Ella realmente lo amaba.

Por eso con él tiempo decidió terminar su relación con Seiya, y como si fuera un milagro este lo aceptó y lo entendió, pero jamás se separó del lado de la rubia, se quedó ahí, siendo su amigo incondicional consolandola cuando ella lloraba y no le decía el por qué.

Cómo hoy, cuando la rubia no pudo más y salió a caminar, topandose con el pelinegro en el camino y sin poderse controlar volvió a llorar entre los brazos ajenos, esta vez, ahí sentados en una banca de algún parque, decidió contar un poco más.

--entonces me dejaste para estar con un hombre casado, ouch serena, eso sí dolió-- sonrió el de cabellos largos comiendose el helado con una cucharilla.

--Perdoname-- respondió la rubia cabizbaja --Jamás pretendí que esto pasara, simplemente ocurrió, no pude evitarlo, o quizá si, dios soy una mala persona y me merezco todo lo que me está pasando.

--ey, shhh, no digas eso, cuando estamos enamorados hacemos cualquier tontería,mírame a mí soy el vivo ejemplo de eso, estoy aquí consolando a la mujer que amo que está llorando por qué a quien ella ama, ama a otra mujer, supongo que estamos sufriendo los dos, pero está bien, vamos a estar bien querida. No te preocupes nada es para siempre.

--No me cansaré de pedirte perdón Seiya, pero no podía seguir haciéndote daño, daría lo que fuera por amarte, todo sería más fácil.

--¿Sabes? No me gusta pensar en las probabilidades, en el ¿Qué tal si?, Las cosas son como deben ser y punto, estoy aquí por qué quiero, no eres una mala persona y a pesar de todo disfruto tu compańia, aunque extraño aún dormir contigo he estado saliendo con alguien aquí y allá, quizá algún día encuentre a la chica correcta--. Se acomodó en el asiento sonriendo para su amiga.

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